martes, 18 de diciembre de 2018

Relatos nómadas o cómo vivir la experiencia de viajar - Paolo Astorga


Relatos nómadas o cómo vivir la experiencia de viajar


Escrito por: Paolo Astorga



Relatos nómadas (Ornitorrinco Ediciones, 2018) de Claudia Oré Butler, son una serie de crónicas de viaje cuyo tema principal gira en torno al aprendizaje intercultural. A través de una serie de narraciones amenas y descritas de manera magistral, Claudia nos contará sus peripecias como trotamundos, pero no solo desde una descripción geográfica de las maravillas que tiene el mundo, sino sobre todo, de la riqueza humana que encontrará en cada viaje, en cada anécdota, en cada encuentro. El libro pretende ofrecernos las experiencias de viaje de una mochilera, de manera divertida y agradable. Estas crónicas nacen, según la autora, de un diario de viaje, pero cobran fuerza con el estilo narrativo que se acerca más a la magia del intercambio cultural con las personas que en una mera enumeración de aspectos geográficos o turísticos.

Se podría decir entonces que este es un diario o bitácora del viajero, en donde se explorará la riqueza de los diversos lugares a donde el trabajo, el placer o el destino llevarán a la autora. Pero como toda crónica la historia tendrá siempre un elemento central: un descubrimiento, un develamiento, un nuevo aprendizaje, que permitirá a los lectores disfrutar el viaje como lo disfrutó (o padeció) la autora.

El libro abre con una crónica profundamente anecdótica sobre un viaje a Bogotá. Uno de los elementos resaltantes en el relato es lo significativo que resultan los aeropuertos para un viajero. Es como dice la autora: “lugares donde pueden ocurrir miles de situaciones y contratiempos, donde siempre hay mucha gente corriendo de un lado a otro, comprando, comiendo, durmiendo, tomando fotos, despidiéndose, leyendo, etc., pero, sobre todo, esperando… siempre esperando.” Es pues en los aeropuertos donde el mundo –y sus historias- se entrelazan. Es más, hay ciertos aeropuertos epicentros del mundo. En el caso de la historia contada por Claudia, resulta bastante anecdótica. La autora necesita viajar a Bruselas para un Congreso Internacional de Turismo Social, pero al encontrarse en el aeropuerto de Bogotá, se le extravían los documentos. El relato nos acerca a una vicisitud muy común del viajero: perder vuelos, perder documentos o peor aún, ser víctima de un robo. La historia termina de una manera reconfortante y deja, además un mensaje, aleccionador, pero sobre todo cargado de cierto humor.

¿Por qué dejar testimonio de nuestros viajes? El libro es claro: aprender, conocer, intercambiar, asombrarse, vivir, son las palabras clave que serían la respuesta a este libro. Claudia, crónica tras crónica despliega una narración limpia y atrapante. Su fin no es el de mostrarnos su mundo viajero, sino a las inolvidables personas que pueblan el libro. Pues al viajar no solo se conoce al otro, sino también que nos conocemos a nosotros mismos.

En el libro destacan crónicas como el viaje de Año Nuevo a Cuba y, mientras la autora nos cuenta sobre lo que le sucedió en aquella isla, también se reflexiona sobre política, sobre la idiosincrasia y, sobre todo, sobre el lenguaje, sobre el idioma, tan importante para el viajero.

Recordemos que Claudia es una especialista en Turismo y hoy por hoy este es visto como una de las actividades económicas más importantes, sobre todo para países como Egipto, cuya economía subsiste gracias al turismo.

Ahora bien, hablando de Egipto, la autora nos narra una serie de aventuras que vivió en este lejano país. Destacan “Una travesura en las Pirámides de Egipto”, una crónica llena de misterio y belleza, no exenta de cierto humor, sobre el famoso espectáculo de luces al amanecer de las Pirámides de Giza. Destaco de la narración este fragmento:

“Las luces iluminaban partes de la gran pirámide o a las tres pirámides en simultáneo, de acuerdo como se iba desarrollando la historia de Egipto. Me pareció muy hermoso el juego de luces, y estar en el desierto de noche le daba a todo un aire especial. En el espectáculo, las pirámides hablaban entre sí con voces en off; cuando hablaba Keops, esta se iluminaba, y cuando contestaba Micerino, se apagaba Keops; y así sucesivamente.”

También destacan “Nagib y Annan en el Cairo” o “Una familia feliz en Mádaba”, y la mayoría de crónicas sobre el Medio Oriente. Aquí, sin duda, lo destacable es la hospitalidad, la fuerte idea de familia y la sencillez de las personas. Estos encuentros se pueden resumir con la siguiente cita de la autora: “me gustaba este intercambio de culturas, de formas de vivir y hablar; de acoger al otro…”

A lo largo de cada crónica el lector no solo va a “viajar con la autora”, sino que va a aprender a observar, a escuchar, a sentir (con el lenguaje que nos ofrece Claudia), no solo las diferencias culturales que tienen las personas de los diversos lugares del mundo que visita la autora, sino los aspectos humanos que nos unen, que nos hacen empáticos y una sola persona. Claudia es muy sagaz en este punto, pues, con cada crónica, con cada relato y aventura, asume el reto de mostrarnos con honestidad el aspecto no solo público del país (atractivos turísticos, el espacio geográfico), sino también aspectos privados (la idea de lo familiar, el hogar, las relaciones humanas). Por ello este libro es una rareza en lo que respecta a publicaciones relativas a viajes en nuestro país, pues no se busca para nada lo publicitario o lo artificial (este no es una simple guía de viajes para el turista), sino que predomina la narración cálida y sincera de la primera persona y el asombro frente a lo diverso.

Del libro son rescatables varios aspectos de las crónicas, pero es muy interesante aquellas que están referidas, como ya dije, al Medio Oriente y África. Allí, la autora nos deja en claro que para estas poblaciones prima la idea de hospitalidad y el arraigo a las tradiciones, la familia y el significado profundo que cobra lo sencillo. Además, es importantísimo rescatar que muchas de las crónicas que este libro nos presenta no se dan en calidad de turista, sino de viajero. ¿Hay alguna diferencia? Claro. El turista al viajar planifica todo posiblemente con una agencia de viajes que va a “organizar” todo su itinerario convenientemente y de la manera más segura, sin embargo, el viajero, el mochilero, se arriesga a conocer aquellos lugares a los que viaja y, en ese riesgo, a conocer realmente a las personas, los lugares y aquellos secretos que quedan vedados para aquel que ya tiene un itinerario.

Es destacable, además, el concepto gráfico del libro. Las ilustraciones de Daniel Maguiña y las fotografías, boletos, mapas y publicidad que la autora nos ofrece de sus viajes, son testimonio de que viajar es una forma intensa de vivir, pero también la mejor manera de conectarnos con lo profundo de nosotros y de los demás.

En suma Relatos nómadas nos acerca cada vez más a lo humano, a ese deseo por conocer desde la libertad y la hospitalidad, desde el asombro y el deslumbramiento. Claudia Oré no solo ha escrito un libro de viajes, sino una experiencia de vida, nos ha escrito una invitación para conocer y entender un poco mejor el mundo, nuestro mundo. Por eso ella termina su travesía con este fragmento: “Observación, mucha observación, caminar, moverse, conversaciones, mucha gente que te conversa; costumbres, paisajes, sistemas de organización de los países similares; todos deben esperar, pasar controles, desvelarse; los países están en movimiento; llegas a cada capital y allí están sus habitantes trabajando, caminando, haciendo cola, manejando, recibiéndote, moviéndose. Había perdido la noción del tiempo y el espacio, tuve sentimientos encontrados al llegar a mi tierra. Era la misma, pero con miles y miles de impresiones en la memoria y en el espíritu que jamás olvidaré.”



sábado, 1 de diciembre de 2018

UN PEQUEÑO COMENTARIO SOBRE POLLO FASHION LA BÚSQUEDA DE LA FLOR DE LUZ DE DANIEL MAGUIÑA - Paolo Astorga


UN PEQUEÑO COMENTARIO SOBRE POLLO FASHION LA BÚSQUEDA DE LA FLOR DE LUZ DE DANIEL MAGUIÑA



Escrito por: Paolo Astorga



Pollo Fashion: La búsqueda de la flor de luz (Ediciones Altazor, 2018) del destacado poeta e ilustrador Daniel Maguiña (Lima, 1984) es un viaje mágico y misterioso por la imaginación, la amistad verdadera y el sentido de belleza. Este cómic está orientado a formar una idea principal de lo heroico, pero también a alentar a los niños a la curiosidad e imaginación. En un mundo tan desencantado como el que vivimos, Daniel nos entrega una historia llena de luz, de color y de magia para reconocernos en sus personajes y ser parte de la aventura llena de ternura y poesía.

Este viaje comienza con un problema: En el “Mundo imaginario” el amanecer nunca más apareció y la oscuridad ha cubierto todo el mundo conocido. Los personajes denominados monstruos liderados por Borges emprenden un viaje mágico y épico por diversas islas en donde conocerán lo maravilloso y misterioso que es su mundo. A lo largo del relato podremos observar la evolución de los personajes y la destreza narrativa del autor para construir una entrañable historia. Este es pues un libro contra los miedos, contra lo desconocido y sobre todo, un libro donde la visión de niño, donde la inocencia y la valentía despliegan sus armas contra la indiferencia e incomunicación.

Nuestros héroes: Borges, Armanda, Cubo, Bak y Kusi emprenderán una búsqueda para lograr que vuelva la luz y por ende el amanecer que es en suma un símbolo de lo bello. La luz en este libro está íntimamente relacionada al color y este color a la vida. En su viaje que será de isla en isla, los monstruos amigos conocerán a otros personajes: algunos excéntricos y otros por demás tiernos. Para luego llegar a encontrarse con el Mago, quien ayudará a que Pollo Fashion, un amigo imaginario, vuelva del mundo real al imaginario para lograr que la luz regrese.

A bordo de su barco Borges y CIA, la mancha de monstruos tratarán de lograr el objetivo de hacer que la luz vuelva. Además, será de suma importancia para la trama el uso de herramientas que, como si fueran parte de un videojuego, lograrán hacer que nuestros protagonistas avancen en su travesía imaginaria y llena de misterio.

Uno de los aciertos del libro es, sin duda, la calidad de las ilustraciones, el color como dispositivo estético, pero sobre todo, Daniel ha diseñado sus personajes desde lo onírico, desde lo surreal (uso de figuras geométricas que nos recuerdan lo cubista, mezclas collages, juegos de palabras, etc.) nos recuerda a los movimientos artísticos de Vanguardia de las cuales Maguiña es tributario. Es interesante observar la dinámica narrativa de Daniel: primero el viaje heroico, el problema de la imaginación, la perspectiva del amigo imaginario (véase el caso de Tito), la mezcla entre lo real y lo mágico, y la introducción de personajes reales que bien pudieron ser fantásticos (véase a Nikola Tesla, que es un personaje central para la resolución de la trama). Y obviamente habrá también elementos propios de lo fantástico: el Mago, personaje que permite una conexión entre el mundo real y el imaginario. El Pollo Fashion, quien es el personaje entrañable que será pieza clave para la resolución del problema de la luz y que además, representa el equilibrio entre lo real e imaginario. Este personaje original es amigo imaginario de un niño llamado Salvador, el cual, creo yo, será muy importante para próximas entregas del libro.

Es de suma importancia rescatar la evolución que van a ir teniendo sus personajes: en el viaje no solo podemos asistir a la búsqueda de un objeto, sino al descubrimiento nuevos mundos, personajes y lugares que los personajes no se habían atrevido a conocer por miedo a lo desconocido. Además, como todo viaje heroico, el protagonista Borges, experimentará una trasformación, un reconocimiento de sus potencialidades, de sus virtudes y defectos para luego tomar una posición positiva. Esto está íntimamente relacionado al hecho de pasar de la oscuridad a la luz, pues como diría el antropólogo Joseph Campbell en su ya clásico libro El héroe de las mil caras: “El héroe debe hacer a un lado el orgullo, la virtud, la belleza y la vida e inclinarse o someterse a lo absolutamente intolerable. Entonces descubre que él y su opuesto no son diferentes especies, sino una sola carne”.

Como vemos el viaje por encontrar la luz no es solo una aventura netamente infantil, sino es una búsqueda de la verdad. Y en esa búsqueda (la vida misma) asistimos a una serie de luchas internas y externas de los personajes. El viaje es pues un crisol que templa y hace madurar a los personajes y los empuja a tomar partido por una visión del mundo. Esto se ve de manera patente en la evolución de Borges, como líder, como héroe. Pues como diría Constantino Kavafís en su memorable poema Ítaca:

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.

Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las ítacas.

Como vemos en este emocionante cómic la idea del viaje como símbolo de conocimiento -de uno mismo y de los demás- es apasionante en tanto el autor nos entrega desde la originalidad y la ternura una historia llena de personajes, de deseos y aventuras.

En suma Pollo Fashion: La búsqueda de la flor de luz es una invitación para no dejar desafiar, de imaginar, des ser creativos. He allí el verdadero reto heroico: no dejar nuestro lado humano, nuestra sensibilidad ante una realidad cada vez más mecanizada y unívoca. Este libro invita al deleite, a la alegría y al conocimiento, pero también a entender que la vida y sus riquezas no se encuentran solo en el lugar donde estamos, sino en el viaje, en la exploración, en esa curiosidad por conocer más y saber más. Sin duda este es un libro lleno de ternura y color, un canto a la amistad y a la valentía que todo niño, joven y adulto debe leer.

domingo, 26 de agosto de 2018

UN BREVE COMENTARIO SOBRE LOS AÑOS TRISTES (NOVELA NO APTA PARA SUICIDAS) - Paolo Astorga


UN BREVE COMENTARIO SOBRE LOS AÑOS TRISTES (NOVELA NO APTA PARA SUICIDAS)

Escrito por: Paolo Astorga




Los años tristes (novela no apta para suicidas) (Ediciones Altazor, 2018) del escritor peruano Charly Martínez (Lima, 1984) es una novela que ahonda en la condición humana y sus profundas rispideces. La directriz temática que aborda el autor es la imposibilidad de lo absoluto frente al deseo. El personaje principal, cada vez más abocado a una obsesión irrevocable y un espíritu introvertido, se enfrenta a una contradicción existencial entre el amor, la comprensión y ese otro imposible que se inserta como turbación. Letea, el símbolo de un amor obsesivo, desesperado y lleno de irremediables distancias y Astrid, la pasión prohibida del incesto, son las obsesiones más profundas, pero también, los motivos que impulsan la reflexión a lo largo dela obra. La novela de Martínez no busca solo contar una historia de amor imposible, sobre la locura o las pulsiones tanáticas, sino su discurso narrativo manifiesta una necesidad por penetrar en la psicología del desamparo y de la soledad, en los límites de la existencia y la incomprensión. Por eso la constitución de la trama se fundamenta en la sucesión de momentos que parten del presente hasta la revisita de una infancia plagada de soledad y desencuentros.

A lo largo de la novela vamos a ser testigos de una narrativa rabiosa e inmersiva. El lenguaje pulido y por momentos poético, no solo nos hace disfrutar la historia, sino que nos permite ingresar al alma de los personajes, y sobre todo, a la honesta transparencia de su protagonista. Además, el desear es el elemento central de la novela. El deseo, es una paradoja llena de misterio, es una fatalidad que engendra belleza y desgracia. El protagonista lo sabe, por eso desde su personalidad golpeada por el destino y las inseguridades propias de un ser en constantes desmoronamientos, asistimos a la violencia de las frustraciones, a la incapacidad para insertarse en una realidad que no permite constituirse en el otro sin perderse en la locura.

Esta es una historia que se aborda desde lo reflexivo, desde la identificación. El joven protagonista Charly M.T., nos narra sus desavenencias, pero también sus impresiones sobre el arte y la literatura. Es un escritor joven que a pesar de sus esfuerzos por lograrse un nombre entre el mundillo literario local con su obra Las púas y otras tragedias, no logra más que el pequeño halago y un constante movimiento hacia el abismo del fracaso. Como he planteado antes, es un personaje que intenta no solo contar su historia de amor, sino ofrecernos una visión personal de la vida y la condición humana, tan paradójica y tan compleja.

El joven escritor a lo largo de la obra irá perdiendo toda cordura hasta desmoronarse por completo en la locura. Pero en ese proceso de destrucción habrá grandes cuotas de reflexión y de libros. Y digo libros, porque por esta obra desfilan –como desfilan en el Quijote- obras y autores que marcan de alguna manera la personalidad del protagonista y su deseo por fusionarse emocionalmente en lo amado. Primero en Letea, una mujer mayor con la que intentará consolidad el amor, pero que a la larga solo será una ilusión momentánea, “una caída hacia el abismo del otro”. Luego aparecerá la presencia de Astrid y el incesto, pero también la necesidad de vencer toda esa apabullante soledad e indiferencia que lo sumirá en las profundas depresiones que luego derivarán en “encierro” (¿o liberación?) de locura y sus dos traumáticos internamientos en un hospital psiquiátrico que no harán más que acrecentar los desmoronamientos.

Y es que a lo largo de la novela el signo patente del encierro lo puebla todo. Primero la casa que no es hogar; los familiares que solo ven al protagonista con pena y desprecio por su condición diferente; la ciudad que es un gran monstruo de hostilidad e indiferencia y luego los amores que solo refulgen un momento para luego quedarse en la memoria como un dolor rabioso que madurará en tragedia. Por eso el protagonista en sus desequilibrios vive “encerrado en sí mismo”, y desde allí, intenta “abrirse” paso en el infierno que son los otros. Sin embargo, es innegable que es allí, en ese movimiento de transparencia, de sinceridad con el otro, que las imposibilidades aparecen y devienen en lejanías y desolación.

El protagonista no puede estar alejado de la presencia femenina: La madre neurótica, la abuela Herminia, dulce y llena de esperanza, la presencia de la mujer demente con quien conoce por primera vez la marginalidad de una realidad que brinda la felicidad para algunos y la violencia y dolor para otros, Letea y Astrid, componen el universo narrativo en la novela.

Pero esta novela no apta para suicidas tiene además un elemento constitutivo: la tentación del suicidio. A lo largo de la novela el protagonista sumido ya en la profunda depresión y soledad pensará de manera seria en la muerte como un proyecto redentor. Pero, paradójicamente mientras la trama se desarrolla, asistimos a que, aunque existe un auténtico deseo de autoeliminación, lo que se muere no es el protagonista, sino aquello que ama o que intenta amar. Primero como rechazo, como sordidez, como incomprensión y luego con la muerte misma, patente, fría, inesperada.

No, la novela no habla solo de la desolación y la violencia del tiempo en donde un yo no puede adaptarse a enajenado mundo que lo rodea, sino que todo el libro es un canto a lo vital, es una loa a la vida desde sus límites y la más significativa de sus metas: alcanzar a ser, figurarse en el mundo a pesar de toda las inconsecuencias, de todos los olvidos, de todas las soledades.

Con un manejo magistral de los diálogos y un estilo autobiográfico, Los años tristes (Novela no apta para suicidas) es una búsqueda heroica por comprenderse, por instituirse y caer en el otro desde el amor, desde la magnitud máxima de los deseos, pero sobre todo, desde la más honesta de las humanidades. El protagonista es un hombre que tienta al fracaso –como diría Ribeyro- pero que en ese dolor, en esa tristeza que el destino convierte en miseria y destrucción, el alma que se duele, que sufre, es el alma dotada de un don especial: contemplar lo más inhóspito de lo humano, la belleza y la violencia de la vida misma.



jueves, 24 de agosto de 2017

POEMAS PARA DECLAMACIÓN

POEMAS PARA DECLAMACIÓN
SELECCIÓN: PAOLO ASTORGA




Yo no me río de la muerte

Tú quisiste descansar
en tierra muerta y en olvido.
Creías poder vivir solo
en el mar, o en los montes.
Luego supiste que la vida
es soledad  entre los hombres
y soledad entre los valles.
Que los días que circulaban
en tu pecho sólo eran nuestras
de dolor entre tu llanto. Pobre
amigo. No sabías nada ni llorabas nada
Yo nunca me río
de la muerte.
Simplemente
sucede que
no tengo
miedo
de
morir
entre
pájaros y arboles
Yo no me río de la muerte.
Pero a veces tengo sed
y pido un poco de vida,
a veces tengo sed y pregunto
diariamente, y como siempre
sucede que no hallo respuestas
sino una carcajada profunda
y negra. Ya lo dije, nunca
suelo reir de la muerte,
pero sí conozco su blanco
rostro, su tétrica vestimenta.
Yo no me río de la muerte.
Sin embargo, conozco su
blanca casa, conozco su
blanca vestimenta, conozco
su humedad y su silencio.
Claro está, la muerte no
me ha visitado todavía,
y Uds. preguntarán: ¿qué
conoces? No conozco nada.
Es cierto también eso.
Empero, sé que al llegar
ella yo estaré esperando,
yo estaré esperando de pie
o tal vez desayunando.
La miraré blandamente
(no se vaya a asustar)
y como jamás he reído
de su túnica, la acompañaré,
solitario y solitario.

                                                    De: "El Viaje". 1961. Javier Heraud






LOS DADOS ETERNOS
Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!
Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
¡Y el hombre sí te sufre: el Dios es él!
Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado.
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.
Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura. 





CANTO CORAL AL TÚPAC AMARU, QUE ES LA LIBERTAD

Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca.
Lo volarán: ¡y no podrán matarlo!

Lo pondrán de cabeza. Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos.
Lo patearán a toda furia. Luego lo sangrarán: ¡y no podrán matarlo!

Coronarán con sangre su cabeza:
Sus pómulos, con golpes. Y con clavos sus costillas. Le harán morder el polvo.
Lo golpearán: ¡y no podrán matarlo!

Le sacarán los sueños y los ojos.
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán. Y a golpe de matanza, lo clavarán: ¡y no podrán matarlo!

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Querrán descuartizarlo, triturarlo, mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.

Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Al tercer día de los sufrimientos, cuando se crea todo consumado, gritando: ¡libertad! Sobre la tierra, ha de volver.

Y no podrán matarlo.

Alejandro Romualdo Valle
Perú





MASA

Al fin de la batalla,
y muerto ya el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: "No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:
"No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate, hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

César Vallejo
España, aparta de mí este cáliz [1937]





POEMA TRISTITIA DE ABRAHAM VALDELOMAR

Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
se deslizó en la paz de una aldea lejana,
entre el manso rumor con que muere una ola
y el tañer doloroso de una vieja campana.

Dábame el mar la nota de su melancolía
;el cielo, la serena quietud de su belleza;
los besos de mi madre, una dulce alegría,
y la muerte del sol, una vaga tristeza.

En la mañana azul, al despertar, sentía
el canto de las olas como una melodía
y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;

mi padre era callado y mi madre era triste
y la alegría nadie me la supo enseñar






La niña de la lámpara azul

En el pasadizo nebuloso
cual mágico sueño de Estambul,
su perfil presenta destelloso
la niña de la lámpara azul.
              
Ágil y risueña se insinúa,
y su llama seductora brilla,
tiembla en su cabello la garúa
de la playa de la maravilla.
              
Con voz infantil y melodiosa
en fresco aroma de abedul,
habla de una vida milagrosa
la niña de la lámpara azul.
              
Con cálidos ojos de dulzura
y besos de amor matutino,
me ofrece la bella criatura
un mágico y celeste camino.
              
De encantación en un derroche,
hiende leda, vaporoso tul;
y me guía a través de la noche
la niña de la lámpara azul.






POEMA ARENGA AL PERUANO 
- MARIO FLORIAN -

No te sientas pequeño, hombre común peruano,
Peruano de estos días: confirma tu grandeza
Delante de tu huésped, delante del foráneo
Que llegó de muy lejos a comer de tu mesa;

Que llegó de muy lejos a vivir en tu espacio,
Y a hablarte de su origen y a hablarte de su fuerza.
Tu desciendes del puma, tu desciendes del rayo.
Y en tus músculos duerme colosal fortaleza.

No te humilles. Despierta. Elévate peruano.
Erígete. Ya es hora. Revive tu ejercicio
De amansador de Mundos, de continentes bravos,
De forjador de imperios sobre precipicios.

Levántate peruano. Pisa otra vez tu tierra...
Que el horizonte vea tu figura broncínea
De semidiós, de cóndor. Despliega tu mirada
Y el poder de tus alas y tu aptitud antigua.

Vindícate en la tierra... Porque estás en tu tierra
Desde hace eternidades... Y tu tierra te adora.
¡Exprésate peruano! ¡Exprésate de nuevo!
¡Sé heroicidad, destino! ¡Levánte! ¡Ya es hora!








POEMA DEDICADO AL PERU POR FEDERICO BARRETO

¡Patria del corazón! La suerte un dia,
te hundio en el pecho con furor la espada,
y hoy, abatida pero no humillada,
pareces un león en la agonia.

Antes, cuando dichosa te veia,
fuiste por mi con entusiasmo amada;
pero hoy, que veo que eres desgraciada
no te amo ya… ¡te tengo idolatria!

¡Oh! ¡Quien pudiera, Patria, quien pudiera
disipar las tinieblas de tu cielo
y sucumbir envuelto en tu bandera!

Yo, tal fortuna es todo lo que anhelo,
¡y que me echen de cara cuando muera,
para besar el polvo de tu suelo!








POEMA ANTES QUE TU; FEDERICO BARRETO
Sonríes, al pasar, con ironía
Porque me juzgas un rival vencido…
¡Imbécil! la mujer que has elegido,
antes que fuera tuya, ha sido mía.

En sus labios de rosa bebí un día
La esencia del licor apetecido
¿Y tú de qué te ríes? ¿qué has bebido?
¡Las sombras de la copa de ambrosía!

Ella probó en mis brazos la ventura.
Para mi fue flor de su hermosura.
Yo fui sábelo bien su primer hombre.

¿Hoy la posees? No me causas enojos
cuando la besas tú, cierra los ojos
y, bajando la voz dice mi nombre…







POEMA 18 
- PABLO NERUDA -

Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.

A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo. A veces amanezco, y hasta mi alma esta húmeda.
Suena, resuena el mar lejano. Este es un puerto.

Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.

Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.

Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.







POEMA VERGUENZA DE GABRIELA MISTRAL
Si tú me miras, yo me vuelvo hermosa
como la hierba a que bajó el rocío,
y desconocerán mi faz gloriosa
las altas cañas cuando baje el río.

Tengo vergüenza de mi boca triste,
de mi voz rota y mis rodillas rudas.
Ahora que me miraste y que viniste,
me encontré pobre y me palpé desnuda.

Ninguna piedra en el camino hallaste
más desnuda de luz en la alborada
que esta mujer a la que levantaste,
porque oiste su canto, la mirada.

Yo callaré para que no conozcan,
mi dicha los que pasan por el llano,
en el fulgor que da a mí frente tosca
y en la tremolación que hay en mi mano...

Es noche y baja a la hierba el rocío;
mírame largo y habla con ternura,
¡que mañana al descender al río
la que besaste llevará hermosura!






POEMA EL DESPRECIO; NICOMEDES SANTA CRUZ
Me despreciaste por negro
y yo te quise por blanca
que maldito sea el color
que separó nuestras almas.

Por un instante quise yo
que el sol nublara mis esperanzas
pero la noche no le quiso dar
el color a mi alma.

Y la culpa la tengo yo
porque creí que ese amor
cuando se quiere de veraz
no se fija en el color.

Te burlas de mi porque tengo esta piel negra
que tanto te espanta, que tanto maldices
que tanto desprecias.
Mucho más blanca que tú
tengo el alma y las entrañas.

Por eso te digo mujer
si Dios es más grande del mundo,
porque me desprecias
si tu al lado de Él: no eres nada.

Razón tenía mi madre
cuando supo que te amaba
se compadecía de mi.

Es que sabía la pobre
como queremos los negros
y como los blancos desprecian
el color de nuestras almas.

Mira, aunque mis ojos son tan negros
lloran lágrimas blancas.
Me despreciaste por negro
y yo te quise por blanca.





POEMA SIN CORAZON DE FEDERICO BARRETO

Loco de rabia y despecho,
resolví en cierta ocasión,
abrir a mi amada el pecho
y arrancarle el corazón.

Así sabré dije fiero,
si el corazón de la ingrata
que sin piedad me maltrata,
es de piedra o de acero.

La aceche, luego sin calma
y con un largo puñal
rasgue el seno virginal
de aquella mujer sin alma.

Y cuando a mis pies la ví,
un grito horrible lance
¡ y mis manos sepulte,
en la herida que le abrí !

Busque, luego, temerario
dentro de su pecho impío
y su pecho estaba frió,
como el fondo de un osario.

Busque…, busque con tesón
y no halle lo que buscaba;
¡ la mujer que tanto amaba,
no tenia corazón !







POEMA A COCACHOS APRENDI
NICOMEDES SANTA CRUZ

A cocachos aprendí
mi labor de colegial
en el Colegio Fiscal
del barrio donde nací.

Tener primaria completa
era raro en mi niñez
(nos sentábamos de a tres
en una sola carpeta).
Yo creo que la palmeta
la inventaron para mí,
de la vez que una rompí
me apodaron ?mano´e fierro?,
y por ser tan mataperro
a cocachos aprendí.
Juguetón de nacimiento,
por dedicarme al recreo
sacaba Diez en Aseo
y Once en Aprovechamiento.
De la Conducta ni cuento
pues, para colmo de mal
era mi voz general
?¡chócala pa la salida!?
dejando a veces perdida
mi labor de colegial.

¡Campeón en lingo y bolero!
¡Rey del trompo con huaraca!
¡Mago haciéndome ?la vaca?
y en bolitas, el primero…!
En Aritmética, Cero.
En Geografía, igual.
Doce en examen oral,
Trece en examen escrito.
Si no me ?soplan? repito
en el Colegio Fiscal.

Con esa nota mezquina
terminé mi Quinto al tranco,
tiré el guardapolvo blanco
(de costalitos de harina).

Y hoy, parado en una esquina
lloro el tiempo que perdí:
los otros niños de allí
alcanzaron nombre egregio.
Yo no aproveché el Colegio
del barrio donde nací…



Él llegó con la luna llena - Poemas de Giovanna Pollarolo           

La noche era clara
el mar calmado y azul.
Esa noche la luna se mostró entera
sin la sombra de ninguna nube;
eran las doce
y nuestros cuerpos proyectaban sombras
como si estuviera amaneciendo.
Mirábamos el cielo, el mar, la arena
a cincuenta metros se distinguía
cada roca
cada ola punto de reventar
hasta las botellas y las latas vacías de cerveza
abandonadas en la orilla.
Milagro de milagros
amanecía en plena noche
y él acababa de llegar.
Me dio un beso, bebimos, bailamos.
Bendije, entonces, mis peregrinajes
a la cruz
el conjuro de la bruja
experta en amores
mis avemarías
el mismo deseo tres veces repetido
que formulé ante la luna nueva
cada noche.
Pero él, acabada la fiesta, se deshizo de mi abrazo
y dijo: no sé por qué he venido
no te amo,
no sé qué estoy haciendo aquí.
Y recordé la piedra que tiré al río
las noches sin luna,
mi falta de fe.








Gabriela Mistral

Besos

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

(…)

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.





Amado Nervo

Me besaba mucho

Me besaba mucho, como si temiera
irse muy temprano... Su cariño era
inquieto, nervioso. Yo no comprendía
tan febril premura. Mi intención grosera
nunca vio muy lejos
¡Ella presentía!
Ella presentía que era corto el plazo,
que la vela herida por el latigazo
del viento, aguardaba ya..., y en su ansiedad
quería dejarme su alma en cada abrazo,
poner en sus besos una eternidad.





Amor eterno

Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

Gustavo Adolfo Bécquer





CORAZÓN CORAZA
Mario Benedetti 

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.






EN TI LA TIERRA
Pablo Neruda

Pequeña rosa, rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece que en una mano mía cabes,
que así voy a cercarte y a llevarte a mi boca,
pero de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.





Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos...
Miguel Hernández

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.





ANGEL GONZÁLEZ
Mientras tú existas

Mientras tú existas,
mientras mi mirada
te busque más allá de las colinas,
mientras nada
me llene el corazón,
si no es tu imagen, y haya
una remota posibilidad de que estés viva
en algún sitio, iluminada
por una luz cualquiera...
                                             
Mientras yo presienta que eres y te llamas
así, con ese nombre tuyo
tan pequeño,
seguiré como ahora, amada
mía,
transido de distancia,
bajo ese amor que crece y no se muere,
bajo ese amor que sigue y nunca acaba.








CUÁNTAS VECES, AMOR, TE AMÉ SIN VERTE Y TAL VEZ SIN RECUERDO... 

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, 
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, 
en regiones contrarias, en un mediodía quemante: 
eras sólo el aroma de los cereales que amo. 

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa 
en Angola, a la luz de la luna de Junio, 
o eras tú la cintura de aquella guitarra 
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. 

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. 
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. 
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto 

mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: 
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. 
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

PABLO NERUDA





SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO

Si me quitaran totalmente todo
si, por ejemplo, me quitaran el saludo
de los pájaros, o los buenos días
del sol sobre la tierra,
me quedaría
aún
una palabra. Aún me quedaría una palabra
donde apoyar la voz.

Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.

Si me quitaran una pierna
bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo
me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre, amor mío.

(De Edición extraordinaria)





CUATRO BOLEROS MAROQUEROS - POEMAS DE ANTONIO CISNEROS

1.-

Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa mas aburrida del suburbio
no habrian primaveras ni otoños ni inviernos ni veranos.
Pero no.
Las estaciones se cumplieran
como estaban previstas en cualquier almanaque
Y la dueña de la casa y el cartero
no me volvieron a preguntar
por ti.

2.-

Para olvidarme de ti y no mirarte
miro el viaje de las moscas por el aire
Gran Estilo
Gran Velocidad
Gran Altura.


3.-

Para olvidarte me agarro al primer tren y salgo al campo
Imposible Y es que tu ausencia
tiene algo de Flora de Fauna de Pic Nic.


4.-

No me aumentaron el sueldo por tu ausencia
sin embargo el frasco de Nescafé me dura el doble
el triple las hojas de afeitar.





Tercer movimiento (affettuosso) - Poemas de Antonio Cisneros

Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha,
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavia.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes podrán holgarse
en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces la muchacha no verá el Dedo de Dios. Los cuerpos discretos
pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es dificil hacer el amor pero se aprende.






El guardián del hielo - Poemas de José Watanabe

Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.

Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...

El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.

No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.




POEMA EL HERMANO AUSENTE EN LA CENA PASCUAL
- Abraham Valdelomar -

La misma mesa antigua y holgada, de nogal,
Y sobre ella la misma blancura del mantel
Y los cuadros de caza de anónimo pincel
Y la oscura alacena, todo, todo está igual…

Hay un sitio vacío en la mesa hacia el cual
mi madre tiende a veces su mirada de miel
y se musita el nombre del ausente;
pero él hoy no vendrá a sentarse en la mesa pascual.

La misma criada pone, sin dejarse sentir,
la suculenta vianda y el plácido manjar;
pero no hay la alegría ni el afán de reir
que animaran antaño la cena familiar;

y mi madre que acaso algo quiere decir,
ve el lugar del ausente y se pone a llorar…



POEMA TODO LO IGNORAS PORQUE ERES DE PIEDRA DE MARTIN ADAN

Todo lo ignoras porque eres de piedra,
Todo lo ignoras porque es otro el día;
Todo lo ignoras porque es otro el río
Y sigue siendo así todavía.

Nada es realidad sino de enfrente,
Y con mi mano encima, encallecida.
¡Cuando tú sepas por qué fue la ojera,
Cuando tú sepas lo de mi camisa,
Cuando lo sepas todo, piedra noble
Si lo sabes, piedra caída!

Vivían todos porque ya vivían
¡Que todo caiga, Piedra!
Todo reviva,Todo sea,
La otra vez, el tiempo
El tiempo de minúscula e idea,

Este cuerpo de estar
Y de amor de belleza
¡No reparar en rima, Todo sea del pie a la cabeza!
¡Toda la letra que no se interpreta
Todo será en un día,

Mi sudor de verano,
Y mis pies sucios,
Y mi vida por de fuera
Todo lo que no soy y que me viva
Ya lo sé, yo enfermo de mi primavera!






SONETO DE LA DULCE QUEJA DE FEDERICO GARCIA LORCA


Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado

y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado




POEMA TE DIGO ADIOS
- Rafael Alberti -



Te digo adiós, amor, y no estoy triste.
Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,
un solo beso lento y prolongado
que se truncó en dolor cuando partiste.

No supiste entender, no comprendiste
que era un amor final, desesperado,
ni intentaste arrancarme de tu lado
cuando con duro corazón me heriste.

Lloré tanto aquel día que no quiero
pensar que el mismo sufrimiento espero
cada vez que en tu vida reaparece
ese amor que al negarlo te ilumina

Tu luz es él cuando mi luz decrece,
tu solo amor cuando mi amor declina




Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.




No nació la mujer para querida


No nació la mujer para querida,
por esquiva, por falsa y por mudable;
y porque es bella, débil, miserable,
no nació para ser aborrecida.

No nació para verse sometida
porque tiene carácter indomable;
y pues prudencia en ella nunca es dable
no nació para ser obedecida.

Porque es flaca no puede ser soltera,
porque es infiel no puede ser casada,
por mudable no es fácil que bien quiera.

Si no es, pues, para amar o ser amada,
sola o casada, súbdita o primera,
la mujer no ha nacido para nada.

Mariano Melgar




Yaraví
de Mariano Melgar

Todo mi afecto puse en una ingrata;
Y ella inconstante me llegó á olvidar.
Si así, si así se trata
Un afecto sincero,
Amor, amor no quiero,
No quiero más amar.

Juramos ser yo suyo y ella mía:
Yo cumplí, y ella no se acordó más.
Mayor, mayor falsía
Jamas hallar espero,
Amor, amor no quiero,
No quiero más amar.

Mi gloria fué en un tiempo su firmeza;
Y hoy su inconstancia vil me hace penar.
Fuera, fuera bajeza
Que durara mi esmero,
Amor, amor no quiero,
No quiero más amar.




POEMA TODAVIA
- Mario Benedetti

Todavía

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más todavía.




BLASÓN
Soy el cantor de América autóctono y salvaje:
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje
con vaivén pausado de hamaca tropical...

Cuando me siento inca, le rindo vasallaje
al Sol, que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el coloniaje
parecen mis estrofas trompetas de cristal.

Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el león, de oro,
y las dos castas fundo con épico fragor.

La sangre es española e incaico es el latido;
y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido
un blanco aventurero o un indio emperador.

José Santos Chocano



AL AMOR

Si eres un bien arrebatado al cielo
¿Por qué las dudas, el gemido, el llanto,
La desconfianza, el torcedor quebranto,
las turbias noches de febril desvelo?

Si eres un mal en el terrestre suelo
¿Por qué los goces, la sonrisa, el canto,
las esperanzas, el glorioso encanto,
las visiones de paz y de consuelo?

Si eres nieve ¿Por qué tus vivas llamas?
Si eres llama ¿Por qué tu hielo inerte?
Si eres sombra ¿Por qué la luz derramas?

¿Por qué la sombra, si eres luz querida?
Si eres vida ¿Por qué me das la muerte?
Si eres muerte ¿Por qué me das la vida?

Manuel Gonzáles Prada




LOS HERALDOS NEGROS
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

César Vallejo




   ESPERGESIA

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha...
Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.

Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico...Y no saben
por qué en mi verso chirrian,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.
Todos saben... Y no saben
que la luz es tísica,
y la sombra gorda...
Y no saben que el Misterio sintetiza...
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.

César Vallejo



PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

César Vallejo




MADRE

Tu nombre viene lento como las músicas humildes
y de tus manos vuelan palomas blancas

mi recuerdo te viste siempre de blanco
como un recreo de niños que los hombres miran desde
aquí distante

un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura

a tu lado el cariño se abre como una flor cuando pienso

entre ti y el horizonte
mi palabra está primitiva como la lluvia o como los
himnos

porque ante ti callan las rosas y la canción

Carlos Oquendo de Amat




CASTI CONNUBI

Cada mañana, marido y mujer, sentados y limpios,
comiendo tostadas, ruido de rata,
leyendo los diarios, matando las moscas,
hablando del clima, cada mañana,
esperan la noche, el hastío sexual:
fingirse dormidos, fingirse despiertos,
decirse palabras de libros de amor,
cada mañana, marido y mujer,
van al trabajo, regresan, almuerzan,
van al trabajo, regresan, se acuestan,
gordos, lustrosos, años de años,
esperan la noche, matando tostadas,
matando las moscas, matando los diarios,
matando los climas, cada mañana, gordos,
payasos, esperan la noche, el hastío sexual:
fingirse dormidos, fingirse despiertos,
decirse palabras de libros de amor,
cada mañana, rata y rata, rata y rata.

Marcos Martos




Poema Acuérdate de Mí
de Carlos Augusto Salaverry



¡Oh! cuánto tiempo silenciosa el alma
mira en redor su soledad que aumenta
como un péndulo inmovil: ya no cuenta
las horas que se van!
No siente los minutos cadenciosos
a golpe igual del corazón que adora
aspirando la magia embriagadora
de tu amoroso afán.

Ya no late, ni siente, ni aún respira
petrificada el alma allá en lo interno;
tu cifra en mármol con buril eterno
queda grabada en mí!
Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto,
muerto para el amor y la ventura
esta en tu corazón mi sepultura
y el cadáver aquí!

En este corazón ya enmudecido
cual la ruina de un templo silencioso,
vacío, abandonado, pavoroso
sin luz y sin rumor;
Embalsamadas ondas de armonía
elevábanse a un tiempo en sus altares;
y vibraban melódicos cantares
los ecos de tu amor.

Parece ayer! ...De nuestros labios mudos
el suspiro de ¡"Adiós" volaba al cielo,
y escondías la faz en tu pañuelo
para mejor llorar!
Hoy... nos apartan los profundos senos
de dos inmensidades que has querido,
y es más triste y más hondo el de tu olvido
que el abismo del mar!

Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio,
qué la distancia, ni los altos montes?
Ni qué son esos turbios horizontes
que mira desde aquí;
si al través del espacio de las cumbres,
de ese ancho mar y de ese firmamento,
vuela por el azul mi pensamiento
y vive junto a tí:

Si yo tus alas invisibles veo,
te llevo dentro del alma estás conmigo,
tu sombra soy y donde vas te sigo
por tus huellas en pos!
Y en vano intentan que mi nombre olvides;
nacieron, nuestras almas enlazadas,
y en el mismo crisol purificadas
por la mano de Dios.

Tú eres la misma aún;
cual otros días suspéndense tus brazos de mi cuello;
veo tu rostro apasionado y bello
mirarme y sonreír;
aspiro de tus labios el aliento
como el perfume de claveles rojos,
y brilla siempre en tus azules ojos
mi sol, ¡mi porvenir!

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;
mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,
y ocultas a través de tu sonrisa
lágrimas de dolor; pues mi recuerdo tu memoria asalta,
y a pesar tuyo por mi amor suspiras,
y hasta el ambiente mismo que respiras
te repite ¡mi amor!

¡Oh! cuando vea en la desierta playa,
con mi tristeza y mi dolor a solas,
el vaivén incesante de las olas,
me acordaré de tí;
Cuando veas que una ave solitaria
cruza el espacio en moribundo vuelo,
buscando un nido entre el mar y el cielo,
¡Acuérdate de mí!




  a     l     d     e     a     n     i     t     a

                                                
                                                       Aldeanita de seda
                               ataré mi corazón
                                     como una cinta a tus trenzas

                               Por que en una mañanita de carton
                               (a este bueno aventurero de emociones)
                               Le diste el vaso de agua de tu cuerpo
                               y los dos reales de tus ojos nuevos


   p                    o                       e                             m                          a


                              Para ti
                              tengo impresa una sonrisa en papel japón

                              Mírame
                              que haces crecer la yerba de los prados

                              Mujer
                              mapa de música     claro de río        fiesta de fruta

                                       En tu ventana
                             cuelgan enredaderas de los volantes de los automóviles
                             y los expendedores disminuyen el precio de sus mercancías
                        
                                  d é j a m e  q u e  b e s e  t u  v o z
                                                Tu voz
                             QUE CANTA EN TODAS LAS RAMAS DE LA MAÑANA



Carlos Oquendo de Amat





EL BESO, POEMA DE FEDERICO BARRETO

Con candoroso embeleso
y rebozando alegría,
me pides morena mía
que te diga... ¿Qué es un beso?

Un beso es el eco suave de un canto,
que más que canto es un himno sacrosanto
que imitar no puede el ave.

Un beso es el dulce idioma
con que hablan dos corazones,
que mezclan sus impresiones
como las flores su aroma.

Un beso es...no seas loca...
¿Por qué me preguntas eso?
¡Junta tu boca a mi boca
y sabrás lo que es un beso!





POEMA AMOR PROHIBIDO DE CESAR VALLEJO

Subes centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.

Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!

¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!...

Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!




POEMA AGAPE
- Cesar Vallejo -

Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.

Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada...
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.

He salido a la puerta,y me da ganas de gritar a todos:
Si echan de menos algo, aquí se queda!
Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.

Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!



POEMA ANTES QUE TU; FEDERICO BARRETO

Sonríes, al pasar, con ironía
Porque me juzgas un rival vencido…
¡Imbécil! la mujer que has elegido,
antes que fuera tuya, ha sido mía.

En sus labios de rosa bebí un día
La esencia del licor apetecido
¿Y tú de qué te ríes? ¿qué has bebido?
¡Las sombras de la copa de ambrosía!

Ella probó en mis brazos la ventura.
Para mi fue flor de su hermosura.
Yo fui sábelo bien su primer hombre.

¿Hoy la posees? No me causas enojos
cuando la besas tú, cierra los ojos
y, bajando la voz dice mi nombre…




POEMA ENIGMA
- FEDERICO BARRETO -


Eres un enigma que no tiene clave
te distingues de todas las mujeres,
nadie puede saber si odias o quieres,
sobre tu pecho hay que escribir: ¡Quién sabe!

Tienes algo de fiera y algo de ave,
un día besas y otro día hieres
¿Qué ambicionas? ¿Qué esperas? ¿Qué prefieres?

¡Tanto misterio en la razón no cabe!
Yo quisiera olvidarte y no te olvido;
desearía con ansia aborrecerte,
y nunca a nadie como a ti he querido.

Gozo al mirarte y no quisiera verte
¡Eres mujer mi fruto prohibido!
¡Me das la vida y a la vez la muerte!



POEMA EL PAN NUESTRO
- Cesar Vallejo -

Se bebe el desayuno… Húmeda tierra
De cementerio huele a sangre amada.
Ciudad de invierno… La mordaz cruzada
De una carreta que arrastrar parece
Una emoción de ayuno encadenada!

Quisiera tocar todas las puertas,
Y preguntar por no sé quién; y luego
Ver a los pobres, y, llorando quedos,
Dar pedacitos de pan fresco a todos.

Y saquear a los ricos sus viñedos
Con las dos manos santas que a un golpe de luz
Volaron desclavadas de la Cruz!
Pestaña matinal, no os levantéis!
¡El pan nuestro de cada día dánoslo, Señor…!

Todos mis huesos son ajenos;
Yo talvez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
Asignado para otro;

Y pienso que, si no hubiera nacido,
Otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón… A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra
Trasciende a polvo humano y es tan triste,
Quisiera yo tocar todas las puertas,
Y suplicar a no sé quién, perdón,
Y hacerle pedacitos de pan fresco
Aquí, en el horno de mi corazón…!



CONFESIÓN DEL MIRLO – JORGE PIMENTEL


nubes que son síntomas
de huir
relojes detenidos
absorbiendo la carne
relojes absorbiendo la carne
gangrenando la luz
aposentando tibiezas granuladas
insufladas en el desaire más denso
en el ardor cómplice
de huir
de alejarse.

nubes que son síntomas del verso
de la verdad disuelta
en la vereda ineficaz
trastocada
acosada por esa quietud que disimula el año

el año en que te conocí
la fecha en que te conocí

en una calle de Lima
en un teléfono de Lima
en un domicilio de Lima
en un absurdo de Lima
en un corredor de Lima
en el terremoto de Lima
en el ansia
en el transito
en el desconcierto
soñando
escuchando latiendo gimiendo gritando jadeando
solo en Lima
en Lima sudoroso
en Lima

nubes que son síntomas de huir
y nunca llueve
y el verso es el sol.




POEMA SIN CORAZON
- Federico Barreto -

Loco de rabia y despecho,
resolví en cierta ocasión,
abrir a mi amada el pecho
y arrancarle el corazón.

Así sabré dije fiero,
si el corazón de la ingrata
que sin piedad me maltrata,
es de piedra o de acero.

La aceche, luego sin calma
y con un largo puñal
rasgue el seno virginal
de aquella mujer sin alma.

Y cuando a mis pies la ví,
un grito horrible lance
¡ y mis manos sepulte,
en la herida que le abrí !

Busque, luego, temerario
dentro de su pecho impío
y su pecho estaba frió,
como el fondo de un osario.

Busque…, busque con tesón
y no halle lo que buscaba;
¡ la mujer que tanto amaba,
no tenia corazón !




POEMA DEDICADO AL PERU POR FEDERICO BARRETO

¡Patria del corazón! La suerte un dia,
te hundio en el pecho con furor la espada,
y hoy, abatida pero no humillada,
pareces un león en la agonia.

Antes, cuando dichosa te veia,
fuiste por mi con entusiasmo amada;
pero hoy, que veo que eres desgraciada
no te amo ya… ¡te tengo idolatria!

¡Oh! ¡Quien pudiera, Patria, quien pudiera
disipar las tinieblas de tu cielo
y sucumbir envuelto en tu bandera!

Yo, tal fortuna es todo lo que anhelo,
¡y que me echen de cara cuando muera,
para besar el polvo de tu suelo!




Corazón coraza - Poema de Mario Benedetti

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.






Intimidad – Poema de Mario Benedetti


Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto

no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos

pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno

juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga

un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso

ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío

quiero que me relates
el duelo que te callas

por mi parte te ofrezco
mi última confianza

estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
una llama.







Luna congelada – Poema de Mario Benedetti

Con esta soledad
alevosa
tranquila
con esta soledad
de sagradas goteras
de lejanos aullidos
de monstruos de silencio
de recuerdos al firme
de luna congelada
de noche para otros
de ojos bien abiertos

con esta soledad
inservible
vacía

se puede algunas veces
entender
el amor.






He aquí el amor - Jorge Eduardo Eielson


He aquí el amor.    
Repito:          
He aquí el amor.

Pero mejor hablaremos de esta puerta.           
Una puerta es una puerta
a la que yo golpeo día y noche,   
a la que yo golpeo día y noche,   
a la que yo golpeo día y noche.   
Y aunque nadie responda,           
y aunque nadie responda,
y aunque nadie responda,
el aire es el aire de todos los dias,          
las plantas son verdes como siempre,   
y el mismo cielo esférico me envuelve 
lunes, martes, miércoles,jueves, viernes, sábado y domingo.         
¿Pero, qué puedo yo decir del amor?    
¿Qué puedo yo decir del amor?  
¿Qué puedo yo decir del amor?  
En cambio, esta puerta es indudable;   
por ella entro y salgo día y noche          
hacia los verdes campos que me esperan,        
hacia el mismo cielo esférico y perenne.          

¿Pero qué puedo yo decir del amor?     
¿Qué puedo yo decir del amor?  
¿qué puedo yo decir del amor?   

Mejor sigo hablando de esta puerta.





Te me mueres de casta y de sencilla... – Miguel Hernádez




Te me mueres de casta y de sencilla...
Estoy convicto, amor, estoy confeso
de que, raptor intrépido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla,
y desde aquella gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrúpulo y de peso,
se te cae deshojada y amarilla.

El fantasma del beso delincuente
el pómulo te tiene perseguido,
cada vez más patente, negro y grande.

Y sin dormir estás, celosamente,
vigilando mi boca ¡con qué cuido!
para que no se vicie y se desmande.






Canción última – Miguel Hernádez


Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.






Me gritaron negra. Por Victoria Santa Cruz

Tenía siete años apenas,
apenas siete años,
¡Qué siete años!
¡No llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle
me gritaron ¡Negra!
¿Soy acaso negra?, me dije
¿Qué cosa es ser negra?
Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía.
Y me sentí negra,
Como ellos decían
¡Negra!
Y retrocedí
Como ellos querían
Y odié mis cabellos y mis labios gruesos
y miré apenada mi carne tostada
Y retrocedí
¡Negra!
Y retrocedí...

Y pasaba el tiempo,
y siempre amargada
Seguía llevando a mi espalda
mi pesada carga
¡Y cómo pesaba!

Me alacié el cabello,
me polveé la cara,
y entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
Hasta que un día que retrocedía, retrocedía y qué iba a caer
¿Y qué?
¿Y qué?
¡Negra!
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra soy
¡Negra!
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
Negra soy
De hoy en adelante no quiero
laciar mi cabello
No quiero
Y voy a reírme de aquellos,
que por evitar –según ellos–
que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
¡Y de qué color!
NEGRO
¡Y qué lindo suena!
NEGRO
¡Y qué ritmo tiene!
Al fin
Al fin comprendí
AL FIN
Ya no retrocedo
AL FIN
Y avanzo segura
AL FIN
Avanzo y espero
AL FIN
Y bendigo al cielo porque quiso Dios
que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí
AL FIN
¡Ya tengo la llave!

¡Negra soy!




El lenguado  - José Watanabe

Soy
lo gris contra lo gris. Mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena,
pero ese truco sutil
que me permite comer y burlar enemigos
me ha deformado. He perdido la simetría
de los animales bellos, mis ojos
y mis narices
han virado hacia un mismo lado del rostro. Soy
un pequeño monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del mar.
Las breves anchovetas que pasan a mi lado
creen que las devora
una agitación de arena
y los grandes depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de órganos enterrados en la arena
y los bordes imperceptibles de mi carne
no están muy lejos.
A veces sueño que me expando
y ondulo como una llanura, sereno y sin miedo, y más grande
que los más grandes. Yo soy entonces
toda la arena, todo el vasto fondo marino.




Día de la Madre
(Autor: Nicomedes Santa Cruz Gamarra)

Este domingo de mayo verguenza debiera darme
marcar un dia del año para querer a la madre
tomar del día una hora, de la hora unos instantes
y con unos ramos de flores y unos versos miserables
y un beso en la frente creer pagar lo impagable...

Este domingo de mayo verguenza debiera darme
que haya un dia de la raza lo acepto por segregarme
como acepto sin disfraz un dia de carnavales
y acepto el dia del indio y acepto el dia del padre
y hasta el dia del idioma donde se ignora a cervantes
pero me apena que exista solo un dia de la madre
cuando toda una existencia no basta para adorarle....

Este domingo de mayo verguenza debiera darme
deben haberlo creado para esos pobres hogares
donde el amor lo recuerda lo rojo del almanaque
o quizas para esos hijos que acarician con postales
a la que les dio la vida con llantos sudor y sangre.

Este domingo de mayo verguenza debiera de darme
marcar el dia, la hora y premeditar el instante
inventar un dia al año para querer a la madre...

Este domingo de mayo vergüenza debiera darme.