Fahrenheit
451
(fragmento)
Ray Bradbury
Toma en
cuenta:
Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel. En el futuro los libros son ilegales. Los bomberos del futuro no se dedican a apagar fuegos, sino a buscar y quemar libros en esta parodia de la corrección social, en la que todos los elementos discordantes son eliminados.
Cuando el bombero Montag vuelve a casa después de un duro día de trabajo de quema de libros, encuentra a su mujer ensimismada en la pantalla del televisor que ocupa una pared del salón. Su vida se sustenta en las drogas y el televisor, del que recibe todo el entretenimiento y la información que al gobierno le interesa que la gente sepa.
Unos días después, Montag queda intrigado por
una mujer que ve en el metro y se parece asombrosamente a su esposa. Pero los
ojos de esta mujer sugieren otro tipo de mentalidad. Es una activista que
esconde libros. Su influencia hará que Montag se plantee dudas sobre su
trabajo, su mujer y la sociedad en la que viven, y empiece a leer a escondidas,
aprendiendo la razón por la que los libros están prohibidos y son tan
peligrosos: la gente podría querer pensar por sí misma.
Fahrenheit 451
(fragmento)
Ray Bradbury
(...)
Beatty chupó su pipa.
-Tarde o temprano, a todo bombero le ocurre esto, sólo
necesita comprensión, saber cómo funcionan ruedas. Necesitan conocer la
historia de nuestra misión. Ahora, no se la cuentan a los niños como hacían
antes. Es una vergüenza.
-Exhaló una bocanada-. Sólo los jefes de bomberos
la recuerdan ahora.
-Otra bocanada-. Voy a contártela. (...)
Beatty tardó un minuto en acomodarse y meditar
sobre lo que quería decir.
-Me preguntarás, ¿cuándo empezó nuestra labor cómo
fue implantada, dónde,cómo? Bueno, yo diría que, en realidad, se inició
aproximadamente con el acontecimiento llamado la Guerra Civil. Pese a que
nuestros reglamentos afirman que fue fundada antes. En realidad es que no
anduvimos muy bien hasta que la fotografía se implantó. Después las películas,
a principios del siglo XX. Radio. Televisión. Las cosas empezaron a adquirir
masa.
Y como tenían masa, se hicieron más sencillos
-prosiguió diciendo Beatty-. En cierta época, los libros atraían a alguna
gente, aquí, allí, por doquier. Podían permitirse ser diferentes. El mundo era
ancho, pero, luego, el mundo se llenó de ojos, de codos y bocas. Población
doble, triple, cuádruple. Films y dios, revistas, libros, fueron adquiriendo un
bajo nivel, una especie de vulgar uniformidad. (...) Imagínalo. El hombre del
siglo XIX con sus caballos, sus perros, sus coches, sus lentos desplazamientos.
Luego, en el siglo XX, acelera la cámara. Las más breves, condensaciones.
Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco. (...)
Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica
de quince minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos
minutos. Por fin, convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro
está, exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero
eran muchos los que sólo sabían de Hamlet (estoy seguro de que conocerás el
título, Montag. Es probable que, para usted, sólo constituya una especie de
rumor, Mrs. Montag), sólo sabían, como digo, de Hamlet lo que había en una
condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin
todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. ¿Te das cuenta?
Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la
guardería. Ésta ha sido la formación intelectual durante los últimos cinco
siglos o más. (...) Acelera la proyección, Montag, aprisa, ¿Clic? ¿Película?
Mira, Ojo, Ahora, Adelante, Aquí, Allí, A Prisa, Ritmo, Arriba, Abajo, Dentro,
Fuera, Por qué, Cómo, Quién, Qué, Dónde, ¿Eh? , ¡Oh ¡Bang!, ¡Zas!, Golpe, Bing,
Bong, ¡Bum! Selecciones de selecciones. ¿Política? ¡Una columna, dos frases, un
titular! Luego, en pleno aire, todo
desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores,
explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento
innecesario, origen de una pérdida de valioso tiempo. (...) Los años de
Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el
Lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente
descuidados. Por último, casi completamente ignorado. La vida es inmediata, el
empleo cuenta, el placer domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender
algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y
tuercas? (...) El cierre de cremallera desplaza al botón y el hombre ya no
dispone de todo ese tiempo para pensar mientras se viste, una hora filosófica
y, por lo tanto, una hora de melancolía. (...)
La vida se convierte en una gran carrera, Montag.
Todo se hace aprisa, de cualquier modo. (...)
Más deportes para todos, espíritu de grupo,
diversión, y no hay necesidad de pensar, ¿eh? Organiza y superorganiza
superdeporte. Más chistes en los libros. Más ilustraciones. La mente absorbe
menos y menos. Impaciencia. Autopistas llenas de multitudes que van a algún
sitio, a algún sitio, a algún sitio, a ningún sitio. El refugio de la gasolina.
Las ciudades se convierten en moteles, la gente siente impulsos nómadas y va de
un sitio para otro, siguiendo las mareas, viviendo una noche en la habitación
donde otro ha dormido durante el día y el de más allá la noche anterior. (...)
Ahora, consideremos las minorías en nuestra civilización. Cuanto mayor es la
población, más minorías hay. No hay que meterse con los aficionados a los
perros, a los gatos, con los médicos, abogados, comerciantes, cocineros,
mormones, bautistas, unitarios, chinos de segunda generación, suecos,
italianos, alemanes, tejanos, irlandeses, gente de Oregón o de México. En este
libro, en esta obra, en esta serie de televisión la gente no quiere representar
a ningún pintor, cartógrafo o mecánico que exista en la realidad. Cuanto mayor
es el mercado, Montag, menos hay que hacer frente a la controversia, recuerda
esto. Todas las minorías menores con sus ombligos que hay que mantener limpios.
Los autores, llenos de malignos pensamientos, aporrean máquinas de escribir.
Eso hicieron. Las revistas se convirtieron en una masa insulsa y amorfa. Los
libros, según dijeron los críticos esnobs, eran como agua sucia. No es extraño
que los libros dejaran de venderse, decían los críticos. Pero el público, que
sabía lo que quería, permitió la supervivencia de los libros de historietas. Y
de las revistas eróticas tridimensionales, claro está. Ahí tienes, Montag. No
era una imposición del Gobierno. No hubo ningún dictado, ni declaración, ni
censura, no. La tecnología, la explotación de las masas y la presión de las
minorías produjo el fenómeno, a Dios gracias. En la actualidad, gracias a todo
ello, uno puede ser feliz continuamente, se le permite leer historietas ilustradas
o periódicos profesionales.
-Sí, pero, ¿qué me dice de los bomberos?
-Ah. -Beatty se inclinó hacia delante entre la
débil neblina producida por su pipa.- ¿Qué es más fácil de explicar y más
lógico? Como las universidades producían más corredores, saltadores,
boxeadores, aviadores y nadadores, en vez de profesores, críticos, sabios, y
creadores, la palabra «intelectual», claro está, se convirtió en el insulto que
merecía ser. Siempre se teme lo desconocido. Sin duda, te acordarás del
muchacho de tu clase que era excepcionalmente «inteligente», que recitaba la
mayoría de las lecciones y daba las respuestas, en tanto que los demás
permanecían como muñecos de barro, y le detestaban. ¿Y no era ese muchacho
inteligente al que escogían para pegar y atormentar después de las horas de
clase? Desde luego que sí. Hemos de ser todos iguales. No todos nacimos libres
e iguales, como dice la Constitución, sino todos hechos iguales. Cada hombre,
la imagen de cualquier otro. Entonces todo son felices, porque no pueden establecerse
diferencias ni comparaciones desfavorables. ¡Ea! Un libro es un arma cargada en
la casa de al lado. Quémalo. Quita el proyectil del arma. Domina la mente del
hombre. ¿Quién sabe cuál podría ser el objetivo del hombre que leyese mucho?
¿Yo? No los resistiría ni un minuto. Y así, cuando, por último, las casas
fueron totalmente inmunizadas contra el fuego, en el mundo entero (la otra
noche tenías razón en tus conjeturas) ya no hubo necesidad de bomberos para el
antiguo trabajo. Se les dio una nueva misión, como custodios de nuestra
tranquilidad de espíritu, de nuestro pequeño, comprensible y justo temor de ser
inferiores. Censores oficiales, jueces y ejecutores. Eso eres tú, Montag. Y eso
soy yo. (...) Has de comprender que nuestra civilización es tan vasta que no
podemos permitir que nuestras minorías se alteren o exciten. Pregúntate a ti
mismo: ¿Qué queremos en esta nación, por encima de todo? La gente quiere ser
feliz, ¿no es así? ¿No lo has estado oyendo toda tu vida? «Quiero ser feliz»,
dice la gente. Bueno, ¿no lo son? ¿No les mantenemos en acción, no les
proporcionamos diversiones? Eso es para lo único que vivimos, ¿no? ¿Para el
placer y las emociones? Y tendrás que admitir que nuestra civilización se lo
facilita en abundancia. (...) A la gente de color no le gusta El pequeño Sambo.
A quemarlo. La gente blanca se siente incómoda con La cabaña del tío Tom. A
quemarlo. Escribe un libro sobre el tabaco y el cáncer de pulmón ¿Los
fabricantes de cigarrillos se lamentan? A quemar el libro. Serenidad, Montag.
Líbrate de tus tensiones internas. Mejor aún, lánzalas al incinerador, ¿Los
funerales son tristes y paganos? Eliminémoslos también. Cinco minutos después
de la muerte de una persona en camino hacia la Gran Chimenea, los incineradores
son abastecidos por helicópteros en todo el país. Diez minutos después de la
muerte, un hombre es una nube de polvo negro. No sutilicemos con recuerdos
acerca de los individuos. Olvidémoslos. Quemémoslo todo, absolutamente todo. El
fuego es brillante y limpio. (...) No se puede construir una casa sin clavos en
la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no
le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo
uno. o, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa
llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o
aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la
gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag. Dale a la gente concursos que
puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres
de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado.
Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se
sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces,
tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin
moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No
les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen
a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que
pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la
actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que
cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede
ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé,
lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs las
fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las
bicicletas helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté
relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no
dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me
parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil
a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo.
Beatty se puso en pie.
-He de marcharme. El sermón ha terminado. (...)
I. RESPONDE
A LAS PREGUNTAS:
1. La gente que leía libros se llenaba
A.
De
un deseo por ser feliz
B.
De
unas ganas de quemar el libro
C.
De
un deseo por querer cambiar su vida
D.
De
una cierta inconformidad
2. Una causa del avance y progreso de la humanidad en el siglo XX
es:
A.
La
velocidad que adquirió la dinámica humana
B.
Lo
aberrante en que se convirtieron los libros
C.
La
instauración de una nueva forma de vivir
D.
La
lentitud y la reflexión humana
3. Según el fragmento, la dialéctica, es decir, la contracción a
la que se vio inmersa la sociedad actual fue
A.
La
felicidad contra la muerte
B.
El
pensar contra el ser pensado
C.
La
uniformidad contra la diferencia
D.
El
amar contra el odiar
4. Podemos inferir que la cultura actual según lo que dice
Beatty:
A.
Se
convirtió en melancólica pues todos leían libros
B.
Se
volvió superficial y facilista por la velocidad a la que corre la humanidad
C.
Se
volvió muy avanzada tecnológicamente
D.
Se
convirtió en una utopía de progreso
5. Que se haya reducido un libro a unos 15 minutos de una edición
radiofónica nos da la idea de que:
A.
La
sociedad de Montag no quiere perder el tiempo
B.
Se
ha perdido la capacidad reflexiva que exige atención y tiempo
C.
Ha
ayudado que la gente pueda acumular datos más rápido
D.
Permitió
que se puedan quemar los libros.
6. ¿Qué significado tiene la frase: “Salir de la guardería
infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería”?
A.
Que
antes la tendencia al conocimiento era la especialización, pero ahora solo
importa el saber general y superficial.
B.
Que
los que antes iban a la universidad era gente capaz y ahora solo vemos a chicos
que son menos que en guardería
C.
Que
el conocimiento está en los niños y ya no en los adultos
D.
Que
se ha perdido la capacidad para ingresar a la universidad
7. Se puede inferir que lo que se ha perdido en la sociedad de
Montag es:
A.
La
capacidad de ser felices
B.
La
capacidad de leer
C.
La
capacidad de hacer filosofía
D.
La
capacidad de pensar
8. La felicidad entendida por Beatty es:
A.
Vivir
sin saber por qué
B.
Admirar
la diversión
C.
Permitirse
vivir sin reglas
D.
Entender
que debemos ganar una carrera
9. Se infiere que para Beatty todos deben ser iguales porque así:
A.
Se
los puede controlar de una mejor manera
B.
Solo
sería necesario hacer todo lo más rápido posible
C.
No
habría nadie diferente que haga sentir mal al otro
D.
Nadie
tendría la necesidad de las leyes
10. Proporcionarse placeres y
emociones ha hecho que la gente escape de:
A.
Su
necesidad de consumir y leer
B.
Sus
ganas de ser diferente
C.
Sus
vacíos existenciales
D.
Sus
presiones y adversidades
11. El principio de felicidad según el texto es:
A.
No
cuestionar
B.
No
reír
C.
No
leer
D.
No
ser feliz
12. Dar diversión a los
hombres supone
A.
Darle
una forma de ser críticos
B.
Darles
una razón para vivir
C.
Escapar
de nuestra terrible melancolía
D.
Interesarlos
por pensar divertidamente
II. ACTIVIDAD
CREATIVA
1. Redacta
un párrafo argumentativo a partir de la pregunta:
¿En cuánto se parece nuestra sociedad actual a
lo que plantea Beatty en este fragmento?
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