Ocho poemas del libro Detrás
de las ventanas (Toro de trapo 2011) - Paolo Astorga
LETANÍA
Yo puedo morir
y tú lo sabes.
y tú lo sabes.
En el angustiante atardecer
todo atiza terriblemente
en lo hondo de las sombras.
todo atiza terriblemente
en lo hondo de las sombras.
Sé que ha nacido un corazón crucificado.
Cierra los ojos.
Hoy tampoco tendré un cuerpo tibio
entre las sábanas.
Hoy tampoco tendré un cuerpo tibio
entre las sábanas.
Ya no tengo más isla
que esta absurda idea de reconstruir el paraíso
y deambular eternamente
como una sombra en la barbarie que sueña tu errática figura.
que esta absurda idea de reconstruir el paraíso
y deambular eternamente
como una sombra en la barbarie que sueña tu errática figura.
Sin embargo
el alba aún habrá tocado mis labios,
el instante congelado
decapitando una sonrisa.
el alba aún habrá tocado mis labios,
el instante congelado
decapitando una sonrisa.
ANGUSTIA
NATURAL
Un rostro
afligido de desgracias,
vigila el confuso reflejo de los relojes,
una lágrima antigua que cae sobre tu pecho
y oculta las heridas
para que retornen todas las hojas vencidas por el viento.
vigila el confuso reflejo de los relojes,
una lágrima antigua que cae sobre tu pecho
y oculta las heridas
para que retornen todas las hojas vencidas por el viento.
Asechantes sotos
vibran impacientes
bajo la ausencia atardecida del azar;
sombras sin memoria vagan por este incierto resplandor
que ha liberado silenciosos unicornios por el campo.
bajo la ausencia atardecida del azar;
sombras sin memoria vagan por este incierto resplandor
que ha liberado silenciosos unicornios por el campo.
La piel sesgada
ya no retiene las caricias,
vuelvo a esa perversa flor que ha cercenado mis manos
y la claridad de los columpios enmudeciendo la tarde.
vuelvo a esa perversa flor que ha cercenado mis manos
y la claridad de los columpios enmudeciendo la tarde.
Los últimos
árboles desconciertan el eco indecible de los pájaros,
otra vez el sol que me espera de rodillas,
sospechando entre mis ojos la profunda soledad de la niebla
que parece olvidar todos los sonidos que el mar inventa
para que la luna no desaparezca nunca en nuestros vientres.
otra vez el sol que me espera de rodillas,
sospechando entre mis ojos la profunda soledad de la niebla
que parece olvidar todos los sonidos que el mar inventa
para que la luna no desaparezca nunca en nuestros vientres.
UN MUCHACHO
ANTES DEL INVIERNO
En la búsqueda
infinita se pierde la nostalgia,
el desprecio hacia aquella piedra que ha invadido nuestra ausencia
bajo la plegaria que amanece sobre una extensa sábana insufrible.
el desprecio hacia aquella piedra que ha invadido nuestra ausencia
bajo la plegaria que amanece sobre una extensa sábana insufrible.
Pocas cosas han
quedado impunes a la mirada funesta de los cuervos.
Fluye el tiempo
ahogándose en el lago púrpura de inconcretas voces
acariciando la perversa herida bajo el llanto.
acariciando la perversa herida bajo el llanto.
Despoblados
rostros han acabado su otoño
sobre un par de labios adormecidos de arpegios
que a veces solo provocan la violencia de las nubes
bajo una pestaña aletargada por la incógnita ceniza
que ha construido las distancias.
sobre un par de labios adormecidos de arpegios
que a veces solo provocan la violencia de las nubes
bajo una pestaña aletargada por la incógnita ceniza
que ha construido las distancias.
Entre los pinos
ya nadie rinde culto
a una lágrima que ha perdido
su corona.
ya nadie rinde culto
a una lágrima que ha perdido
su corona.
BALADA PARA
UN CUERPO IMAGINARIO
Enardecidos
pájaros cercenan mis sueños,
tengo ahora todas las sombras
y los ataúdes frente a mí alucinando paisajes absolutos,
en tu cuello descubierto, aún el destierro incompleto
azorando mis vértebras, el éxtasis resucitando oscuros laberintos
donde la piel retorna a las palabras y el río detiene su cauce.
tengo ahora todas las sombras
y los ataúdes frente a mí alucinando paisajes absolutos,
en tu cuello descubierto, aún el destierro incompleto
azorando mis vértebras, el éxtasis resucitando oscuros laberintos
donde la piel retorna a las palabras y el río detiene su cauce.
Copulan los
mares en la eterna soledad de las gaviotas,
la arena desiste un tiempo,
derrama la espuma de su sangre indolente
en mi mortuoria risa despintada.
la arena desiste un tiempo,
derrama la espuma de su sangre indolente
en mi mortuoria risa despintada.
Solo el olvido
camina aprisa y me desmiembra,
los ángeles tocan su lira, parecen diluirse mientras me abren los ojos
y el cielo despoja todas las caricias,
los rostros, las casas, las paredes y el sol, que adelgaza las huellas
y desaparece como un murmullo que se pierde al final de la calle,
y aún tu cuerpo en trance, mirando todas las ventanas...
los ángeles tocan su lira, parecen diluirse mientras me abren los ojos
y el cielo despoja todas las caricias,
los rostros, las casas, las paredes y el sol, que adelgaza las huellas
y desaparece como un murmullo que se pierde al final de la calle,
y aún tu cuerpo en trance, mirando todas las ventanas...
Escaleras infinitas han aletargado la noche,
huyen mustios los caimanes imposibles de esperanza
bajo tanta angustia, tanto auspicio de sangre
brotando de borrosos sauces que increpan
un designio hacia los bosques.
huyen mustios los caimanes imposibles de esperanza
bajo tanta angustia, tanto auspicio de sangre
brotando de borrosos sauces que increpan
un designio hacia los bosques.
Han destronado el silencio y lascivas córneas compungidas
pululando la inviolable piedra que nos ha abierto el cuerpo
como una flor calcinada entre los labios.
pululando la inviolable piedra que nos ha abierto el cuerpo
como una flor calcinada entre los labios.
Ya no existe más que fútiles urbes envueltas en fuego
y acaso esa rebeldía de mirarse las alas bajo un cielo
amputándose toda la niebla para desnudar su hipocresía.
y acaso esa rebeldía de mirarse las alas bajo un cielo
amputándose toda la niebla para desnudar su hipocresía.
Ninfas como espectros solitarios confluyen los espejos;
aún sigue su ritmo esa sombra enfurecida que persiste
tocar el horizonte y diluirse en el llanto inmemorable
de un efímero color aturdido detrás de las montañas.
aún sigue su ritmo esa sombra enfurecida que persiste
tocar el horizonte y diluirse en el llanto inmemorable
de un efímero color aturdido detrás de las montañas.
DETRÁS DE TI
YA HAY UN CIELO
Atraviesa este
jardín
y dime tu nombre
sin que me desangren tus palabras.
y dime tu nombre
sin que me desangren tus palabras.
Hice una jaula
detrás de la orilla más soñada.
detrás de la orilla más soñada.
Qué sed
me ha revelado enturbiadas lágrimas de noche,
qué latido
aún detiene las fronteras.
me ha revelado enturbiadas lágrimas de noche,
qué latido
aún detiene las fronteras.
Ha sucedido.
El espectador
muerto aplaude tan emocionado
y no ve en su espejo
la obscena indumentaria que ha fingido su rostro.
y no ve en su espejo
la obscena indumentaria que ha fingido su rostro.
Qué inmóvil
queda el vacío
antes de apagar todas las luces.
antes de apagar todas las luces.
Muy lejos
han quedado todos los arroyos
expiando nuestras culpas.
han quedado todos los arroyos
expiando nuestras culpas.
Sendos
barcos inflamándose de llagas
arriban el alma de un pájaro salvaje
que nadie mira.
arriban el alma de un pájaro salvaje
que nadie mira.
La cruda
realidad ha sangrado en todos los puños
sobre una hoguera intacta donde han llorado los cipreses
tratando de esculpir una incógnita constelación
sobre los vientos.
sobre una hoguera intacta donde han llorado los cipreses
tratando de esculpir una incógnita constelación
sobre los vientos.
Abre el
horizonte su pena,
negras campanas repican su desgracia,
lánguidos murmullos como blasones extinguidos
fingen este sonido eterno que ha embelesado los juncos.
negras campanas repican su desgracia,
lánguidos murmullos como blasones extinguidos
fingen este sonido eterno que ha embelesado los juncos.
Espectros
marchitando el glorioso amanecer de las cornetas.
Sin mí, ya sin mí la mañana,
descorre su ausencia hasta sumergirme en su fracaso
detenida como una alondra subyugada por el sol
todo se desnuda agonizando.
Sin mí, ya sin mí la mañana,
descorre su ausencia hasta sumergirme en su fracaso
detenida como una alondra subyugada por el sol
todo se desnuda agonizando.
Ya muero, ya
muero;
qué dulce luz sin verbo, sin más brillo
que un ojo cobarde
añadiéndose al silencio.
qué dulce luz sin verbo, sin más brillo
que un ojo cobarde
añadiéndose al silencio.
EL SOL
VERDADERO
Furibundas
miradas niegan la cruz en nuestra espalda,
han partido las sombras desnudas de barro entre la niebla.
han partido las sombras desnudas de barro entre la niebla.
En vano las
fuentes retornan su esplendoroso fulgor
de contemplar inalcanzables mirlos fugando hacia las máscaras.
de contemplar inalcanzables mirlos fugando hacia las máscaras.
Llega ya el
viento y mi voz se hace leve suspiro.
La hojarasca
esconde lágrimas inciertas,
un andrajo de noche que va buscando un camino interminable.
un andrajo de noche que va buscando un camino interminable.
Hogueras
infinitas desbordarán sus vestigios
sobre la sangre hostigada de presagios.
sobre la sangre hostigada de presagios.
a jugar con mi verdugo.
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