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viernes, 12 de marzo de 2021

Cuento "El primer destilador" de León Tolstói con actividades de comprensión lectora

 

El primer destilador

León Tolstói

En cierta ocasión un mísero mujik sa­lió al campo a trabajar sin haber comido nada. Sus provisiones se reducían a un pedazo de pan que, antes de iniciar su fae­na, lo dejó bajo las ramas de una zarza, cu­briéndolo con un caftán.

Llevaba ya mucho tiempo labrando, el caballo empezó a dar muestras de cansan­cio; hasta que su amo le desunció para que pastara libremente, mientras él iba en bus­ca de su pan. Acercóse a la zarza, levantó el capote y no halló el pan. Muy sorpren­dido, buscó y rebuscó entre la zarza y el caftán, pero sin ningún resultado. El pan no aparecía.

El campesino estaba intrigado por tan extraña desaparición.

-¡Qué cosa más rara! -pensaba-. Na­die ha venido por aquí, pero el caso es que se han llevado el pan.

El autor del hurto no había sido otro que un travieso diablillo que quería pro­bar al mujik, ver si la falta de pan le indu­cía a maldecir. Y allí estaba el diablillo, sen­tado detrás de la zarza, observando las re­acciones del campesino, el cual sin sentir­se contento, ni muchísimo menos, empe­zó a murmurar:

-¡Bah! Porque me falte el pan no me voy a morir de hambre. Posiblemente el que me lo ha quitado lo necesitaba más que yo. Que le haga buen provecho.

Diciendo esto se dirigió al pozo, bebió agua, descansó unos instantes, tornó a un­cir el caballo y reanudó su trabajo.

El diablillo se mostraba muy enfure­cido por no haber logrado hacer pecar al mujik, por lo que fue a pedir consejo a su jefe superior. Explicó cómo había hurta­do el pan del mujik y cómo éste, en vez de irritarse, había dicho: «¡Buen provecho le haga!»

El diablo en jefe se encolerizó y dijo:

-Si ese mujik te ha vencido en esta cuestión, es porque no has cumplido con tu deber y no has sabido cómo conducir­te. Ten en cuenta que no podemos dejar a los mujiks y a sus mujeres que nos desa­fíen de esta manera, pues llevaríamos una vida de perros... La cosa no puede quedar así; vuelve pues, a casa de ese campesino y gánate el pan que has robado, si quieres comértelo. En un plazo que no puede alar­garse más de tres años, has de vencer a ese mujik, de lo contrario, te meteré en agua bendita.

El diablillo sintió un escalofrío de es­panto.

Regresó corriendo al campo, y duran­te mucho tiempo reflexionó sobre cómo podía reparar su falta. A fuerza de pensar dio al fin con lo que necesitaba.

Adquirió la forma de un hombre y en­tró al servicio del mujik. Previniendo que el verano sería muy seco, convenció a su amo de que sembrase trigo en las tierras pantanosas. El mujik hizo caso a las ob­servaciones de su criado y sembró trigo en esas tierras.

El sol excesivo quemó las mieses de los demás mujiks, mientras que las de nuestro campesino crecieron altas y her­mosas. Recogió una cosecha abundante que había de durarle hasta el año próxi­mo, y aún sobrarle.

En el verano siguiente, el diablillo per­suadió al mujik para que sembrara en las tierras altas, y dio la circunstancia de que aquel año fue lluvioso.

Una gran humedad pudrió el trigo de los demás campesinos y las espigas no maduraron, pero el nuestro otra vez re­cogió una excelente cosecha. Tan abundan­te y grueso era el grano, que rebosantes los graneros, no sabía qué hacer con el que le sobraba.

Entonces el criado enseñó al mujik a fabricar vodka, y el campesino se aficio­nó a esta bebida de tal modo, que ya no sólo bebía él, sino que hacía beber a los demás.

Después de esto el diablejo marchó en busca de su jefe superior, alabándose de haber ganado el pedazo de pan; pero el jefe supremo de todos los diablos quiso con­vencerse de ello, acudiendo al lugar de los hechos.

Se presentó en casa del mujik y vio que éste había invitado a los notables de la al­dea y, en aquel momento, los obsequiaba con vodka. La dueña de la casa en perso­na servía de beber, y sucedió que una de las veces, pasó junto a la mesa, tropezó y derribó un vaso.

El mujik, muy enfurecido, riñó a su esposa.

-¡Tonta de todos los demonios! -gritó. ¿Es acaso esto agua de fregar para que la derrames de esa forma?

El diablejo dio con el codo a su jefe supremo.

-Date cuenta -le dijo-; ahora no pasa como cuando el pan.

Tras de reñir a su esposa, el campesi­no quiso servir por sí mismo el vodka y todos bebieron muy regocijados. En esto entró un mujik, al que no se esperaba, y después de saludar se sentó. Viendo a los demás beber vodka, sintió deseos de pro­barlo y reconfortarse, pero nadie le ofrecía, por lo que el pobre mujik hubo de resignarse a tragar saliva.

El dueño de la casa murmuraba por lo bajo:

-He fabricado bastante vodka para ofrecérselo a todo el que se presente

Esto fue muy del agrado del diablo en jefe, e hizo enorgullecerse al diablillo, que exclamó:

-¡Aguarda, que lo mejor viene ahora!

Los ricos mujiks y el dueño de la casa siguieron bebiendo vodka, y cuan-

do el licor comenzó a producir sus efec­tos, empezaron a dirigirse elogios mu­tuos, y sus palabras eran melosas y car­gadas de afecto.

El diablo en jefe oía y felicitaba a su subordinado.

-Con ese brebaje -decía- se hacen hi­pócritas y se engañan los unos a los otros, con lo cual les tendremos a todos en nues­tro poder.

-Espera un poco más y verás lo que va a suceder -repuso el diablillo-. Esperemos a que deban solamente un vaso más. En este momento se parecen a los zorros, que al verse juntos, mueven la cola y tratan de engañarse mutuamente, pero pronto los verás furiosos como si fueran lobos.

Los mujiks bebieron otro vaso, y pron­to comenzaron a gritar y a hablar de un modo grosero. Las palabras melosa fueron substituidas por las injurias, se apoderó de todos un furor extraordinario, y termina­ron golpeándose y estropeándose las na­rices. El propio dueño de la casa, que qui­so intervenir en la pelea, tampoco salió bien librado.

El espectáculo divertía grandemente al diablo en jefe.

-Esto va bien -repetía, frotándose las manos.

Y el diablillo agregaba:

-Espera un poquito más. Deja que be­ban otro vaso y verás entonces. Ahora es­tán como lobos rabiosos; pero pronto se pondrán como cerdos.

Efectivamente, los mujiks bebieron el tercer vaso y quedaron como aturdidos. Murmuraban, gritaban, gruñían sin saber ellos mismos lo que querían y sin prestar­se atención los unos a los otros. Cada cual se fue por su lado: unos solos, otros en grupos de tres o parejas de dos, pero todos cayeron en tierra antes de llegar a sus isbas respectivas.

El dueño de la casa, que salió para des­pedir a sus invitados, cayóse en un char­co, se puso perdido de lodo y fango y allí quedó roncando como un cerdo. Todo esto colmó de satisfacción al dia­blo en jefe.

-¿Sabes -dijo al diablillo- que has in­ventado una famosa bebida? Bien has ga­nado el pedazo de pan. Ahora mismo me vas a explicar cómo has fabricado esa be­bida. Juraría que has puesto en composi­ción estos ingredientes: primero sangre de zorro con lo cual los mujiks se tornaban falsos e hipócritas; luego sangre de lobo, que los volvía malos y feroces, y por últi­mo, sangre de puerco, que los ha transfor­mado en los más asquerosos cerdos.

-No -respondió el diablejo-; no es así como he fabricado el vodka. Me he limi­tado a conseguir que ese mujik tuviera trigo de sobra. Era en él, en su espíritu, donde se hallaba la sangre de todos esos animales, pero esa sangre no podía obrar mientras el trigo diera sólo para mal comer. Entonces era cuando no se lamenta­ba por haber perdido su último pedazo de pan. En cambio, cuando se vio dueño de mucho trigo, hasta rebosar los graneros, se puso a pensar en el modo mejor de utili­zarlo, y aproveché la ocasión para enseñarle a beber vodka. Al destilar para su regalo el don divino, convirtiéndole en vodka, se manifestaron la sangre de zorro, de lobo y de cerdo. Ahora no le queda otra cosa sino continuar bebiéndola para convertirse en semejante de esos animales.

El jefe supremo de los diablos felicitó calurosamente a su subordinado, le entre­gó el pedazo de pan prometido y le ascen­dió al grado inmediato.

 

ACTIVIDADES DE COMPRENSIÓN LECTORA

 

1.     Haz un resumen sobre lo leído, dividiendo el cuento en incio, nudo y desenlace.

2.     ¿Cuál es el problema que aborda el cuento? ¿Por qué lo crees así? Justifica tu respuesta.

3.     ¿Cuál es la finalidad del diablillo?

4.     ¿Quién es el mujik?

5.     Qué infieres de este fragmento: “Juraría que has puesto en composi­ción estos ingredientes: primero sangre de zorro con lo cual los mujiks se tornaban falsos e hipócritas; luego sangre de lobo, que los volvía malos y feroces, y por últi­mo, sangre de puerco, que los ha transfor­mado en los más asquerosos cerdos”. Explica tu respuesta.

6.     ¿Cómo se presenta la idea de inteligencia en este cuento? Explica.

7.     ¿Qué opinas de este cuento? Fundamenta tu respuesta.

 

ACTIVIDAD CREATIVA

1.     Crea un cuento en donde exista un elemento sobrenatural (en el cuento que leíste es la aparición de un diablillo). No olvides ser original y creativo.