Mostrando entradas con la etiqueta Niebla. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Niebla. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de septiembre de 2021

Fragmento de "Niebla" de Miguel de Unamuno con actividades de comprensión lectora

 

Niebla

(fragmento)

Miguel de Unamuno


Aquella tempestad del alma de Augusto terminó, como en terrible calma, en decisión de suicidarse. Quería acabar consigo mismo, que era la fuente de sus desdichas propias. Mas antes de llevar a cabo su propósito, como el náufrago que se agarra a una débil tabla, ocurriósele consultar conmigo, con el autor de este relato. Emprendió, pues, un viaje acá, a Salamanca, donde hace más de veinte años vivo, para visitarme.

Cuando me anunciaron su visita, sonreí enigmáticamente y le mandé pasar a mi despacho-librería. Entró en él como un fantasma, miró a un retrato mío al óleo que allí preside a los libros de mi librería, y a una seña mía se sentó frente a mí.

Empezó hablándome de mis trabajos literarios y más o menos filosóficos, demostrando conocerlos bastante bien, lo que no dejó, ¡claro está!, de halagarme, y en seguida empezó a contarme su vida y sus desdichas. Le atajé diciéndole que se ahorrase aquel trabajo, pues de las vicisitudes de su vida sabía yo tanto como él, y se lo demostré citándole los más íntimos pormenores y los que él creía más secretos. Me miró con ojos de verdadero terror y como quien mira a un ser increíble; creí notar que se alteraba el color y traza del semblante y que hasta temblaba. Le tenía yo fascinado.

-¡Parece mentira! -repetía-. ¡Parece mentira! A no verlo, no lo creería... No sé si estoy despierto o soñando...

-Ni despierto ni soñando -le contesté.

-No me lo explico..., no me lo explico –añadió; mas puesto que usted parece saber sobre mí tanto como sé yo mismo, acaso adivine mi propósito...

-Sí -le dije-. Tú -y recalqué ese con un tono autoritario-, tú, abrumado por tus desgracias, has concebido la diabólica idea de suicidarte, y antes de hacerlo (...) vienes a consultármelo.

El pobre hombre temblaba como un azogado, mirándome como un poseído miraría. Intentó levantarse, acaso para huir de mí; no podía. No disponía de sus fuerzas.

-¡No te muevas! -le ordené.

-Es que..., es que... -balbuceó.

-Es qué tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras.

-¿Cómo? -exclamó al verse de tal modo negado y contradicho.

—Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester? -le pregunté.

-Que tenga valor para hacerlo -me contestó.

-No -le dije-, ¡que esté vivo!

-¡Desde luego!

-¡Y tú no estás vivo!

-¿Cómo que no estoy vivo? ¿Es que me he muerto? -y empezó, sin darse cuenta de lo que hacía, a palparse a sí mismo.

-¡No, hombre, no! —le repliqué-. Te dije antes que no estabas despierto ni dormido, y ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo.

-¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios! ¡Acabe de explicarse! -me suplicó consternado-. Porque son tales las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo volverme loco.

-Pues bien; la verdad es, querido Augusto -le dije con la más dulce de mis voces-, que no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes...

-¿Cómo que no existo? -exclamó.

-No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.

(…)

-Pero si yo, don Miguel...

-No importa; sé lo que me digo. Y me temo que, en efecto, si no te mato pronto acabes por matarme tú.

-Pero ¿no quedamos en que...?

-No puede ser, Augusto, no puede ser. Ha llegado tu hora. Está ya escrito y no puedo volverme atrás. Te morirás. Para lo que ha de valerte ya la vida...

-Pero... por Dios...

-No hay pero ni Dios que valgan. ¡Vete!

-¿Conque no, eh? –me dijo–, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo, Augusto Pérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo, que Augusto Pérez, que su víctima...

-¿Víctima? –exclamé.

-¡Víctima, sí! ¡Crearme para dejarme morir!, ¡usted también se morirá! El que crea se crea y el que se crea se muere. ¡Morirá usted, don Miguel, morirá usted, y morirán todos los que me piensen! ¡A morir, pues!

Este supremo esfuerzo de pasión de vida, de ansia de inmortalidad, le dejó extenuado al pobre Augusto.

Y le empujé a la puerta, por la que salió cabizbajo. Luego se tanteó como si dudase ya de su propia existencia. Yo me enjugué una lágrima furtiva.

 

ACTIVIDADES DE COMPRENSIÓN LECTORA

 

1. ¿Quién es el protagonista de esta novela? ¿Cómo es su personalidad?

2. ¿Por qué el protagonista deseaba suicidarse?

3. ¿Cuál es el elemento fantástico del fragmento? ¿Por qué? Fundamenta tu respuesta.

4. ¿Qué infieres del siguiente fragmento:
-¿Cómo que no existo? -exclamó.
-No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto.” Fundamenta tu respuesta.

5. ¿Por qué Unamuno juega el papel de Dios en la obra?

6. ¿Qué significado simbólico tiene la palabra niebla en el fragmento?

7. ¿Por qué crees que Augusto desea vivir, si antes deseó suicidarse?

8. ¿Cómo reaccionarías si alguien te dice que “eres un personaje y no una persona”?

9. Qué infieres del siguiente fragmento: “–¡Víctima, sí! ¡Crearme para dejarme morir!, ¡usted también se morirá! El que crea se crea y el que se crea se muere. ¡Morirá usted, don Miguel, morirá usted, y morirán todos los que me piensen! ¡A morir, pues!” Fundamenta tu respuesta

10. ¿Cuál crees que es la palabra clave del fragmento? ¿Por qué?

11. Según tu opinión, ¿en qué nos parecemos a Augusto y en qué nos diferenciamos de él?

12. ¿Qué es lo que no nos permite ver la niebla?

13. ¿Cuál crees que es el propósito del autor de haber escrito esta novela?

14. A partir de lo leído, ¿qué es la vida y la muerte? Fundamenta tu respuesta

15. ¿Cuál es tu opinión del fragmento? Fundaméntala tu respuesta.

 

ACTIVIDAD CREATIVA:

1. Crea un cuento en donde el protagonista se llega a encontrar con su autor (es decir, contigo). No olvides narrar tu historia atendiendo mucho a los detalles y ser muy creativo y original.


RECURSO EXTRA:

Resumen y análisis literario de “Niebla” de Miguel de Unamuno: