viernes, 20 de marzo de 2015

Entrevista a Samantha Barendson - Paolo Astorga

Entrevista a Samantha Barendson
La poesía es una bofetada. La recibes en plena cara, durante un instante estas medio despistado/a y ves formas y colores extraños. Luego todo vuelve a la normal, pero te queda el rosado en los cachetes y la caricia de la mano”.




Entrevista realizada por: Paolo Astorga


¿Desde cuándo comenzó a escribir?
Siempre escribí un poco, nada concreto, de a rato, fue el verano 2004 el momento en que salió la real necesidad de escribir, aquella sensación de no poder hacer otra cosa.

¿Por qué?
Al principio fue por aburrimiento, para llenar un vació. Pero, a lo largo de los años, aquello que había sido catarsis puro (y de hecho, textos malos) se fue transformando en algo más universal (y de hecho, en textos buenos).

En cuanto a la poesía, ella se acercó a mí una noche del 2007 con la antología poética de Alfons Cervera “Los cuerpos del delito” (Obra completa, Valencia, Rialla Editores, 2002). Antes de leer al gran poeta valenciano, yo escribía sobre todo cuentos y obras de teatro. Después de aquella lectura, escribí "Los delitos del cuerpo" en tres noches, 35 poemas en castellano traducidos al francés, respuesta inmediata y necesaria a una forma nueva (para mí) de escritura, corta y potente.

¿Qué es para usted la Poesía?
La poesía es una bofetada. La recibes en plena cara, durante un instante estas medio despistado/a y ves formas y colores extraños. Luego todo vuelve a la normal, pero te queda el rosado en los cachetes y la caricia de la mano.

Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria
Lo importante para mí es difundir poesía. Vivo en Francia, en un país que considera que la poesía es un género elitista que se dirige a un público intelectual. Yo trato demostrar todo lo contrario con la ayuda de los 11 miembros de mi colectivo “El sindicato de poetas que algún día morirán”. Entonces, por un lado escribo libros, pero por el otro voy a todas partes a leer mi poesía: en la bibliotecas, en los bares, en los teatros, en la calle, donde sea, para intentar mostrar a la gente que la poesía es de todos y para todos.

Últimamente he recibido un premio de poesía, el premio René Leynaud (poeta y resistente francés) que recompensa a un poeta cuya obra poética es emergente y resistente. Así me siento.
Mis proyecto son de seguir el combate poético.

¿Cómo define su poesía?
Mi poesía es muy variable, no me gusta hacer dos veces la misma cosa. Ciertos poemas mios son como cuadros, intentan mostrar paisajes y lugares que yo he visto, vivido o conocido y que me gustaría compartir, y como no sé pintar ni dibujar los escribo, intentado mostrar todo el relieve, colores, sensaciones y olores. Otros poemas son música, lo que me interesa es el ritmo, el texto se construye en voz alta a partir de ese ritmo generalmente inspirado del tango o del jazz. Me gustan esto textos para las lecturas públicas, y generalmente los comparto con músicos. También en otros poemas, intento sólo ser narrativa y abarco temas que me importan mucho tales como el exilio, los desencuentros, los desaparecidos. En estos casos, la construcción es más clásica, en prosa o en versos pero siempre intentando mantener cierto ritmo rotundo.

¿Cree que el poeta es un ser obsesivo?
Hay que tener cierta obsesión para seguir defendiendo semejante forma. Dicen que nadie escucha poesía, que nadie lee poesía, que nadie vende poesía. Es verdad y es mentira. Con el colectivo nuestro objetivo es, al contrario, promover la poesía para todos y por todas partes porque la poesía debe ser oral, hablada, gritada, en movimiento, viva.

¿Qué escritores o poetas han influenciado en su producción literaria?
Como lo he dicho antes, Alfons Cervera ha permitido que yo escribiese poesía. Pero aquellos quienes la influenciaron son Alfonsina Storni, Mario Benedetti o Julio Cortázar, pero también y sobre todo mis contemporáneos, todos los poetas que cruzo y escucho en los diferentes festivales. Ellos me nutren verdaderamente gracias a la energía y la fe que comparten conmigo.

¿Qué tan importante para usted es la literatura?
Menos importante que el amor pero mucho más que la política.

¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
El sólo hecho de escribir compromete ya al hombre. Yo escribo textos que me parecen sencillamente "buenos" porque hablan de amor, de sensualidad, de sexualidad a veces, de injusticias, de desamores, des desapariciones, de exilios, de gente que busca su lugar, su gente, su respiro, etc. Yo siempre pensé que no escribía texto directamente políticos, pero no es así, todo es político, todo puede molestar, todo puede ir en contra de otro pensamiento, y escribir, escribir lo que sea, y publicarlo, es afirmar una forma de pensamiento que puede ser interpretada y malinterpretada.

¿Cuál es el fin de su poética?
Mi poesía intenta destacar la belleza del ser humano con sus fragilidades, sus carencias, sus dolores. Es una poesía llena de ternura, una escritura que tiende hacia cierta forma de universalidad, de unidad.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a través de los años?
Al inicio tuve un período de superadjectivación, algo muy barroco. Luego un período todo contrario de minimalismo japonésido. Pasé por un período muy narrativo y descriptivo, realista por decirlo así. Ahora no sé, tengo ganas de escribir canciones.

Dentro de su producción literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en especial?
Mi mejor libro es mi último, El limonero. Lo he escrito en francés, pero lo estamos traduciendo al castellano. (De hecho fue este libro que recibió un premio)

¿Qué hace antes de escribir?
Intento resolver los problemas que podrían molestarme durante la escritura. Me visto cómoda, tomo agua, como una manzana, voy al baño, pongo una almohada sobre mi silla, apago el celular, cierro el Facebook.

¿Qué opinión tiene usted sobre la poesía que se publica en la actualidad?
Últimamente he leído 5 antologías de "joven" poesía (2 chilenas, 2 argentinas y 1 uruguaya), y me he quedado feliz con lo que he leído. Autores como Fernando de Leonardis, Mori Ponsowy, Javier Vallejos Amil, Sergio Taglia, Juan Manuel Daza, Jorge Castro Vega, Jesús Sepúlveda y tantos otros...), hay energía, fantasía, destructuración de lo formal, intensidad, ritmo. Yo tengo muchas ganas de compartir, conocer, trabajar con otros poetas de todas partes del mundo.

¿Qué es para usted un buen libro?
Es un libro que me hace cosquillas en la panza y que no me deja dormir hasta que no lo he terminado.

¿Cómo ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Cómo autor, qué soluciones le daría a este problema?
Yo veo cómo funciona en Francia. La poesía con el teatro representan el 0,2% de las ventas de libros...
Eso tiene varias razones: La gente no se anima a comprar poesía porque no sabe que le gusta; los editores muchas veces no hacen su trabajo de comercial, no se animan a tratar al libro de poesía como "producto" y no le hacen la publicidad necesaria; los media (televisión, radio, Internet) tampoco hacen  promoción. Hay que intentar glamourizar a la poesía, mostrar su potencial de interés, de diversión, de placer.

¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
Creo que me acaban de dar un premio bastante importante, y estoy muy feliz y orgullosa. Pero no sé si tendrá algún impacto. Por ahora, han salido dos artículos en la prensa, pero no me han llamado ni la televisión, ni los editores, ni me han invitado a nuevos festivales (Trois-Rivières y/o Medellín sería mi sueño)... Veremos...

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet, como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura, redes sociales, entre otras?
La difusión en revistas y blogs/páginas me parece fantástica porque nos llega información de todas partes, el mundo es nuestro y es fácil tener una imagen casi mundial de lo que suele ser la poesía contemporánea.
También la utilización de las redes sociales ha cambiado mucho mi manera de trabajar. He conocido a artistas (pintores, fotógrafos, músicos,...) con quien he podido trabajar y que no hubiese conocido sin la ayuda de las redes.
Por fin, Internet es el mejor método para difundir y hacerse conocer fuera del propio ámbito o ciudad.

¿Cuáles son las obras que recomienda leer?
-Los cuerpos del delito, de Alfons Cervera
-Los delitos del cuerpo, de Samantha Barendson (ya que estoy, hago un poco de publicidad :-)
-Rayuela, de Cortázar

¿Cuál es el consejo que daría a los nóveles poetas?
Antes de empezar a escribir, leer mucho.
Luego mirar, escuchar, sentir, vibrar, hacer el amor, comer, saltar.
Y frente a la hoja o a la computadora, ir a lo esencial, sacar lo superfluo.

Por último: ¿desea agregar algo más?
¡Que viva la poesía!



Poemas de Samantha Barendson



- El vuelo de la muerte -

Azul, calma azul, vaivén de olas.
Paisajes como postales.
Pero, en profundidades de mares y memorias
cuerpos aún adolescentes,
dormidos, heridos, se descomponen
anónimos, en mil novecientos setenta y seis.

Aviones militares rajan cielos de algodón,
como águilas desvanecen
en el turbio horizonte.

Y nacen los desaparecidos.

No es azul, es más que azul,
es tan azul que se vuelve turquesa,
casi verde.
Y  aunque uno busque sinónimos azuleados,
nada alcanza la zarca inmensidad,
los celestes reflejos del espacio marino,
las cerúleas profundidades
de mareas inciertas.
Pero no es azul,
es más que azul,
es una mezcla de nomeolvides,
esmeralda y lapislázuli,
un azul más garzo que la rabia en tus ojos,
más azul que un monocromo de Klein
más azul que una ola de Hokusai,
pero no es azul,
es más que azul,
es un azul de mar y de memoria
un azul ennegrecido por cuerpos tirados de helicópteros,
un azul teñido de desapariciones,
un azul criminal,
un azul culpable,
uno rojo.


- Trenes -

Los paisajes pasan como Jackson Pollock, vacas punteadas, nubes estiradas, manchas girasoles y rieles retorcidos. La ventana fría pega en mi nariz y siento el traqueteo de la bestia humana.

Tatactatúm, tatactatúm, tatactatúm.

No soy Eva Marie Saint, no tengo la intriga internacional ni los besos de Cary Grant. Tras el cristal, paisajes de postales, campañas de entre-guerras, improntas ferroviarias: una vaca, un castillo, una iglesia, un burro, un viejo ciclomotor o un tren de vapor, hierbas infinitas, campos de amapolas, pueblos suspendidos, la autoestopista fantasma, ovejas, tal vez cabras, otra amapola, una falda acampanada, una lata, una bolsa de plástico, una lámpara de neón, un flash.

Tatactatúm, tatactatúm, tatactatúm.

Yo no soy Celia Johnson en Breve encuentro esperando el próximo jueves, el próximo jueves, el próximo jueves, el amor prohibido en un cafetín. Tras el vidrio, amargos paisajes que se repiten y desfilan y vuelven y vuelven a pasar y giran y recomienzan y las vacas se parecen y la nieve oculta los pasos de lobos, ogros y brujas.

Tatactatúm, tatactatúm, tatactatúm.

No soy Marilyn Monroe con faldas y a lo loco. Ante mis ojos inmensos pastos, piedras y malas hierbas que cuernos estupefactos rumian, metódicamente.

Tatactatúm, tatactatúm, tatactatúm.

Desfilan los kilómetros, el Sur aun lejano.
Ciento cinco punto ocho, llegaremos mañana.



Horizons / horizontes

Les immeubles portègnes            Edificios porteños
se cachent                                        esconden      
derrière des parisiens.                   Parisinos.

L'océan reflète                                Oceánicos reflejos
leur silhouette urbaine                 de silueta urbana
et l'Atlantique voudrait                El Atlántico quisiese
être la Seine.                                               ser el Sena.

Nous marchons sans but              Caminamos sin rumbo
de San Telmo                                              de San Telmo
à Saint Germain,                            a Saint Germain
de Recoleta                                      de Recoleta
au Quartier Latin.                          al Quartier Latin

Je regarde au loin                          Miro a lo lejos
et l'horizon                                      y el horizonte
est triple.                                          es triple.

Paris                                                  Buenos Aires
de l'eau                                             agua
et Buenos Aires.                             y París.




Sobre la autora:
Samantha Barendson, Nacida en 1976 en Vilanova i la Geltrú de madre argentina y padre italiano, vive ahora en Lyon donde trabaja en la Escuela Normal Superior.
Después de haber hecho estudios de literatura hispanoamericana en la facultad de Lyon 2, donde  analiza los cuentos de Cortázar y la ausencia de puntuación en El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez, se dedica a trabajos de traducción y termina escribiendo sus propios textos.
Actualmente consagra las horas de la noche a la escritura poética, a las problemáticas de la traducción poética y al teatro. Escribe así poesía en varios idiomas, sola o acompañada por amigos poetas, pintores, ilustradores o fotógrafos, escribe a mano libros de artistas, escribe también obras de teatro y cuentos para niños. Le gusta declamar, gritar y hasta cantar en el escenario, es a veces comediante frustrada de no ser cantante de tango.
Publica regularmente en revistas de poesía. Cuatro de sus recopilaciones de poemas han sido publicadas.
También forma parte del colectivo “Le syndicat des poètes qui vont mourir un jour”.
Obra poética:
-El limonero, Editorial Le pédalo ivre, Lyon, Francia, junio 2014 (Premio René Leynaud 2015)
-Le combat, con el poeta Jean de Breyne, Collection Duos, Estrasburgo, Francia, 2012
-Los delitos del cuerpo – Les délits du corps, Christophe Chomant éditeur, Rouen, Francia, diciembre 2011
-Des coquelicots – Amapolas, Le pré # carré éditeur, Grenoble, Francia, diciembre 2011





jueves, 5 de marzo de 2015

Entrevista a Manuel Aguirre - Paolo Astorga

Entrevista a Manuel Aguirre
Yo no escribo para deleitar al lector con las delicias del lenguaje. Escribo para punzar, herir, sacudir, mostrar la basura que tenemos dentro, inseminar la rebelión en los oprimidos, ayudar a romper las reglas del juego con que se esclaviza a los seres humanos”.




Entrevista realizada por: Paolo Astorga



Desde cuándo comenzó a escribir? ¿Por qué?
Poco después de haber empezado a leer literatura. Quiero decir, novelas, poemas, dramas, comedias. Esto fue allá por el año 1967, en que todavía me encontraba en servicio activo para el ejército peruano.

¿Qué es para usted ser escritor?
El escritor es un auditor de la sociedad humana, de su historia, al mismo tiempo que es un ensayista de su futuro.
 
Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria
Una niñez solitaria, triste e intuitiva, llena de fantasías personales en la oscuridad de la mente. Crecí, sin ningún control o guía familiar, revelándole contra el estatus quo y llegue a ser un adulto productivo por la gracia de Dios. El ejército me domesticó y me dio la oportunidad de aprender a estudiar. Viajé y viví en Francia, Hungría y España. Retorné al Perú en 1977 para estudiar en ESAN. Allí obtuve mi grado de magíster en administración y posteriormente trabajé con éxito en bancos y compañías de seguros. En 1987, y gracias a las acciones y amenazas de secuestro por parte de delincuentes comunes o SL; (nunca pude determinar quiénes eran los que aterraban a mi esposa con sus llamadas pidiendo dinero a cambio de mi vida); emigré a USA. Allí trabajé el primer año como obrero de construcción, luego, los siguientes 4 años como contratista en remodelación de casas y los restantes años (por culpa de una recesión), en bancos de hipotecas, mientras escribía por las noches y fines de semana, hasta que llegó la edad de mi retiro. En el año 2013 me mudé a Oxford, Mississippi (la ciudad de W. Faulkner), que es donde actualmente resido.

Mis obras: he publicado en 1972 un libro de poemas, “Razón de silencio”, edición del autor; una novela, “una bala en la frente”, EstruendoMudo, Lima, 2006; esta misma novela, traducida al francés, “Une Balle dans le front”, Les fondeurs de briques, Saint Sulpice, 2010; Reedición de la misma novela, en español, Planeta Perú, Lima, 2013. En el 2007  se publicó mi libro de cuentos, “Reyertas y desafíos”, El Santo Oficio, Lima.

Tengo, terminada e inédita, la novela, “Insurgente”, segunda entrega de mi trilogía, “Dudas y murmuraciones”. Estoy escribiendo la tercera novela de la citada trilogía (con el nombre, “Crisol”). Estoy escribiendo un segundo libro de poesía (con el nombre, “Séptimo día”) y un ensayo sobre un libro de poesía de un joven y revolucionario autor peruano. Por último, tengo en la línea de producción una novela adicional con el nombre provisional, “Taxi”, y una novela de ciencia ficción con el nombre provisional, “Éramos”.

En la actualidad tengo 74 años de edad, soy discapacitado (por mis rodillas), y aparte de escribir tengo múltiples tareas que afrontar en este pequeño pueblo en el que vivo con mi esposa y mi hijo menor (31 años). En mi casa soy el encargado de mantener funcionando y reparar las computadoras de la casa (4). Soy el plomero, electricista, jardinero, granjero, cocinero (cuando se necesita), etc. Por todo esto, como te imaginarás, y por mi edad y mi limitación física, me queda un tiempo limitado para ejecutar todos mis proyectos. En resumen, haré lo que el cuerpo me dé en el tiempo que Dios me permita vivir y trabajar.
 
¿Cómo define su narrativa?
Realista, transgresiva, irónica, graciosa, profundamente crítica, con tendencia fuerte hacia la prosa poética. El lenguaje que uso es simple y llano, me gustaría acceder al mayor número de lectores en todas las clases socioeconómicas. Trato de ser honesto y amoral, desde el punto de vista del narrador.

¿Cree que el escritor es un ser obsesivo?
Absolutamente, sí.

¿Qué escritores o poetas han influenciado en su producción literaria?
Ciro Alegría. Vallejo. Vargas Llosa. García Márquez, Julio Cortázar, J.L Borges, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, Milan Kundera, Chuk Palahniuk, Kurt Vonnegut, Don DeLillo, Allen Ginsberg, Henry Miller, Arthur Rimbaud, Dante Aligghieri, Homero, Arquíloco, John Edward Williams, Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio, George Steiner, Antonin Artaud, Ambrose Bierce, Miguel de Cervantes, Miguel de Unamuno, Franz Kafka, entre otros.

Cuando uno lee, roba; asimila, se imbuye de la ideología de cada autor en cada libro, se contagia de otras locuras, diferentes obsesiones, que todas pasan a ser parte de uno mismo. Pero esto ocurre de manera sublime, sólo cuando eres en realidad un escritor. De lo contrario resultas siendo un copista y se nota en tu escritura, en tus libros, en tus textos.
 
¿Qué tan importante para usted es la literatura?
Aunque es difícil comer libros, es tan importante como la alimentación; si no comes te mueres, si no escribes y/o lees, también.

¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
Absolutamente. Yo no escribo para deleitar al lector con las delicias del lenguaje. Escribo para punzar, herir, sacudir, mostrar la basura que tenemos dentro, inseminar la rebelión en los oprimidos, ayudar a romper las reglas del juego con que se esclaviza a los seres humanos. Yo estoy comprometido con todos los seres humanos desde mi cosmovisión e ideología (que puede ser correcta o errada), frente a las fuerzas que abusan de los dominados y/o corrompen la sociedad en que vivimos. La capa dominante es el enemigo. No tengo compromiso con ningún país o partido político o escuela o grupo. Yo soy del pequeño lugar donde vivo porque allí me siento libre y respetado. Esa es mi patria, y todos los oprimidos y los que buscan el bienestar de los demás son mis hermanos, sin distinción de raza o género

¿Cuál es el fin de su narrativa?
Evitar el suicidio, exponer mi punto de vista, intentar la comunicación con otros seres humanos sin tener en cuenta el tiempo en el que ella ocurra; lograr la inmortalidad. Una vez que tu libro está editado, va a ser leído algún día por alguien, ahora, mañana, en 20 años o en mil años, y si la persona que te lee se identifica con lo que dices, ya eres inmortal.  Boecio vivió en Roma del 480 al 525 DC, y 1,490 años después te estoy hablando de él, como si fuera mi amigo, sus libros están en Google Books, gratis.

¿Cómo ha cambiado su lenguaje literario a través de los años?
Mucho. Cuando empecé a escribir en 1967, escribía poemas a mi novia tratando de copiar a Machado y a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita. En el año 1970, trataba de escribir como MVLL o GGM. En el 1972, traté de ser Beat (Beatnik), y quise escribir como Ginsberg (este es origen de Razón de silencio). En el año 1994 (había dejado de escribir 22 años), empecé a escribir de nuevo y quise hacer un libro de caballería (como el Quijote de Cervantes), pero ambientado en nuestra época y con la caballería de los ejércitos modernos, y me tomó cinco años escribir un mamotreto de 1,800 páginas que no me llevó a ninguna parte. En los años del 2000 al 2004, traté de producir un estilo propio y nació “Una bala en la frente” y “Reyertas y desafíos. Desde el año 2010 al 2014 pude escribir “Insurgente” (ahora terminado), que indudablemente es mi estilo perfeccionado y modificado por mis lecturas, de esa época, que fueron más metódicas y analíticas que las anteriores. 

Dentro de su  producción literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en especial?
Definitivamente, “Insurgente”.

¿Qué hace antes de escribir?
Pienso. Hablo, en voz alta cuando camino por el parque o por la calle. Le cuento a mi hijo los pedazos de historia que estoy tratando. Investigo y escribo todo lo que encuentro. Creo mis personajes, hago un boceto de la trama y la reacomodo mil veces. Me recluyo y me aíslo. Dejo de leer, hasta que termine lo que estoy creando.

¿Qué es para usted un buen libro?
El que me cuenta una historia creíble, el que me mantiene en el filo de la silla, el que me hace reír y después llorar, el que me entrega personajes que se convierten en amigos o enemigos personales, porque son en parte buenos y en parte malos, como yo. Un libro que me incita a llamar a la editorial para pedir la dirección o el correo del autor para comunicarme con él o ella.

¿Qué opinión tiene usted sobre la narrativa que se publica en la actualidad?
Como en cualquier época hay los escritores accesibles y los turbios, ambos producen libros que el público y la crítica llamarán buenos o malos, pero los dos son buena literatura. Todo depende del gusto y el nivel del lector. También existen copistas que producen mediocridades y hay necios, aquellos que no teniendo la habilidad o el don de la escritura, insisten testarudamente en escribir y publicar, o, lo que es peor, se resisten con tesón a educarse, a trabajar su oficio para mejorar, y deciden culpar a los demás de su mala calidad. Pienso que siempre ha sido así, en el Perú y en el resto del mundo.

¿Cómo ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Cómo autor, qué soluciones le daría a este problema?
Esta es una definición de concepto: La industria editorial es una empresa comercial, tiene un producto que elaborar y vender; cuenta con locales que atender, insume materiales que debe comprar, contrata empleados cuyo salario deberá pagar y responde ante accionistas con utilidades por distribuir. Entiendo que estas empresas están obligadas a publicar libros que ellos esperan se puedan vender. No son instituciones de beneficencia.

Dicho todo esto, se puede analizar con detalle los vicios que resultan de quienes manejan las editoriales, que al fin y al cabo son seres humanos a los que debemos tratar de entender a fin de contrarrestar sus caprichos con acciones conducentes a un mejor acceso.

Independientemente de todo lo que yo pueda decir o hacer al respecto, existe la realidad en que vivimos los escritores en un “mercado de compradores”. Por un lado estamos los millones de escritores, los “vendedores”,  ofreciendo nuestro producto a el “comprador”, la editorial, que por esta circunstancia se puede dar el lujo de escoger y poner todas las condiciones que le sean favorables.

¿Qué hacer para solucionar esta desventaja? Los escritores debemos actuar (intentarlo por lo menos), como personas económicas. Cada escritor es una empresa, también, y como tal debe producir productos (libros), orientados a un segmento de mercado (el segmento que satisface nuestros principios). Este escritor del que hablamos deberá cuidar con esmero de la calidad de su producto, deberá mercadearlo apropiada e incansablemente (a través de los años, esta es una tarea inmensa), hasta conseguir su publicación y más aún, después de su publicación para así lograr, algún día, pertenecer a una “casa” a la que pueda volver con cada nuevo producto. No sé si esto satisface tu pregunta. No creo que haya una solución específica. El escritor se debe “vender” (nunca prostituir), para que su clientela (el lector a quién el escritor ha dirigido su obra), se sienta atraído hacia los libros del escritor.

¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
No. Yo no escribo para participar en concursos.

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet, como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura, redes sociales, entre otras?
Las aprecio como algo invaluable para los escritores. Es una parte importante de nuestro aparato publicitario. Es una ventana al universo de lectores. Es un lugar de reunión e intercambio entre lectores, escritores, agentes y editoriales que ha convertido a nuestro mundo en el universo.

¿Cuáles son las obras que recomienda leer?
Sin orden de importancia: La Ilíada y la Odisea; La Eneida; La Biblia; La consolación de la filosofía, de Boecio; Stoner, Augustus y Nothing but the Night, de John E. Williams; Los Trópicos de Miller; 1984 y La granja de animales de Orwell; WE (Nosotros), de Yevgeny Zamyatin; Todas las novelas de Palahniuk; Todas las novelas de K. Vonnegut; Ethan Frome, de E. Wharton; Los Embajadores, de H. James; El buen soldado, de Ford Madox Ford;  La divina comedia; El quijote; El libro del buen amor; The Trial of Sören Qvist y The wife of Martin Guerre, de Janet Lewis y por último, todos los libros de Antonio Cisneros, a quien considero un acabado maestro de la síntesis. Eso es lo que define a un poeta; su capacidad de síntesis.

¿Cuál es el consejo que daría a los escritores que recién se inician en la narrativa?
Cuida tu lenguaje, sé respetuoso de tus lectores, trabaja tus escritos como si de ello dependiera tu vida, cree en ti y ten fe en tu trabajo como escritor, nunca abandones a ninguna de tus creaciones, los libros que produces son tus hijos, por siempre.

Por último: ¿desea agregar algo más?
Muchas gracias por esta entrevista, Es la primera que me hace un profesional de la literatura. Me han entrevistado en el pasado, pero tan sólo con motivo de la presentación de mis libros y hablando específicamente del libro que presentaba. Muchas gracias por ser como eres: Un hombre honesto febrilmente dedicado a la literatura; eres un señor independiente en tus actos, en tus conceptos y sin ninguna mala entraña para todos los que te rodean o con los que circunstancialmente tienes contacto.


Fragmento del capítulo 2 de la novela, inédita, Insurgente

2



Esto sucedió, jefecito, cuando tú ya estabas en Ninantaya. Te perdiste esta parte. Pero es bueno que la conozcas. Así podrás atar cabos. Escucha y visualiza, imagínate, piensa, absorbe la experiencia. Vas a sentir el olor de esa cama… De esa mujer…

“Aquí llega tu Serruchito, Chinita; vengo a pedirte un churrasco para sentirme como en mi casa, tal como dicen que le ofreció la Betty al huevón del Arrieta”, balbuceó tu compañerito —que es de mi color— con rostro de arrecho, los labios estirados como si quisiera dar un beso desde lejos; intentando reflejar extrema excitación sexual con los ojos entrecerrados; sacudiendo su cabeza (poblada de pelo terco, grueso y seboso, que él piensa es terso, dócil y perfumado), después de introducirla en el dormitorio del capitán ese, al que los demás llaman Collera, y listo para cruzar el vano de la puerta que la esposa había dejado entreabierta.

“Entra, Serruchito de mi corazón”, le contestó, aún en la cama, cubierta por un remolino de sábanas y colchas. “¿Has visto a mi marido?, no sea que se le ocurra venir a esta hora”.
Tu compañerito, le respondió con una elaborada historia. Que resulta que el capitán —su marido— salió temprano con su escuadrón, a caballo, en dirección a Desaguadero. Que estaban de maniobras, pues. “No te preocupes, Chinita, tú sabes lo respetuoso que soy cuando hablo con mis superiores”. Que así pues, le había preguntado al capitán que a dónde iban y que a qué hora regresarían, y que el Collera le había contestado: “dirección: Desaguadero. Destino: secreto. Retorno: a las cinco y media de la tarde”.

“Como puedes ver, tenemos el día entero para revolcarnos, Chinita”, le dijo en tanto desabotonaba su camisa con desesperación; extraía sus pies de las botas, con gran esfuerzo, y se introducía entre la maraña de sábanas sucias para decir, fingiendo sorpresa y con voz apagada:

“¡Puta!... Estás completamente desnuda… ¡Sinvergüenza, tú sabías que yo iba a venir!”.

Yo los vi, Gerardito. La Chinita se arrodilló junto al Serruchito y le lamió su pecho, primero, el cuello a continuación, mientras le decía, “me ha dicho la Betty que al Arrieta lo van a destacar a la hacienda Ninantaya. ¿Dónde queda eso?”.

“En el culo del mundo, Chinita. En Urano; Siberia; tú dime, cualquier nombre que le puedas dar al infierno”.

“Y ¿por qué lo mandan a él, no es muy joven para ese destino? ¿No le falta experiencia para ese tipo de trabajo? Pobrecito…”.

“Tengo la impresión de que lo quieren joder. Ese puesto es para un teniente con dos años de antigüedad, por lo menos. Pero, ¿qué es esto, una clase de relaciones laborales? Yo he venido, sacrificando mis horas de trabajo, para culear contigo, Chinita rica. Anda, déjate de ronroneos y súbete al caballo”…

Ella se lo montó, tenía las rodillas flexionadas, y, a horcajadas, cogió con una mano el miembro de su amante, lo enfiló hacia arriba y se penetró con la ayuda del peso de su cuerpo para a continuación restregar su sexo y sus nalgas contra el pubis y los muslos de su amante. Un pendejo tu compañero el Serrucho, Gerardito.

“¿Quieres un churrasco?”, le preguntó la China. “¡Usa pues el inmenso serrucho que tienes acá!” Se elevó sobre las rodillas, le sacudió el pene con las dos manos. “¡Córtalo tú mismo!”, le dijo, con voz cargada de excitación. Cayó la pendeja sobre el cuerpo de su amante, taitita y en son de queja emitía ronquidos muy tenues, el lamento de una gata en celo, pero muy cuidadosa del volumen de su voz.


Sobre el autor:
Manuel Aguirre, nacido en Arequipa, 1940. Ha sido oficial de caballería del ejército peruano y es retirado desde 1972. Estudia un año en San Marcos (Letras), y otro en la PUCP (Antropología). Publica un solitario libro de poemas en 1972, “Razón de silencio”; Se casa, se dedica a trabajar, trota por Europa, se hace master en administración de negocios por ESAN, en 1978, trabaja en Lima como ejecutivo de bancos y compañías de seguros, se marcha hacia California en 1987, se establece en la ciudad de Los Ángeles y descubre, en 1994 que no puede vivir sin escribir, pero tampoco puede dejar de trabajar. Se entrega a la escritura nocturna y sabatina hasta que diez años después cree haber aprendido a escribir. En 2006 publica su primera novela: “Una bala en la frente” y en 2007 un segundo libro de cuentos: “Reyertas y desafíos”. Una bala en la frente se tradujo al francés y se publicó en Francia el 2010 y se reeditó en español, por Planeta-Perú en el 2013. 

Tiene dos novelas inéditas: “Insurgente” y “Crisol.” Actualmente está escribiendo una novela de CFi, “Éramos”, y un libro de cuentos, “Historias de combatientes”, que espera publicar en el 2016. 


domingo, 22 de febrero de 2015

Entrevista a Raúl Heraud - Paolo Astorga

Entrevista a Raúl Heraud
La vida es un eterno compromiso, quien no esté comprometido con la vida, con sus sueños, con su especie, no debería estar aquí”.



Entrevista realizada por: Paolo Astorga


¿Desde cuándo comenzó a escribir? ¿Por qué?
Desde los 12 años, mi padre tenía una biblioteca babilónica, era como estar dentro de un mundo donde los libros parecían formar interminables edificios, cuadernos de distintas formas  y tamaños, sentía mucha curiosidad, fue así que comencé a leer y posteriormente a escribir debido a mi admiración por los poetas que leí en esa biblioteca Alejandrina, Machado, Rafael Alberti, Javier Heraud, Scorza, Luis Hernandez, Verástegui, Withman  y otros más.

¿Qué es para usted la Poesía?
Es mi diván, mi psiquiátrico, dios, la nada, el origen y el fin, totalidad, el infinito en expansión.

Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria
Soy psicoterapeuta, hipnoterapeuta clínico, creo en la reencarnación, en la eternidad del alma, mi vida gira en torno  a fundamentos espirituales, no soy religioso, pero creo en Dios, no en ese dios de cartón que nos presenta occidente, sino en algo mucho más trascendente.
He publicado mucho, más de lo que en realidad debí publicar. Y he escrito menos de lo que me hubiera gustado  escribir.
Proyectos tengo muchos, ahora estoy escribiendo y corrigiendo, leyendo lo que caiga en mis manos.

¿Cómo define su poesía?
En búsqueda siempre

¿Cree que el poeta es un ser obsesivo?
Totalmente, debería pasar por psicoterapia permanentemente

¿Qué escritores o poetas han influenciado en su producción literaria?
Muchos, hasta el día de hoy me influencian poetas y no poetas, Vallejo, Artaud, Panero, Luchito Hernandez, Verastegui, Bukowski, Parra, Benedetti, Dante Alighieri, Machado de Asis, Kubler Ross, Albert Ellis, Milton Erickson

¿Qué tan importante para usted es la literatura?
Es importante para conocer mundos que no están en este plano, para crecer espiritualmente, saber que un mundo mejor es posible.

¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
La vida es un eterno compromiso, quien no esté comprometido con la vida, con sus sueños, con su especie, no debería estar aquí

¿Cuál es el fin de su poética?
Decir

¿Cómo ha cambiado su lenguaje poético a través de los años?
Es como el Dr  Jeckyll, y Mr Hyde cambiando siempre, entre el bien y el mal.
  
Dentro de su  producción literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en especial?
Cada cual fue especial en su momento.

¿Qué hace antes de escribir?
Cazo alienígenas

¿Qué opinión tiene usted sobre la poesía que se publica en la actualidad?
Hay de todo, hoy por la distancia no leo a  los nuevos, pero felizmente las redes siempre te entregan algo

¿Qué es para usted un buen libro?
Un buen libro es como ver a dios bajando del cielo armado hasta los dientes (eso me lo dijo una vez el gran Enrique Verástegui)

¿Cómo ve usted hoy la industria editorial? ¿Cómo autor, qué soluciones le daría a este problema?
Hay algunas editoriales serias en Lima, independientes, que se especializan en poesía, gracias a ellas, existimos.

¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
No, pero he participado en algunos

¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet, como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura, redes sociales, entre otras?
Tienes al instante todo lo que se hace en el ambiente literario en cualquier parte del mundo, eso aporta mucho al conocimiento y desarrollo de los escritores

¿Cuáles son las obras que recomienda leer?
Poemas del Manicomio de Mondragón  de Leopoldo María Panero
Los adioses de Manuel Scorza
Viaje a parca y otros poemas de Luz María Sarria
El Arte de Navegar de Juan Ojeda
En los extramuros del mundo de Enrique Verástegui

¿Cuál es el consejo que daría a los nóveles poetas?
Escribir y corregir hasta el final de los tiempos

Por último: ¿desea agregar algo más?
Que somos producto de un experimento alienígena, la historia que nos han contado los libros es mentira, nuestros creadores son Reptilianos Draconianos, fueron expulsados de algún confín del universo y llegaron a Orión, hibridaron al ser humano para que seamos sus esclavos eternamente, ellos son quienes manejan el mundo a través de una orden oscura llamada Illuminati, se alimentan del dolor humano. Manejan nuestro mundo a su antojo, primero fue a través de las religiones, luego con las guerras, ahora desde la tecnología. Mueven los hilos de nuestra existencia, envenenando nuestros alimentos, destruyendo nuestros recursos naturales, cegándonos con drogas, con el fin de que seamos siempre sus esclavos, su granja humana para el servicio de sus macabros planes. Es momento de despertar.


POEMAS DEL AUTOR


La verdadera historia de Billy the kid

Billy the kid escucha Talking Heads en la Plaza San Martín
por las noches se sienta a tirarle migajas de pan a las palomas que vuelan
desde la catedral
sueña con besar a las muchachas en las bancas de los parques
donde los borrachos y artistas escriben sus historias a  media tarde
entre  fotógrafos y floristas  se enamoró de Anna 
una hermosa mujer con el rostro estilizado como el de una diosa Inka
nunca supo el porqué de esa extraña predilección
por las chicas más bonitas y melancólicas
la otra noche saliendo del  bar
 Billy le contó a Anna que sobre estas calles ya no crecían magnolias
que solo hay ángeles y demonios que saltan al vacío
un doloroso silencio  como de cementerio impregnó el corazón de Anna
aquí el amor no significa nada dijo Billy
la tristeza es como una rosa en agonía
él aspiró el humo negro de su locura
puso en la vieja rockola una canción de Hendrix
miró con ternura a la muchacha mientras ella  lloraba
con los ojos cerrados dentro de un mundo sin tiempo
huyamos  de aquí Anna
ocultémonos de esta ciudad y su maldita canción sin futuro
piérdete conmigo sobre esta calle perfumada de girasoles,
antes que la realidad nos pegue un tiro,
un extraño presentimiento se apoderó de ella, en las calles
las palomas habían desaparecido de los parques
y ya no habían más niños jugando en las azoteas del mundo,
te amo,  susurró Billy,  mientras se alejaban del olor a tristeza que a esa
hora de la noche salía como una peste desde el fondo de las discotecas,
ella cerró los ojos  y cabalgó junto a él sobre las violentas calles incendiadas,
siguió la música de su corazón.



A los Parnasianos

Pobre poeta que he sido
siempre con el santo de espaldas
únicamente dueño de mis magullados versos
ninguneado por los dioses de la culta Lima
que hicieron oídos sordos a mi relampagueante voz
fui arrojado del Olimpo esta mañana
por no pertenecer a la estirpe ni a la argolla literaria capitalina
porque no soy digno de llamarme poeta,
porque nunca leí  Ave Soul
ni entendí Trilce
ni le rendí honores a Luchito Hernández
ni brindé en nombre de los Hora Zero
qué horror!
ahora me despido de todos
escribiendo desde el ostracismo
este humilde panfleto sin intelecto
fui vilipendiado negado crucificado casi muerto
por los sesudos apóstoles del stablishment cultural
siendo objeto de risas
de mofas sin ningún sentido
me apartaron de los grandes bardos consagrados que se matan por aparecer en diarios y revistas como si se tratase de la nueva puta de moda
de los críticos despiadados que toman daiquiris en el Haití
escriben en El Comercio y desprecian todo lo que no se encuentre dentro de la elite ilustrada
de los falsos profetas de mi generación
que hacen de los halagos un mercado solo para los privilegiados de siempre
de los alquimistas que lo saben todo, que lo escriben todo y son merecedores
de grandiosos homenajes y premios solo por formar parte de las antologías oficiales
escritas por la santa cofradía intelectual
de los gánsteres de la palabra que convierten  a poetas  en cadáveres
por encargo
de los que se creen los iluminados de la poesía peruana y no son nada más que tristes acomplejados
que se autoproclaman como los pensadores del nuevo milenio y son incapaces de escribir una cuartilla decente
adiós poetas encumbrados, les dejo su noche hipócrita y embrutecida por sus deseos de notoriedad
 adiós a los minúsculos personajes que se disputan la honra en tertulias baratas y absurdas  guerras teóricas para la platea
adiós a los tristes carroñeros de la palabra que se arrastran cada noche por  apestosos lupanares para alquilar su decencia por tres cervezas
adiós a los seudo pensadores que viven convencidos de ser ellos  y no otros los elegidos, autoproclamándose cada vez que pueden como las únicas voces de la década
adiós a los muertos de hambre que están seguros que la palabra tiene precio y viven de la poesía como larvas, adiós a los que alucinan que la gloria se logra armando escándalos por nada
adiós a los poetas alpinchistas, a los poetas subtes y a los poetas light que creen que hacer arte es tirar contra otros cientos de kilos de mierda solo porque se odian a sí mismos
adiós a los que buscan fama desesperadamente y viven tocando las puertas de columnistas hambreados que les ofrecen una miserable nota por un plato de lentejas
adiós a los pobres diablos que se creen con el derecho de decir quién es poeta y quien no, a quienes encumbran sus nombres antes de saber leer y escribir
adiós a los vanguardistas de alcantarilla, a los pensadores de bares y cuchitriles que aman la mediocridad y odian la belleza
adiós  a los poetas poseros a los poetas malditos y a los poetas huachafos que caminan ebrios buscando fama por el centro de la ciudad dando de gritos solo para que volteen a mirarlos, porque esto es lo que han erigido los olímpicos dioses de la poesía, un palacio de serviles y esclavos del favor, un cabildo de envidiosos que viven de la ponzoña y la afrenta, porque solo la divina providencia sabe lo que necesitan sus siervos, y porque nunca fui digno de ser como ustedes
adiós queridos argolleros parnasianos
adiós sagrados traficantes de la palabra.


80s

No sé si recuerdas que fuimos jóvenes  y hermosos
que cabalgamos desnudos por esta ciudad fantasma
como inmortales
más fuertes que dios
no sé si recuerdas, fuimos  salvajes y cantamos
please let me get what i want de Morrisey
una botella de trago fue nuestro reino
en los parques nos enamoramos libremente
como amapolas ardimos por las calles de madrugada
vestidos con trajes negros en fiestas wave
íbamos a cambiar el mundo
con nuestro espíritu beat y una colt en el corazón
brillábamos mucho más que las flores
te acuerdas?


Poema de Alicia en el país de las maravillas

Alicia no vive en el país de las maravillas
pasea por el Jirón de la Unión
bebe vodka
fuma cigarros mentolados
se pinta el pelo de color naranja
escucha a Lou Reed y visita al psiquiatra
solo por los calmantes
Alicia no cree en dios
ni en la derecha
tampoco en príncipes ni cenicientas
tuvo un hijo que murió al nacer
a veces le lleva flores al cementerio
antes de dar el salto soñó que viajaba
en su alfombra mágica
mientras volaba
incendiaba la ciudad
junto a Sherezade
Alicia se emborrachaba en los bares
donde coleccionaba sombrereros locos por venganza
una mañana la encontraron sobre un charco de sangre
con las venas rotas como sus sueños
y la foto de su hijo
en el bolsillo
Alicia tenía 23 años
nunca creyó en el amor.
                                 


Sobre el autor:
Raúl Heraud Alcázar (Lima, 1970) Licenciado en Psicología, Hipnoterapeuta clínico, hizo estudios en la especialidad de Psicología social en la universidad de Alicante, España,  Ha publicado los poemarios Hecho de barro 2001  y Respuesta para tres o cuatro en el 2002 bajo el fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, “El arte de la destrucción” 2006, Teatro de la crueldad, Lima 2009, “Orange ode”  2009. “Restos”  2011, La flor de la locura, Chile 2011, La piedra elemental  Ecuador- 2012 y las antologías “Antología de la nueva poesía cubana 1970 – 2010”  – 2010, Rito Verbal, Muestra de poesía peruana 2000 – 2010, 2011, El Fin, poesía ecuatoriana, 2012. Ha sido incluido en antologías sobre Poesía peruana como “El ojo de la aguja” 2003, (U.I.G.V), “Ríos viejos voces nuevas” (Ed. Casa del poeta peruano 2005), “Cuentos Reales”, (U.I.G.V. 2005) “Manual de literatura peruana”  (Afa Editores 2008), “Antología poetas del mundo” (Revista Hispanoamericana de Literatura 2008), “Antología palabras sin fronteras” (Universidad Ricardo Palma – 2009), “Antología de poetas peruanos” (ediciones Jaguar, México 2009). Ha participado en festivales internacionales de poesía tanto en Perú como en España, Argentina, Brasil Cuba, Ecuador, Estados Unidos y Chile. Ha ganado los premios internacionales de poesía:
Hermandad Lationamericana , Buenos aires 2006
Premio Hispanoamericano de poesía Ruben Bonifaz Nuño, México 2013