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martes, 28 de septiembre de 2021

Fragmento de "Fahrenheit 451" de Ray Bradbury con actividades de comprensión lectora

 

Fahrenheit 451

(fragmento)

Ray Bradbury



Toma en cuenta:

Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel. En el futuro los libros son ilegales. Los bomberos del futuro no se dedican a apagar fuegos, sino a buscar y quemar libros en esta parodia de la corrección social, en la que todos los elementos discordantes son eliminados.

Cuando el bombero Montag vuelve a casa después de un duro día de trabajo de quema de libros, encuentra a su mujer ensimismada en la pantalla del televisor que ocupa una pared del salón. Su vida se sustenta en las drogas y el televisor, del que recibe todo el entretenimiento y la información que al gobierno le interesa que la gente sepa.

Unos días después, Montag queda intrigado por una mujer que ve en el metro y se parece asombrosamente a su esposa. Pero los ojos de esta mujer sugieren otro tipo de mentalidad. Es una activista que esconde libros. Su influencia hará que Montag se plantee dudas sobre su trabajo, su mujer y la sociedad en la que viven, y empiece a leer a escondidas, aprendiendo la razón por la que los libros están prohibidos y son tan peligrosos: la gente podría querer pensar por sí misma.

 

Fahrenheit 451

(fragmento)

Ray Bradbury


(...) Beatty chupó su pipa.

-Tarde o temprano, a todo bombero le ocurre esto, sólo necesita comprensión, saber cómo funcionan ruedas. Necesitan conocer la historia de nuestra misión. Ahora, no se la cuentan a los niños como hacían antes. Es una vergüenza.

-Exhaló una bocanada-. Sólo los jefes de bomberos la recuerdan ahora.

-Otra bocanada-. Voy a contártela. (...)

Beatty tardó un minuto en acomodarse y meditar sobre lo que quería decir.

-Me preguntarás, ¿cuándo empezó nuestra labor cómo fue implantada, dónde,cómo? Bueno, yo diría que, en realidad, se inició aproximadamente con el acontecimiento llamado la Guerra Civil. Pese a que nuestros reglamentos afirman que fue fundada antes. En realidad es que no anduvimos muy bien hasta que la fotografía se implantó. Después las películas, a principios del siglo XX. Radio. Televisión. Las cosas empezaron a adquirir masa.

Y como tenían masa, se hicieron más sencillos -prosiguió diciendo Beatty-. En cierta época, los libros atraían a alguna gente, aquí, allí, por doquier. Podían permitirse ser diferentes. El mundo era ancho, pero, luego, el mundo se llenó de ojos, de codos y bocas. Población doble, triple, cuádruple. Films y dios, revistas, libros, fueron adquiriendo un bajo nivel, una especie de vulgar uniformidad. (...) Imagínalo. El hombre del siglo XIX con sus caballos, sus perros, sus coches, sus lentos desplazamientos. Luego, en el siglo XX, acelera la cámara. Las más breves, condensaciones. Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco. (...)

Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de quince minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. Por fin, convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro está, exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero eran muchos los que sólo sabían de Hamlet (estoy seguro de que conocerás el título, Montag. Es probable que, para usted, sólo constituya una especie de rumor, Mrs. Montag), sólo sabían, como digo, de Hamlet lo que había en una condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. ¿Te das cuenta? Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería. Ésta ha sido la formación intelectual durante los últimos cinco siglos o más. (...) Acelera la proyección, Montag, aprisa, ¿Clic? ¿Película? Mira, Ojo, Ahora, Adelante, Aquí, Allí, A Prisa, Ritmo, Arriba, Abajo, Dentro, Fuera, Por qué, Cómo, Quién, Qué, Dónde, ¿Eh? , ¡Oh ¡Bang!, ¡Zas!, Golpe, Bing, Bong, ¡Bum! Selecciones de selecciones. ¿Política? ¡Una columna, dos frases, un titular!  Luego, en pleno aire, todo desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de valioso tiempo. (...) Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el Lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorado. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas? (...) El cierre de cremallera desplaza al botón y el hombre ya no dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica y, por lo tanto, una hora de melancolía. (...)

La vida se convierte en una gran carrera, Montag. Todo se hace aprisa, de cualquier modo. (...)

Más deportes para todos, espíritu de grupo, diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. La mente absorbe menos y menos. Impaciencia. Autopistas llenas de multitudes que van a algún sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina. Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior. (...) Ahora, consideremos las minorías en nuestra civilización. Cuanto mayor es la población, más minorías hay. No hay que meterse con los aficionados a los perros, a los gatos, con los médicos, abogados, comerciantes, cocineros, mormones, bautistas, unitarios, chinos de segunda generación, suecos, italianos, alemanes, tejanos, irlandeses, gente de Oregón o de México. En este libro, en esta obra, en esta serie de televisión la gente no quiere representar a ningún pintor, cartógrafo o mecánico que exista en la realidad. Cuanto mayor es el mercado, Montag, menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios. Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean máquinas de escribir. Eso hicieron. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas o periódicos profesionales.

-Sí, pero, ¿qué me dice de los bomberos?

-Ah. -Beatty se inclinó hacia delante entre la débil neblina producida por su pipa.- ¿Qué es más fácil de explicar y más lógico? Como las universidades producían más corredores, saltadores, boxeadores, aviadores y nadadores, en vez de profesores, críticos, sabios, y creadores, la palabra «intelectual», claro está, se convirtió en el insulto que merecía ser. Siempre se teme lo desconocido. Sin duda, te acordarás del muchacho de tu clase que era excepcionalmente «inteligente», que recitaba la mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los demás permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho inteligente al que escogían para pegar y atormentar después de las horas de clase? Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre, la imagen de cualquier otro. Entonces todo son felices, porque no pueden establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho? ¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso soy yo. (...) Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no podemos permitir que nuestras minorías se alteren o exciten. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? «Quiero ser feliz», dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo facilita en abundancia. (...) A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo. A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón ¿Los fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag. Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador, ¿Los funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también. Cinco minutos después de la muerte de una persona en camino hacia la Gran Chimenea, los incineradores son abastecidos por helicópteros en todo el país. Diez minutos después de la muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El fuego es brillante y limpio. (...) No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. o, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo.

Beatty se puso en pie.

-He de marcharme. El sermón ha terminado. (...)

 

I. RESPONDE A LAS PREGUNTAS:

1.     La gente que leía libros se llenaba

A.    De un deseo por ser feliz

B.    De unas ganas de quemar el libro

C.    De un deseo por querer cambiar su vida

D.   De una cierta inconformidad

 

2.    Una causa del avance y progreso de la humanidad en el siglo XX es:

A.    La velocidad que adquirió la dinámica humana

B.    Lo aberrante en que se convirtieron los libros

C.    La instauración de una nueva forma de vivir

D.   La lentitud y la reflexión humana

 

3.    Según el fragmento, la dialéctica, es decir, la contracción a la que se vio inmersa la sociedad actual fue

A.    La felicidad contra la muerte

B.    El pensar contra el ser pensado

C.    La uniformidad contra la diferencia

D.   El amar contra el odiar

 

4.    Podemos inferir que la cultura actual según lo que dice Beatty:

A.    Se convirtió en melancólica pues todos leían libros

B.    Se volvió superficial y facilista por la velocidad a la que corre la humanidad

C.    Se volvió muy avanzada tecnológicamente

D.   Se convirtió en una utopía de progreso

 

5. Que se haya reducido un libro a unos 15 minutos de una edición radiofónica nos da la idea de que:

A.    La sociedad de Montag no quiere perder el tiempo

B.    Se ha perdido la capacidad reflexiva que exige atención y tiempo

C.    Ha ayudado que la gente pueda acumular datos más rápido

D.   Permitió que se puedan quemar los libros.

 

6.    ¿Qué significado tiene la frase: “Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería”?

A.    Que antes la tendencia al conocimiento era la especialización, pero ahora solo importa el saber general y superficial.

B.    Que los que antes iban a la universidad era gente capaz y ahora solo vemos a chicos que son menos que en guardería

C.    Que el conocimiento está en los niños y ya no en los adultos

D.   Que se ha perdido la capacidad para ingresar a la universidad

 

7.     Se puede inferir que lo que se ha perdido en la sociedad de Montag es:

A.    La capacidad de ser felices

B.    La capacidad de leer

C.    La capacidad de hacer filosofía

D.   La capacidad de pensar

 

8.    La felicidad entendida por Beatty es:

A.    Vivir sin saber por qué

B.    Admirar la diversión

C.    Permitirse vivir sin reglas

D.   Entender que debemos ganar una carrera

 

9.    Se infiere que para Beatty todos deben ser iguales porque así:

A.    Se los puede controlar de una mejor manera

B.    Solo sería necesario hacer todo lo más rápido posible

C.    No habría nadie diferente que haga sentir mal al otro

D.   Nadie tendría la necesidad de las leyes

 

10.  Proporcionarse placeres y emociones ha hecho que la gente escape de:

A.    Su necesidad de consumir y leer

B.    Sus ganas de ser diferente

C.    Sus vacíos existenciales

D.   Sus presiones y adversidades

 

11. El principio de felicidad según el texto es:

A.    No cuestionar

B.    No reír

C.    No leer

D.   No ser feliz

 

12.  Dar diversión a los hombres supone

A.    Darle una forma de ser críticos

B.    Darles una razón para vivir

C.    Escapar de nuestra terrible melancolía

D.   Interesarlos por pensar divertidamente

 

II. ACTIVIDAD CREATIVA

1. Redacta un párrafo argumentativo a partir de la pregunta:

¿En cuánto se parece nuestra sociedad actual a lo que plantea Beatty en este fragmento?