lunes, 21 de noviembre de 2022

Clasificación de la mitología griega

 

Clasificación de la mitología griega

Mitología griega


 Video sobre el tema:



I. INTRODUCCIÓN: La mitología griega es una de las más interesantes y difundidas a lo largo de los tiempos. Su influencia es tan grande que a lo largo de las épocas miles y miles de manifestaciones artísticas, literarias y culturales han sido influenciadas por sus fascinantes historias. Hoy, la mitología griega no solo nos aporta una ventana para saber cómo era el pensamiento del mundo antiguo, sino también para entender nuestro mundo contemporáneo. 

II. CLASIFICACIÓN DE LA MITOLOGÍA GRIEGA:

La mitología griega la podemos dividir en una serie de ciclos o edades. Entre estas tenemos a:

1. El ciclo cosmogónico:



También conocido como La Edad de los Dioses, en este ciclo se nos narran los mitos sobre el origen del universo. Este ciclo se caracteriza por presentar a deidades primordiales surgidas del caos como Gea (la tierra), Urano (el cielo), Eros (el amor), Abismo (El Tártaro) y Érebo (la oscuridad). Gea, dio a luz a Urano y estos procrearon a los Titanes y también procrearon a los Cíclopes y Hecatónquiros (los centimanos). De los Titanes, el más importante fue Cronos, quien castrará a su padre y terminará tomando el poder junto con su hermana Rea. Ellos terminarán procreando a Zeus y a los dioses olímpicos.

 

2. La primera generación de dioses Olímpicos:

Cronos, quien se comía a sus hijos para que no lo destronasen del poder, es derrotado por Zeus, el único de sus hijos que logró no ser devorado, gracias a la ayuda de Rea quien engañó al titan envolviendo una gran roca con pañales y haciéndolo pasar por Zeus. Cronos devoró la roca pensando que era su hijo. Zeus fue criado en secreto en una cueva y cuando llegó a la mayoría de edad le dio batalla a su padre. Primero, con ayuda de Gea, Cronos bebió un brebaje que lo hizo vomitar a sus hijos, que luego se unieron a Zeus. La batalla por el poder el universo dio como vencedor al dios del trueno y justicia y tanto Cronos como los demás Titanes fueron enviados al Tártaro bajo el inframundo o infierno.

 

3. Segunda generación de dioses Olímpicos:

Aquí se relatan las historias de los hijos de Zeus: Ares (dios de la guerra), Hermes (dios del comercio y mensajero de los dioses), Hefesto (dios del fuego y la forja), Atenea (diosa de la guerra y la sabiduría), Apolo (dios del arte, la belleza, la perfección, la curación y las plagas), Artemisa (diosa de la caza) y Dionisio (dios de la fertilidad y el vino). Aunque Zeus es el dios de la justicia y tiene como esposa a Hera, diosa del matrimonio, posee un defecto o don, dependiendo de la interpretación que le demos: es tremendamente mujeriego. El olímpico tuvo infinidad de mujeres y con cada una engendró un hijo. Esto, explica no solo la manera de cómo los griegos idealizaban el poderío y fertilidad del dios, sino que también era una forma de crear lazos identitarios. Si el todo poderoso Zeus había tenido un hijo en tal o cual isla con tal o cual mujer, era un honor para este pueblo, pues, significaba que tenían la cercanía y protección divina del dios del trueno.

 

4. La edad de los héroes:

Aquí se relatan las historias legendarias de un grupo de hombres que no poseen la inmortalidad de los dioses, pero son hijos de estos. Llamados también semidioses, podemos mencionar al poderoso Heracles también llamado Hércules (hijo de Zeus y la reina Alcmena), al temerario Perseo (hijo de Zeus y Dánae), conocido por vencer a Medusa, una monstruosa mujer con cabellos de serpiente y mirada fulminante que convertía a los hombres en piedra. Además, también tenemos a Teseo (hijo de Poseidón y Etra), quien con su valentía derrotó al Minotauro, una bestia mitad todo mitad humano.

 

5. El ciclo tebano:

En este conjunto de relatos podemos encontrar historias sobre acontecimientos ocurridos en la ciudad de Tebas, siendo uno de los más importantes la historia de Edipo, quien, por los designios del destino, termina matando a su padre y casándose con su madre. O de la guerra de los tebanos contra la ciudad de Argos.


6. El ciclo troyano:

Guerra de Troya

Estos son un conjunto de relatos sobre las causas, desarrollo y consecuencias de la famosa Guerra de Troya, uno de los conflictos bélicos más célebres del mundo antiguo. Este ciclo lo conforman dos de las más grandes obras de la literatura universal: La Ilíada (también conocida como el poema de la guerra) y la Odisea (o también llamada el poema de la paz). Estas obras fueron escritas por el gran poeta ciego Homero. En estas historias resaltarán héroes como Aquiles (conocido por su gran fuerza y vitalidad), Odiseo (también llamado Ulises), quien tiene el poder de la astucia e inteligencia, así como otros como Héctor (valiente rey de Troya) o Eneas (héroe troyano, quien, tras la caída de la ciudad, logra escapar el Lacio, donde logra ser rey y a la vez progenitor del pueblo romano.

 

Como vemos, la mitología griega es quizás una de las más conocidas y fascinantes del mundo antiguo. No solo nos describe a sus dioses y héroes, sino también la simbología de sus creencias y costumbres. Lo apasionante y mágico de los mitos griegos son, sin duda, el trasfondo simbólico de sus historias, en donde podemos mapear las virtudes y vicios de la civilización griega antigua, cuna de toda la cultura occidental que sigue influyendo todo tipo de manifestación cultural y artística.

sábado, 5 de noviembre de 2022

Cuento "El gato bajo la lluvia" de Ernest Hemingway con actividades de comprensión lectora

 

El gato bajo la lluvia

Ernest Hemingway


Solo dos norteamericanos paraban en el hotel. No conocían a ninguna de las personas que subían y bajaban por las escaleras hacia y desde sus habitaciones. La suya estaba en el segundo piso, frente al mar y al monumento de la guerra, en el jardín público de grandes palmeras y verdes bancos.

Cuando hacía buen tiempo, no faltaba algún pintor con su caballete. A los artistas les gustaban aquellos árboles y los brillantes colores de los hoteles situados frente al mar.

Los italianos venían de lejos para contemplar el monumento a la guerra, hecho de bronce que resplandecía bajo la lluvia. El agua se deslizaba por las palmeras y formaba charcos en los senderos de piedra. Las olas se rompían en una larga línea y el mar se retiraba de la playa para regresar y volver a romperse bajo la lluvia. Los automóviles se alejaron de la plaza donde estaba el monumento. Del otro lado, a la entrada de un café, un mozo estaba contemplando el lugar ahora solitario.

La dama norteamericana lo observó todo desde la ventana. En el suelo, justo debajo de la ventana, un gato se había acurrucado bajo uno de los bancos verdes. Trataba de achicarse todo lo posible para evitar las gotas de agua que caían a los lados de su refugio.

–Voy a buscar a ese gatito –dijo ella.

–Iré yo, si quieres –se ofreció su marido desde la cama.

–No, voy yo. El pobre minino se ha acurrucado bajo el banco para no mojarse ¡Pobrecito!

El hombre continuó leyendo, apoyado en dos almohadas, al pie de la cama.

–No te mojes –le advirtió.

La mujer bajó y el dueño del hotel se levantó y le hizo una reverencia cuando ella pasó delante de su oficina, que tenía el escritorio al fondo. El propietario era un hombre viejo y muy alto.

Il piove –expresó la norteamericana. El dueño del hotel le resultaba simpático.

–Sí, sí signora, brutto tempo. Es un tiempo muy malo.

Cuando la norteamericana pasó frente a la oficina, el padrone se inclinó desde su escritorio. Ella experimentó una rara sensación. Se quedó detrás del escritorio, al fondo de la oscura habitación.

A la mujer le gustaba. Le gustaba la seriedad con que recibía cualquier queja. Le gustaba su dignidad y su manera de servirla y de desempeñar su papel de hotelero. Le gustaba su rostro viejo y triste y sus manos grandes. Estaba pensando en aquello cuando abrió la puerta y asomó la cabeza. La lluvia había arreciado. Un hombre con un impermeable cruzó la plaza vacía y entró en el café. El gato tenía que estar a la derecha. Tal vez pudiese acercarse protegida por los aleros. Mientras tanto, un paraguas se abrió detrás. Era la sirvienta encargada de su habitación, mandada, sin duda, por el hotelero.

–No debe mojarse –dijo la muchacha en italiano, sonriendo.

Mientras la criada sostenía el paraguas a su lado, la norteamericana marchó por el sendero de piedra hasta llegar al sitio indicado, bajo la ventana. El banco estaba allí, brillando bajo la lluvia, pero el gato se había ido. La mujer se sintió desilusionada. La criada la miró con curiosidad.

–Ha perduto qualque cosa, signora?

–Había un gato aquí –contestó la norteamericana.

–¿Un gato?

–Sí il gatto.

–¿Un gato? –la sirvienta se echó a reír– ¿Un gato bajo la lluvia?

–Sí; se había refugiado en el banco –y después– ¡Oh! ¡Me gustaba tanto! Quería tener un gatito.

Cuando habló en inglés, la doncella se puso seria.

–Venga, signora. Tenemos que regresar. Si no, se mojará.

–Me lo imagino –dijo la extranjera.

Volvieron al hotel por el sendero de piedra. La muchacha se detuvo en la puerta para cerrar el paraguas. Cuando la norteamericana pasó frente a la oficina, el padrone se inclinó desde su escritorio. Ella experimentó una rara sensación. El padrone la hacía sentirse muy pequeña y, a la vez, importante. Tuvo la impresión de tener una gran importancia. Después de subir por la escalera, abrió la puerta de su cuarto. George seguía leyendo en la cama.

–¿Y el gato? –preguntó, abandonando la lectura.

–Se ha ido.

–¿Y dónde puede haberse ido? –dijo él, descansando un poco la vista.

La mujer se sentó en la cama.

–¡Me gustaba tanto! No sé por qué lo quería tanto. Me gustaba ese pobre gatito. No debe resultar agradable ser un pobre minino bajo la lluvia.

George se puso a leer de nuevo.

Su mujer se sentó frente al espejo del tocador y empezó a mirarse con el espejo de mano. Se estudió el perfil, primero de un lado y después del otro, y por último se fijó en la nuca y en el cuello.

–¿No te parece que me convendría dejarme crecer el pelo? –le preguntó, volviendo a mirarse de perfil.

George levantó la vista y vio la nuca de su mujer, rapada como la de un muchacho.

–A mí me gusta como está.

–¡Estoy cansada de llevarlo tan corto! Ya estoy harta de parecer siempre un muchacho.

George cambió de posición en la cama. No le había quitado la mirada de encima desde que ella empezó a hablar.

–¡Caramba! Si estás muy bonita –dijo.

La mujer dejó el espejo sobre el tocador y se fue a mirar por la ventana. Anochecía ya.

–Quisiera tener el pelo más largo, para poder hacerme moño. Estoy cansada de sentir la nuca desnuda cada vez que me la toco. Y también quisiera tener un gatito que se acostara en mi falda y ronroneara cuando yo lo acariciara.

–¿Sí? –dijo George.

–Y, además, quiero comer en una mesa con velas y con mi propia vajilla. Y quiero que sea primavera y cepillarme el cabello frente al espejo, tener un gatito y algunos vestidos nuevos. Quisiera tener todo eso.

–¡Oh! ¿Por qué no te callas y lees algo? –dijo George, reanudando su lectura.

Su mujer miraba desde la ventana. Ya era de noche y todavía llovía a través de las palmeras.

–De todos modos, quiero un gato –dijo–. Quiero un gato. Quiero un gato. Ahora mismo. Si no puedo tener el pelo largo ni divertirme, por lo menos necesito un gato.

George no la escuchaba. Estaba leyendo su libro. Desde la ventana, ella vio que la luz se había encendido en la plaza. Alguien llamó a la puerta.

Avanti –dijo George, mirando por encima del libro. En la puerta estaba la sirvienta. Traía un gran gato de color de carey que pugnaba por zafarse de los brazos que lo sujetaban.

–Con permiso –dijo la muchacha– el padrone me encargó que trajera esto para la signora.

 

ACTIVIDADES DE COMPRENSIÓN LECTORA:

 

1. ¿Qué relación hay entre el título del cuento y la historia narrada en él?

2. ¿Por qué la señora quería buscar al gatito que estaba en la lluvia?

3. ¿Por qué la criada que le lleva el paraguas se echa a reír cuando la señora le dice que está buscando un gatito?

4. ¿Qué es lo que nos revela el diálogo entre la señora y su esposo? ¿Por qué? Explica tu respuesta.

5. En el cuento, un gato es el centro para el desarrollo de la trama. Teniendo en encuentra eso: ¿Qué puede significar el gato para la señora, su esposo, el padrone y la sirvienta? Explica lo que significa para cada uno.

6. ¿Cómo calificarías la personalidad de la señora y George, su esposo? Explica tu respuesta.

7. Ve más allá de lo evidente: Hemingway es un maestro de la elipsis, empujando al lector a inferir detalles de la historia que no son explícitos. Teniendo en cuenta ello y desplegando toda tu habilidad inferencial: ¿Qué problema crees que aborda este cuento? ¿Por qué? Explica tu respuesta.