Entrevista a Samantha Barendson
“La poesía es una bofetada. La
recibes en plena cara, durante un instante estas medio despistado/a y ves
formas y colores extraños. Luego todo vuelve a la normal, pero te queda el
rosado en los cachetes y la caricia de la mano”.
Entrevista realizada
por: Paolo Astorga
¿Desde
cuándo comenzó a escribir?
Siempre
escribí un poco, nada concreto, de a rato, fue el verano 2004 el momento en que
salió la real necesidad de escribir, aquella sensación de no poder hacer otra
cosa.
¿Por
qué?
Al
principio fue por aburrimiento, para llenar un vació. Pero, a lo largo de los
años, aquello que había sido catarsis puro (y de hecho, textos malos) se fue
transformando en algo más universal (y de hecho, en textos buenos).
En
cuanto a la poesía, ella se acercó a mí una noche del 2007 con la antología
poética de Alfons Cervera “Los cuerpos del delito” (Obra completa, Valencia,
Rialla Editores, 2002). Antes de leer al gran poeta valenciano, yo escribía
sobre todo cuentos y obras de teatro. Después de aquella lectura, escribí
"Los delitos del cuerpo" en tres noches, 35 poemas en castellano
traducidos al francés, respuesta inmediata y necesaria a una forma nueva (para
mí) de escritura, corta y potente.
¿Qué
es para usted la Poesía?
La
poesía es una bofetada. La recibes en plena cara, durante un instante estas
medio despistado/a y ves formas y colores extraños. Luego todo vuelve a la
normal, pero te queda el rosado en los cachetes y la caricia de la mano.
Cuéntenos
sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad literaria
Lo
importante para mí es difundir poesía. Vivo en Francia, en un país que
considera que la poesía es un género elitista que se dirige a un público
intelectual. Yo trato demostrar todo lo contrario con la ayuda de los 11 miembros
de mi colectivo “El sindicato de poetas que algún día morirán”. Entonces, por
un lado escribo libros, pero por el otro voy a todas partes a leer mi poesía:
en la bibliotecas, en los bares, en los teatros, en la calle, donde sea, para
intentar mostrar a la gente que la poesía es de todos y para todos.
Últimamente
he recibido un premio de poesía, el premio René Leynaud (poeta y resistente
francés) que recompensa a un poeta cuya obra poética es emergente y resistente.
Así me siento.
Mis
proyecto son de seguir el combate poético.
¿Cómo
define su poesía?
Mi
poesía es muy variable, no me gusta hacer dos veces la misma cosa. Ciertos
poemas mios son como cuadros, intentan mostrar paisajes y lugares que yo he
visto, vivido o conocido y que me gustaría compartir, y como no sé pintar ni
dibujar los escribo, intentado mostrar todo el relieve, colores, sensaciones y
olores. Otros poemas son música, lo que me interesa es el ritmo, el texto se
construye en voz alta a partir de ese ritmo generalmente inspirado del tango o
del jazz. Me gustan esto textos para las lecturas públicas, y generalmente los
comparto con músicos. También en otros poemas, intento sólo ser narrativa y
abarco temas que me importan mucho tales como el exilio, los desencuentros, los
desaparecidos. En estos casos, la construcción es más clásica, en prosa o en
versos pero siempre intentando mantener cierto ritmo rotundo.
¿Cree
que el poeta es un ser obsesivo?
Hay
que tener cierta obsesión para seguir defendiendo semejante forma. Dicen que
nadie escucha poesía, que nadie lee poesía, que nadie vende poesía. Es verdad y
es mentira. Con el colectivo nuestro objetivo es, al contrario, promover la
poesía para todos y por todas partes porque la poesía debe ser oral, hablada,
gritada, en movimiento, viva.
¿Qué
escritores o poetas han influenciado en su producción literaria?
Como
lo he dicho antes, Alfons Cervera ha permitido que yo escribiese poesía. Pero
aquellos quienes la influenciaron son Alfonsina Storni, Mario Benedetti o Julio
Cortázar, pero también y sobre todo mis contemporáneos, todos los poetas que
cruzo y escucho en los diferentes festivales. Ellos me nutren verdaderamente
gracias a la energía y la fe que comparten conmigo.
¿Qué
tan importante para usted es la literatura?
Menos
importante que el amor pero mucho más que la política.
¿Es
necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
El
sólo hecho de escribir compromete ya al hombre. Yo escribo textos que me
parecen sencillamente "buenos" porque hablan de amor, de sensualidad,
de sexualidad a veces, de injusticias, de desamores, des desapariciones, de
exilios, de gente que busca su lugar, su gente, su respiro, etc. Yo siempre
pensé que no escribía texto directamente políticos, pero no es así, todo es
político, todo puede molestar, todo puede ir en contra de otro pensamiento, y
escribir, escribir lo que sea, y publicarlo, es afirmar una forma de
pensamiento que puede ser interpretada y malinterpretada.
¿Cuál
es el fin de su poética?
Mi
poesía intenta destacar la belleza del ser humano con sus fragilidades, sus
carencias, sus dolores. Es una poesía llena de ternura, una escritura que
tiende hacia cierta forma de universalidad, de unidad.
¿Cómo
ha cambiado su lenguaje poético a través de los años?
Al
inicio tuve un período de superadjectivación, algo muy barroco. Luego un
período todo contrario de minimalismo japonésido. Pasé por un período muy
narrativo y descriptivo, realista por decirlo así. Ahora no sé, tengo ganas de
escribir canciones.
Dentro
de su producción literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en
especial?
Mi
mejor libro es mi último, El limonero. Lo he escrito en francés, pero lo
estamos traduciendo al castellano. (De hecho fue este libro que recibió un
premio)
¿Qué
hace antes de escribir?
Intento
resolver los problemas que podrían molestarme durante la escritura. Me visto
cómoda, tomo agua, como una manzana, voy al baño, pongo una almohada sobre mi
silla, apago el celular, cierro el Facebook.
¿Qué
opinión tiene usted sobre la poesía que se publica en la actualidad?
Últimamente
he leído 5 antologías de "joven" poesía (2 chilenas, 2 argentinas y 1
uruguaya), y me he quedado feliz con lo que he leído. Autores como Fernando de
Leonardis, Mori Ponsowy, Javier Vallejos Amil, Sergio Taglia, Juan Manuel Daza,
Jorge Castro Vega, Jesús Sepúlveda y tantos otros...), hay energía, fantasía,
destructuración de lo formal, intensidad, ritmo. Yo tengo muchas ganas de
compartir, conocer, trabajar con otros poetas de todas partes del mundo.
¿Qué
es para usted un buen libro?
Es
un libro que me hace cosquillas en la panza y que no me deja dormir hasta que
no lo he terminado.
¿Cómo
ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Cómo autor, qué soluciones le
daría a este problema?
Yo
veo cómo funciona en Francia. La poesía con el teatro representan el 0,2% de
las ventas de libros...
Eso
tiene varias razones: La gente no se anima a comprar poesía porque no sabe que
le gusta; los editores muchas veces no hacen su trabajo de comercial, no se
animan a tratar al libro de poesía como "producto" y no le hacen la
publicidad necesaria; los media (televisión, radio, Internet) tampoco
hacen promoción. Hay que intentar
glamourizar a la poesía, mostrar su potencial de interés, de diversión, de placer.
¿Cree
en los concursos o certámenes literarios?
Creo
que me acaban de dar un premio bastante importante, y estoy muy feliz y
orgullosa. Pero no sé si tendrá algún impacto. Por ahora, han salido dos
artículos en la prensa, pero no me han llamado ni la televisión, ni los
editores, ni me han invitado a nuevos festivales (Trois-Rivières y/o Medellín
sería mi sueño)... Veremos...
¿Qué
opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet, como revistas
literarias, blogs, páginas sobre literatura, redes sociales, entre otras?
La
difusión en revistas y blogs/páginas me parece fantástica porque nos llega
información de todas partes, el mundo es nuestro y es fácil tener una imagen
casi mundial de lo que suele ser la poesía contemporánea.
También
la utilización de las redes sociales ha cambiado mucho mi manera de trabajar.
He conocido a artistas (pintores, fotógrafos, músicos,...) con quien he podido
trabajar y que no hubiese conocido sin la ayuda de las redes.
Por
fin, Internet es el mejor método para difundir y hacerse conocer fuera del
propio ámbito o ciudad.
¿Cuáles
son las obras que recomienda leer?
-Los
cuerpos del delito, de Alfons Cervera
-Los
delitos del cuerpo, de Samantha Barendson (ya que estoy, hago un poco de
publicidad :-)
-Rayuela,
de Cortázar
¿Cuál
es el consejo que daría a los nóveles poetas?
Antes
de empezar a escribir, leer mucho.
Luego
mirar, escuchar, sentir, vibrar, hacer el amor, comer, saltar.
Y
frente a la hoja o a la computadora, ir a lo esencial, sacar lo superfluo.
Por
último: ¿desea agregar algo más?
¡Que
viva la poesía!
Poemas de Samantha Barendson
- El vuelo de la muerte -
Azul, calma azul, vaivén de olas.
Paisajes como postales.
Pero, en profundidades de mares y memorias
cuerpos aún adolescentes,
dormidos, heridos, se descomponen
anónimos, en mil novecientos setenta y seis.
Aviones militares rajan cielos de algodón,
como águilas desvanecen
en el turbio horizonte.
Y nacen los desaparecidos.
No es azul, es más que azul,
es tan azul que se vuelve turquesa,
casi verde.
Y aunque uno busque sinónimos azuleados,
nada alcanza la zarca inmensidad,
los celestes reflejos del espacio marino,
las cerúleas profundidades
de mareas inciertas.
Pero no es azul,
es más que azul,
es una mezcla de nomeolvides,
esmeralda y lapislázuli,
un azul más garzo que la rabia en tus ojos,
más azul que un monocromo de Klein
más azul que una ola de Hokusai,
pero no es azul,
es más que azul,
es un azul de mar y de memoria
un azul ennegrecido por cuerpos tirados de helicópteros,
un azul teñido de desapariciones,
un azul criminal,
un azul culpable,
uno rojo.
- Trenes -
Los paisajes pasan como Jackson
Pollock, vacas punteadas, nubes estiradas, manchas girasoles y rieles
retorcidos. La ventana fría pega en mi nariz y siento el traqueteo de la bestia
humana.
Tatactatúm, tatactatúm,
tatactatúm.
No soy Eva Marie Saint, no
tengo la intriga internacional ni los
besos de Cary Grant. Tras el cristal, paisajes de postales, campañas de
entre-guerras, improntas ferroviarias: una vaca, un castillo, una iglesia, un
burro, un viejo ciclomotor o un tren de vapor, hierbas infinitas, campos de
amapolas, pueblos suspendidos, la autoestopista fantasma, ovejas, tal vez
cabras, otra amapola, una falda acampanada, una lata, una bolsa de plástico,
una lámpara de neón, un flash.
Tatactatúm, tatactatúm,
tatactatúm.
Yo no soy Celia Johnson en Breve encuentro esperando el próximo
jueves, el próximo jueves, el próximo jueves, el amor prohibido en un cafetín.
Tras el vidrio, amargos paisajes que se repiten y desfilan y vuelven y vuelven
a pasar y giran y recomienzan y las vacas se parecen y la nieve oculta los
pasos de lobos, ogros y brujas.
Tatactatúm, tatactatúm,
tatactatúm.
No soy Marilyn Monroe con faldas y a lo loco. Ante mis ojos
inmensos pastos, piedras y malas hierbas que cuernos estupefactos rumian, metódicamente.
Tatactatúm, tatactatúm,
tatactatúm.
Desfilan los kilómetros, el Sur
aun lejano.
Ciento cinco punto ocho,
llegaremos mañana.
Horizons / horizontes
Les immeubles portègnes Edificios porteños
se cachent esconden
derrière des parisiens. Parisinos.
L'océan reflète Oceánicos
reflejos
leur silhouette urbaine de silueta urbana
et l'Atlantique voudrait El Atlántico quisiese
être la Seine. ser
el Sena.
Nous marchons sans but Caminamos sin rumbo
de San Telmo de
San Telmo
à Saint Germain, a Saint Germain
de Recoleta de
Recoleta
au Quartier Latin. al Quartier Latin
Je regarde au loin Miro a lo lejos
et l'horizon y el
horizonte
est triple. es
triple.
Paris Buenos Aires
de l'eau agua
et Buenos Aires. y París.
Sobre la autora:
Samantha Barendson, Nacida en 1976 en Vilanova i la
Geltrú de madre argentina y padre italiano, vive ahora en Lyon donde trabaja en
la Escuela Normal Superior.
Después de
haber hecho estudios de literatura hispanoamericana en la facultad de Lyon 2,
donde analiza los cuentos de Cortázar y
la ausencia de puntuación en El otoño del patriarca de Gabriel García
Márquez, se dedica a trabajos de traducción y termina escribiendo sus propios
textos.
Actualmente
consagra las horas de la noche a la escritura poética, a las problemáticas de
la traducción poética y al teatro. Escribe
así poesía en varios idiomas, sola o acompañada por amigos poetas, pintores,
ilustradores o fotógrafos, escribe a mano libros de artistas, escribe también
obras de teatro y cuentos para niños. Le gusta declamar, gritar y hasta cantar
en el escenario, es a veces comediante frustrada de no ser cantante de tango.
Publica regularmente en revistas de poesía. Cuatro de sus recopilaciones
de poemas han sido publicadas.
También forma
parte del colectivo “Le syndicat des poètes qui vont mourir un jour”.
Obra poética:
-El limonero,
Editorial Le pédalo ivre, Lyon, Francia, junio 2014 (Premio René Leynaud 2015)
-Le combat, con el poeta Jean de Breyne, Collection Duos,
Estrasburgo, Francia, 2012
-Los delitos del cuerpo – Les délits du corps,
Christophe Chomant éditeur, Rouen, Francia, diciembre 2011
-Des coquelicots – Amapolas, Le pré #
carré éditeur, Grenoble, Francia, diciembre 2011
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