domingo, 26 de julio de 2015

"Tengo un amante" de Estefanía Farias Martínez - Paolo Astorga

Tengo un amante

Tengo un amante
Estefanía Farias Martínez
(MRV Editorial Independiente, 2015)


Estefanía Farias Martínez con su Tengo un amante, ha entendido el mensaje: Vivir es siempre un desgaste. Por eso las ilusiones lo son solo cuando el inicio se intenta hacer absoluto y existe un anhelo explorador, pero una gran lejanía.


Escrito por: Paolo Astorga

Tengo un amante (MRV Editor Independiente, 2015) de la escritora Estefanía Farias Martínez (Cartagena - Murcia, 1970) es un conjunto de quince relatos cuyo tema central es el amor y sus inconsecuencias. Con una prosa ágil y desenfadada Farias nos transporta por la psicología de mujeres y hombres que sufren el peso del tiempo y el desencanto de lo que se creía eterno. Sin embargo, dentro del conjunto hay muy buenos cuentos que nos enfrentan ante realidades contradictorias y la violencia encerrada en la frustración de la belleza. El cuento que da nombre al libro “Tengo un amante” nos relata la historia de un amor prohibido al borde del abismo. El amante, un expresidiario de alto rango tiene encuentros clandestinos con Cristina, una bella mujer de mediana edad. No obstante, esto no es lo sustancial del relato, sino que lo interesante, es la visión de Sara la amiga de esta quien observa la descomposición moral de Cristina y cómo esta es devorada por la violencia de las obsesiones. El amor es entonces siempre un bien imposible, una coartada del destino para mantenernos entretenidos hasta que la muerte venga con su conciencia y nos doblegue.

Otro de los cuentos intensos de este libro es “Las tribulaciones de un literato insomne”, cuyo signo central es la del artista incomprendido, un escritor que ha venido a menos, pero que intenta resurgir “aunque la rutina diaria lo fue asfixiando”. Los fracasos, el bloqueo existencial y la necesidad de querer reconstruir los paraísos artificiales que creía eternos hacen de este personaje un ser patético que destruye su vida. El egoísmo es lo que lo mata, la pérdida de la fama, la soledad, la terrible soledad.

Pero uno de los cuentos que, en mi opinión tienen un rasgo exacto respecto a la teoría de las desilusiones es, sin duda, “¡Santa Bárbara Bendita!” La violencia y las incomunicaciones, no solo se pueden observar en la calle, sino es el hogar la cuna infernar de la desilusión. Mateo es un ser rutinario que contempla lo banal del mundo. Él es el portero de un edificio hace quince años y conoce a todos los habitantes del edificio. El relato construido de forma magistral nos permite contemplar dos mundos: el privado (lleno de inconsecuencias, de violencia, de profundas frustraciones) y el público (el carnaval, la fiesta de Santa Bárbara Bendita y el disturbio realizado por las bombardas de los mineros). El cuento es una fábula de vida que desnuda la imposibilidad del hombre para entender que el amor muere en las costumbres.

A lo largo del libro los relatos acrecientan su veta erótica. El erotismo que nos presenta Estefanía, no se contenta con el simple mostrar del cuerpo que es devorado por el otro, sino que también podemos contemplar la psicología, los estados de ánimo y hasta las contradicciones de los personajes. Erotismo no es solo sexo, sino que es una tendencia hacia la vitalidad. Sin embargo, la narradora nos ha dejado la puerta abierta para deleitarnos. El mayor signo es la contemplación del éxtasis, la ruptura de lo cotidiano y la exploración de la geografía corpórea. Cuentos como “El Nazi” o “Solo quería entrar en calor” nos demuestran la solvencia de Estefanía para mantener una narración dinámica y profunda respecto al tema del erotismo.

En suma, creo que Estefanía Farias Martínez con su Tengo un amante, ha entendido el mensaje: Vivir es siempre un desgaste. Por eso las ilusiones lo son solo cuando el inicio se intenta hacer absoluto y existe un anhelo explorador, pero una gran lejanía. El desencanto siempre vence cuando el acercamiento nos permite reconocer que hay demasiadas grietas y los deseos son apagados por la venenosa responsabilidad y la costumbre. Tener un amante no es faltar a nada, es querer vivir, sin embargo, los personajes desposeídos y en constantes frustraciones solo pueden reconocer dos cosas: el placer del cuerpo y la soledad de los alejamientos. Cada uno de los cuentos busca mostrarnos la complejidad y multiplicidad de las relaciones, pero sobre todo, la toma de una conciencia del ser que ama ante la encrucijada de encontrar sus vacíos, el malestar de las insatisfacciones.

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