Entrevista a Manuel Aguirre
“Yo no escribo para deleitar al
lector con las delicias del lenguaje. Escribo para punzar, herir, sacudir,
mostrar la basura que tenemos dentro, inseminar la rebelión en los oprimidos,
ayudar a romper las reglas del juego con que se esclaviza a los seres humanos”.
Entrevista realizada
por: Paolo Astorga
Desde cuándo comenzó a escribir? ¿Por qué?
Poco después de
haber empezado a leer literatura. Quiero decir, novelas, poemas, dramas,
comedias. Esto fue allá por el año 1967, en que todavía me encontraba en
servicio activo para el ejército peruano.
¿Qué es para usted ser escritor?
El escritor es
un auditor de la sociedad humana, de su historia, al mismo tiempo que es un
ensayista de su futuro.
Cuéntenos sobre su vida, sus obras, sus proyectos, su actividad
literaria
Una niñez
solitaria, triste e intuitiva, llena de fantasías personales en la oscuridad de
la mente. Crecí, sin ningún control o guía familiar, revelándole contra el
estatus quo y llegue a ser un adulto productivo por la gracia de Dios. El
ejército me domesticó y me dio la oportunidad de aprender a estudiar. Viajé y
viví en Francia, Hungría y España. Retorné al Perú en 1977 para estudiar en
ESAN. Allí obtuve mi grado de magíster en administración y posteriormente
trabajé con éxito en bancos y compañías de seguros. En 1987, y gracias a las
acciones y amenazas de secuestro por parte de delincuentes comunes o SL; (nunca
pude determinar quiénes eran los que aterraban a mi esposa con sus llamadas
pidiendo dinero a cambio de mi vida); emigré a USA. Allí trabajé el primer año
como obrero de construcción, luego, los siguientes 4 años como contratista en
remodelación de casas y los restantes años (por culpa de una recesión), en
bancos de hipotecas, mientras escribía por las noches y fines de semana, hasta
que llegó la edad de mi retiro. En el año 2013 me mudé a Oxford, Mississippi
(la ciudad de W. Faulkner), que es donde actualmente resido.
Mis obras: he
publicado en 1972 un libro de poemas, “Razón de silencio”, edición del autor;
una novela, “una bala en la frente”, EstruendoMudo, Lima, 2006; esta misma
novela, traducida al francés, “Une Balle dans le front”, Les fondeurs de
briques, Saint Sulpice, 2010; Reedición de la misma novela, en español, Planeta
Perú, Lima, 2013. En el 2007 se publicó
mi libro de cuentos, “Reyertas y desafíos”, El Santo Oficio, Lima.
Tengo,
terminada e inédita, la novela, “Insurgente”, segunda entrega de mi trilogía,
“Dudas y murmuraciones”. Estoy escribiendo la tercera novela de la citada
trilogía (con el nombre, “Crisol”). Estoy escribiendo un segundo libro de
poesía (con el nombre, “Séptimo día”) y un ensayo sobre un libro de poesía de
un joven y revolucionario autor peruano. Por último, tengo en la línea de
producción una novela adicional con el nombre provisional, “Taxi”, y una novela
de ciencia ficción con el nombre provisional, “Éramos”.
En la
actualidad tengo 74 años de edad, soy discapacitado (por mis rodillas), y
aparte de escribir tengo múltiples tareas que afrontar en este pequeño pueblo
en el que vivo con mi esposa y mi hijo menor (31 años). En mi casa soy el
encargado de mantener funcionando y reparar las computadoras de la casa (4).
Soy el plomero, electricista, jardinero, granjero, cocinero (cuando se
necesita), etc. Por todo esto, como te imaginarás, y por mi edad y mi
limitación física, me queda un tiempo limitado para ejecutar todos mis
proyectos. En resumen, haré lo que el cuerpo me dé en el tiempo que Dios me
permita vivir y trabajar.
¿Cómo define su narrativa?
Realista,
transgresiva, irónica, graciosa, profundamente crítica, con tendencia fuerte
hacia la prosa poética. El lenguaje que uso es simple y llano, me gustaría
acceder al mayor número de lectores en todas las clases socioeconómicas. Trato
de ser honesto y amoral, desde el punto de vista del narrador.
¿Cree que el escritor es un ser obsesivo?
Absolutamente,
sí.
¿Qué escritores o poetas han influenciado en su producción literaria?
Ciro Alegría.
Vallejo. Vargas Llosa. García Márquez, Julio Cortázar, J.L Borges, Alejo
Carpentier, Juan Rulfo, Milan Kundera, Chuk Palahniuk, Kurt Vonnegut, Don
DeLillo, Allen Ginsberg, Henry Miller, Arthur Rimbaud, Dante Aligghieri,
Homero, Arquíloco, John Edward Williams, Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio,
George Steiner, Antonin Artaud, Ambrose Bierce, Miguel de Cervantes, Miguel de
Unamuno, Franz Kafka, entre otros.
Cuando uno lee,
roba; asimila, se imbuye de la ideología de cada autor en cada libro, se
contagia de otras locuras, diferentes obsesiones, que todas pasan a ser parte
de uno mismo. Pero esto ocurre de manera sublime, sólo cuando eres en realidad
un escritor. De lo contrario resultas siendo un copista y se nota en tu
escritura, en tus libros, en tus textos.
¿Qué tan importante para usted es la literatura?
Aunque es
difícil comer libros, es tan importante como la alimentación; si no comes te
mueres, si no escribes y/o lees, también.
¿Es necesario que el escritor sea un hombre comprometido?
Absolutamente.
Yo no escribo para deleitar al lector con las delicias del lenguaje. Escribo
para punzar, herir, sacudir, mostrar la basura que tenemos dentro, inseminar la
rebelión en los oprimidos, ayudar a romper las reglas del juego con que se
esclaviza a los seres humanos. Yo estoy comprometido con todos los seres
humanos desde mi cosmovisión e ideología (que puede ser correcta o errada),
frente a las fuerzas que abusan de los dominados y/o corrompen la sociedad en
que vivimos. La capa dominante es el enemigo. No tengo compromiso con ningún
país o partido político o escuela o grupo. Yo soy del pequeño lugar donde vivo
porque allí me siento libre y respetado. Esa es mi patria, y todos los
oprimidos y los que buscan el bienestar de los demás son mis hermanos, sin
distinción de raza o género
¿Cuál es el fin de su narrativa?
Evitar el
suicidio, exponer mi punto de vista, intentar la comunicación con otros seres
humanos sin tener en cuenta el tiempo en el que ella ocurra; lograr la
inmortalidad. Una vez que tu libro está editado, va a ser leído algún día por
alguien, ahora, mañana, en 20 años o en mil años, y si la persona que te lee se
identifica con lo que dices, ya eres inmortal.
Boecio vivió en Roma del 480 al 525 DC, y 1,490 años después te estoy
hablando de él, como si fuera mi amigo, sus libros están en Google Books,
gratis.
¿Cómo ha cambiado su lenguaje literario a través de los años?
Mucho. Cuando
empecé a escribir en 1967, escribía poemas a mi novia tratando de copiar a
Machado y a Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita. En el año 1970, trataba de
escribir como MVLL o GGM. En el 1972, traté de ser Beat (Beatnik), y quise
escribir como Ginsberg (este es origen de Razón de silencio). En el año 1994
(había dejado de escribir 22 años), empecé a escribir de nuevo y quise hacer un
libro de caballería (como el Quijote de Cervantes), pero ambientado en nuestra
época y con la caballería de los ejércitos modernos, y me tomó cinco años escribir
un mamotreto de 1,800 páginas que no me llevó a ninguna parte. En los años del
2000 al 2004, traté de producir un estilo propio y nació “Una bala en la
frente” y “Reyertas y desafíos. Desde el año 2010 al 2014 pude escribir
“Insurgente” (ahora terminado), que indudablemente es mi estilo perfeccionado y
modificado por mis lecturas, de esa época, que fueron más metódicas y
analíticas que las anteriores.
Dentro de su producción
literaria, ¿Qué obra elegiría usted por optar en una en especial?
Definitivamente,
“Insurgente”.
¿Qué hace antes de escribir?
Pienso. Hablo,
en voz alta cuando camino por el parque o por la calle. Le cuento a mi hijo los
pedazos de historia que estoy tratando. Investigo y escribo todo lo que
encuentro. Creo mis personajes, hago un boceto de la trama y la reacomodo mil
veces. Me recluyo y me aíslo. Dejo de leer, hasta que termine lo que estoy
creando.
¿Qué es para usted un buen libro?
El que me
cuenta una historia creíble, el que me mantiene en el filo de la silla, el que
me hace reír y después llorar, el que me entrega personajes que se convierten
en amigos o enemigos personales, porque son en parte buenos y en parte malos,
como yo. Un libro que me incita a llamar a la editorial para pedir la dirección
o el correo del autor para comunicarme con él o ella.
¿Qué opinión tiene usted sobre la narrativa que se publica en la
actualidad?
Como en
cualquier época hay los escritores accesibles y los turbios, ambos producen
libros que el público y la crítica llamarán buenos o malos, pero los dos son
buena literatura. Todo depende del gusto y el nivel del lector. También existen
copistas que producen mediocridades y hay necios, aquellos que no teniendo la
habilidad o el don de la escritura, insisten testarudamente en escribir y
publicar, o, lo que es peor, se resisten con tesón a educarse, a trabajar su
oficio para mejorar, y deciden culpar a los demás de su mala calidad. Pienso
que siempre ha sido así, en el Perú y en el resto del mundo.
¿Cómo ve usted hoy por hoy la industria editorial? ¿Cómo autor, qué
soluciones le daría a este problema?
Esta es una
definición de concepto: La industria editorial es una empresa comercial, tiene
un producto que elaborar y vender; cuenta con locales que atender, insume
materiales que debe comprar, contrata empleados cuyo salario deberá pagar y
responde ante accionistas con utilidades por distribuir. Entiendo que estas
empresas están obligadas a publicar libros que ellos esperan se puedan vender.
No son instituciones de beneficencia.
Dicho todo
esto, se puede analizar con detalle los vicios que resultan de quienes manejan
las editoriales, que al fin y al cabo son seres humanos a los que debemos
tratar de entender a fin de contrarrestar sus caprichos con acciones
conducentes a un mejor acceso.
Independientemente
de todo lo que yo pueda decir o hacer al respecto, existe la realidad en que
vivimos los escritores en un “mercado de compradores”. Por un lado estamos los
millones de escritores, los “vendedores”,
ofreciendo nuestro producto a el “comprador”, la editorial, que por esta
circunstancia se puede dar el lujo de escoger y poner todas las condiciones que
le sean favorables.
¿Qué hacer para
solucionar esta desventaja? Los escritores debemos actuar (intentarlo por lo
menos), como personas económicas. Cada escritor es una empresa, también, y como
tal debe producir productos (libros), orientados a un segmento de mercado (el
segmento que satisface nuestros principios). Este escritor del que hablamos
deberá cuidar con esmero de la calidad de su producto, deberá mercadearlo
apropiada e incansablemente (a través de los años, esta es una tarea inmensa),
hasta conseguir su publicación y más aún, después de su publicación para así
lograr, algún día, pertenecer a una “casa” a la que pueda volver con cada nuevo
producto. No sé si esto satisface tu pregunta. No creo que haya una solución
específica. El escritor se debe “vender” (nunca prostituir), para que su
clientela (el lector a quién el escritor ha dirigido su obra), se sienta
atraído hacia los libros del escritor.
¿Cree en los concursos o certámenes literarios?
No. Yo no
escribo para participar en concursos.
¿Qué opina de las nuevas formas de difusión literaria por Internet,
como revistas literarias, blogs, páginas sobre literatura, redes sociales,
entre otras?
Las aprecio
como algo invaluable para los escritores. Es una parte importante de nuestro
aparato publicitario. Es una ventana al universo de lectores. Es un lugar de
reunión e intercambio entre lectores, escritores, agentes y editoriales que ha
convertido a nuestro mundo en el universo.
¿Cuáles son las obras que recomienda leer?
Sin orden de
importancia: La Ilíada y la Odisea; La Eneida; La Biblia; La consolación de la
filosofía, de Boecio; Stoner, Augustus
y Nothing but the Night, de John E.
Williams; Los Trópicos de Miller; 1984 y La granja de animales de Orwell; WE (Nosotros), de Yevgeny Zamyatin;
Todas las novelas de Palahniuk; Todas las novelas de K. Vonnegut; Ethan Frome, de E. Wharton; Los
Embajadores, de H. James; El buen soldado, de Ford Madox Ford; La divina comedia; El quijote; El libro del
buen amor; The Trial of Sören Qvist y
The wife of Martin Guerre, de Janet Lewis
y por último, todos los libros de Antonio Cisneros, a quien considero un
acabado maestro de la síntesis. Eso es lo que define a un poeta; su capacidad
de síntesis.
¿Cuál es el consejo que daría a los escritores que recién se inician
en la narrativa?
Cuida tu
lenguaje, sé respetuoso de tus lectores, trabaja tus escritos como si de ello
dependiera tu vida, cree en ti y ten fe en tu trabajo como escritor, nunca
abandones a ninguna de tus creaciones, los libros que produces son tus hijos,
por siempre.
Por último: ¿desea agregar algo más?
Muchas gracias
por esta entrevista, Es la primera que me hace un profesional de la literatura.
Me han entrevistado en el pasado, pero tan sólo con motivo de la presentación
de mis libros y hablando específicamente del libro que presentaba. Muchas
gracias por ser como eres: Un hombre honesto febrilmente dedicado a la
literatura; eres un señor independiente en tus actos, en tus conceptos y sin
ninguna mala entraña para todos los que te rodean o con los que circunstancialmente
tienes contacto.
Fragmento del capítulo 2 de la novela, inédita, Insurgente
Esto sucedió,
jefecito, cuando tú ya estabas en Ninantaya. Te perdiste esta parte. Pero es
bueno que la conozcas. Así podrás atar cabos. Escucha y visualiza, imagínate,
piensa, absorbe la experiencia. Vas a sentir el olor de esa cama… De esa mujer…
“Aquí llega
tu Serruchito, Chinita; vengo a pedirte un churrasco para sentirme como en mi
casa, tal como dicen que le ofreció la Betty al huevón del Arrieta”, balbuceó
tu compañerito —que es de mi color— con rostro de arrecho, los labios estirados
como si quisiera dar un beso desde lejos; intentando reflejar extrema
excitación sexual con los ojos entrecerrados; sacudiendo su cabeza (poblada de
pelo terco, grueso y seboso, que él piensa es terso, dócil y perfumado),
después de introducirla en el dormitorio del capitán ese, al que los demás
llaman Collera, y listo para cruzar el vano de la puerta que la esposa había
dejado entreabierta.
“Entra,
Serruchito de mi corazón”, le contestó, aún en la cama, cubierta por un
remolino de sábanas y colchas. “¿Has visto a mi marido?, no sea que se le
ocurra venir a esta hora”.
Tu
compañerito, le respondió con una elaborada historia. Que resulta que el
capitán —su marido— salió temprano con su escuadrón, a caballo, en dirección a
Desaguadero. Que estaban de maniobras, pues. “No te preocupes, Chinita, tú
sabes lo respetuoso que soy cuando hablo con mis superiores”. Que así pues, le
había preguntado al capitán que a dónde iban y que a qué hora regresarían, y
que el Collera le había contestado: “dirección: Desaguadero. Destino: secreto.
Retorno: a las cinco y media de la tarde”.
“Como puedes
ver, tenemos el día entero para revolcarnos, Chinita”, le dijo en tanto
desabotonaba su camisa con desesperación; extraía sus pies de las botas, con
gran esfuerzo, y se introducía entre la maraña de sábanas sucias para decir,
fingiendo sorpresa y con voz apagada:
“¡Puta!...
Estás completamente desnuda… ¡Sinvergüenza, tú sabías que yo iba a venir!”.
Yo los vi,
Gerardito. La Chinita se arrodilló junto al Serruchito y le lamió su pecho,
primero, el cuello a continuación, mientras le decía, “me ha dicho la Betty que
al Arrieta lo van a destacar a la hacienda Ninantaya. ¿Dónde queda eso?”.
“En el culo
del mundo, Chinita. En Urano; Siberia; tú dime, cualquier nombre que le puedas
dar al infierno”.
“Y ¿por qué
lo mandan a él, no es muy joven para ese destino? ¿No le falta experiencia para
ese tipo de trabajo? Pobrecito…”.
“Tengo la
impresión de que lo quieren joder. Ese puesto es para un teniente con dos años
de antigüedad, por lo menos. Pero, ¿qué es esto, una clase de relaciones
laborales? Yo he venido, sacrificando mis horas de trabajo, para culear
contigo, Chinita rica. Anda, déjate de ronroneos y súbete al caballo”…
Ella se lo
montó, tenía las rodillas flexionadas, y, a horcajadas, cogió con una mano el
miembro de su amante, lo enfiló hacia arriba y se penetró con la ayuda del peso
de su cuerpo para a continuación restregar su sexo y sus nalgas contra el pubis
y los muslos de su amante. Un pendejo tu compañero el Serrucho, Gerardito.
“¿Quieres un
churrasco?”, le preguntó la China. “¡Usa pues el inmenso serrucho que tienes
acá!” Se elevó sobre las rodillas, le sacudió el pene con las dos manos.
“¡Córtalo tú mismo!”, le dijo, con voz cargada de excitación. Cayó la pendeja
sobre el cuerpo de su amante, taitita y en son de queja emitía ronquidos muy
tenues, el lamento de una gata en celo, pero muy cuidadosa del volumen de su
voz.
Sobre el autor:
Manuel Aguirre, nacido en Arequipa, 1940. Ha sido oficial de
caballería del ejército peruano y es retirado desde 1972. Estudia un año en San
Marcos (Letras), y otro en la PUCP (Antropología). Publica un solitario libro
de poemas en 1972, “Razón de silencio”; Se casa, se dedica a trabajar, trota
por Europa, se hace master en administración de negocios por ESAN, en 1978,
trabaja en Lima como ejecutivo de bancos y compañías de seguros, se marcha
hacia California en 1987, se establece en la ciudad de Los Ángeles y descubre,
en 1994 que no puede vivir sin escribir, pero tampoco puede dejar de trabajar.
Se entrega a la escritura nocturna y sabatina hasta que diez años después cree
haber aprendido a escribir. En 2006 publica su primera novela: “Una bala en la
frente” y en 2007 un segundo libro de cuentos: “Reyertas y desafíos”. Una bala en la frente se tradujo al francés
y se publicó en Francia el 2010 y se reeditó en español, por Planeta-Perú en el
2013.
Tiene dos
novelas inéditas: “Insurgente” y “Crisol.” Actualmente está escribiendo
una novela de CFi, “Éramos”,
y un libro de cuentos, “Historias de
combatientes”, que espera publicar en el 2016.
Felicito a ambos, al autor Manuel Aguirre y al entrevistador, Paolo Astorga. Es una de las entrevsistas más sabias que he leído y sobre todo, las contestaciones del estimado escritor, mejor todavía. Me encantó su sinceridad. Usted, estimado Aguirre, es un ejemplo a seguir. Éxito e Inmortalidad para usted.
ResponderEliminarConceptos de un hombre libre. Felicitaciones.
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