lunes, 30 de mayo de 2022

LA CRÓNICA PERIODÍSTICA: Definión, características, estructura, tipos y ejemplo

 

LA CRÓNICA PERIODÍSTICA


VIDEO SOBRE EL TEMA:


1. DEFINICIÓN: La crónica periodística es un tipo de redacción de no ficción que se caracteriza por relatar, de manera ordenada y detallada, ciertos hechos o historias. La crónica periodística se diferencia de la noticia, pues esta amplía los hechos y los aborda desde una perspectiva más subjetiva, usando diversos recursos estilísticos y una visión particular de los acontecimientos.

 

2. CARACTERÍSTICAS DE LA CRÓNICA PERIODÍSTICA:

Las características más importantes de la crónica periodística son:

Es un relato: Narra en forma detallada, subjetiva y secuencial un suceso o historia, capaz de llamar la atención de los lectores.

Están destinadas Público amplio: Las crónicas están destinadas generalmente a un gran público interesado en conocer al detalle el suceso narrado.

Posee un lenguaje sencillo: La crónica debe estar redactada con un lenguaje accesible para toda clase de lector.

Aborda diversidad de temas: No existe un determinado tema del cual puede tratar. Existen crónicas periodísticas que tratan temas sociales, políticos, económicos, policiales, deportivos, etc.

Es minuciosa: Debe procurarse relatar la historia sin perder detalle alguno.

Utiliza recursos estilísticos: La crónica periodística suele usar diversos recursos estilísticos como metáforas, comparaciones, descripciones, etc., para hacer más expresivo el texto, así como para ofrecer al lector una visión particular de los hechos o personas de las que habla.


3. ESTRUCTURA DE UNA CRÓNICA PERIODÍSTICA:

La estructura básica de toda crónica periodística es la siguiente:

El título: Es el encabezado de la crónica y nos introduce al tema de la misma.

Introducción o entrada: Es la parte inicial o la presentación de la crónica. Se ofrece un contexto a la historia que se va a contar.

Cuerpo: Es la parte más extensa de la crónica. Aquí se relata la historia, además de aportar datos que permiten entender mejor lo sucedido. El escritor debe centrarse en los detalles y desplegar recursos estilísticos necesarios para mantener la atención de los lectores y cautivarlos.

Conclusión o cierre: En este punto se resume la historia y se puede culminar con una frase original o un mensaje referente al tema.

 

4. TIPOS DE CRÓNICAS PERIODÍSTICAS:

Existen varios tipos de crónicas periodísticas.  A continuación, mencionaremos las más comunes:

La crónica informativa o de sucesos: Busca ampliar la visión sobre un acontecimiento o noticia.

La crónica social: Busca relatar historias con carácter humano.

La crónica histórica: Busca relatar un acontecimiento histórico.

La crónica opinativa o interpretativa: Aquí el cronista informa y opina simultáneamente. Busca analizar los hechos y llegar a una interpretación.

La crónica de viajes: Relata un viaje en el que el periodista tomó parte, o recompone los viajes de alguna personalidad de interés.

La crónica de guerra: Es un relato, generalmente contado con crudeza, de los acontecimientos y desenlaces de enfrentamientos sangrientos dentro de un conflicto.

La crónica policial: Se orienta especialmente en la narración de algún hecho de índole criminal y su desenlace.

La crónica deportiva: Está relacionada con la narración de los acontecimientos ocurridos en una actividad deportiva, por ejemplo, la crónica de cómo la selección peruana llegó al mundial de Rusia 2018.

La crónica cultural: Detalla el desarrollo de algún evento cultural o artístico.

A continuación, te comparto algunos aspectos a tener en cuenta para escribir una crónica periodística:

 

5. ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA ESCRIBIR UNA CRÓNICA:

✔ Primero debemos elegir un tema. Puedes partir de un acontecimiento reciente.

✔ Busca información al respecto y céntrate en los detalles.

✔ Al redactar tu crónica, primero ofrece un contexto a tus lectores para luego profundizar en el relato.

✔ Ofrece detalles y valoraciones que enriquezcan tu relato.

✔Concluye tu crónica con una frase final que emocione a tu lector o haga que se identifique aún más con tu relato.

 

Para consolidar todo lo antes mencionado, leamos y analicemos la siguiente crónica periodística:

 

EJEMPLO DE CRÓNICA PERIODÍSTICA:

AZUCENAS DE LUTO
De cómo una muchacha casi se convierte en flor de pura coincidencia
Por: Ingrid Silva


Siempre hay azucenas en los velorios, y en este lugar todos los días hay velorios. La muerte es uno de esos nichos de mercado en el que siempre existirá una enorme demanda. La madre de Azucena lo intuyó sin tener un doctorado, hace más de 25 años, cuando decidió dedicarse con su esposo al negocio de las flores. Su puestito de flores estaba, en los años 80, cerca de la Plaza de Acho y de la casa donde Azucena nació. A su madre siempre le gustaron esas flores, tal vez porque son las que más se vendían y por eso le puso el nombre a la hija.

La madre se mantuvo firme a los pétalos y le enseñó a su hija cómo hacer lágrimas. Azucena las hace de cualquier color y tamaño, depende de lo que los deprimidos clientes le pidan. Las únicas lágrimas que no ha podido dominar son aquellas que suelta como niña cada vez que recuerda a su padre, mirándolo inerte en la Morgue Central de Lima.

Su muerte fue como un mal chiste de velorios. Don Arnaldo dejó las flores por las combis hace seis años, y sí que es irónico para un florista de coronas que justamente sean las coronas de la combi Kia que manejaba las que provocaron que se rompiera la dirección y se estrellara con la pared de una casa. La única azucena en el velorio era ella, sentada junto a su madre, regada por sus propias lágrimas.

Ha pasado un buen tiempo ya de eso, lo suficiente para dejar de llorar todo el tiempo. A los 21 años, después de muchas coronas y lágrimas, los dolores son más lejanos. Sus manos son fuertes, casi pétreas. "De tanto cortarme con las espinas o las hojas... a veces me da vergüenza dar la mano. Me gustaría tenerlas más femeninas". En realidad ella es muy firme. Mide como un cirio de los que prende antes que los familiares de los muertos entren al velatorio. Y es que a fuerza de ser conocida en el velatorio de CAFAE, cerca del Estadio Nacional, entró hace un par de años a trabajar ahí.

Sus ojos no brillan mucho en el trabajo, es como si la mirada tenue y respetuosa, casi melancólica, fuera parte del uniforme azul marino que utiliza. Es muy bonita cuando se arregla. Eso dice Andrés, su enamorado. Se conocieron en un velorio que ambos preparaban, y cuando lo cuentan juntos no saben si reír o preocuparse. Ella lo ve sólo en el trabajo, porque su madre no sabe y es mejor así porque le diría a alguno de sus tres hermanos mayores que la vigilen.

Hace mucho que nadie la vigila. Es una chica muy independiente que se levanta a las cuatro de la mañana para ir con su madre al mercado mayorista de flores, después de prepararles el desayuno a los dos hermanos que aún viven en su casa. El otro se casó y regresó al pueblo de su padre, Aczo, cerca de Huaraz, en Ancash. Azucena quiere estudiar algo que la ayude a administrar el negocio. Ha pensado muchas veces en eso mientras barre los salones del velatorio.

Parece ser un trabajo fácil, pero a veces los familiares de los finaditos se molestan con ella porque aún no se han ido los clientes anteriores o el salón aún tiene alguna de las coronas que ya no entraban en el carro funerario. Además, la tristeza se puede convertir en un hábito, decía su padre cuando vendían afuera del cementerio El Ángel, y ella lo repite siempre.

Su vida llena de flores parece haberle otorgado una gran suavidad en sus movimientos. Por momentos, cuando las ordena y les habla, parece ser parte de una corona. Entonces, una entiende la imagen de la flor de loto que crece en el pantano. Aun cuando se molesta porque hay algo en desorden, Andrés la escucha como si viera, entre las muecas de disgusto, algo de naturaleza viva.

Azucena habla poco, se mueve lo necesario y pocas veces aparta la mirada del suelo. Sonríe cuando habla de su madre y cuando ve pasar a Andrés. Son las personas más importantes en su vida. No lo dijo, claro, pero basta mirar cómo mira las flores en el fondo del velatorio cuando habla de ellos. Y sabemos que cuando hablamos de quienes queremos, los buscamos con la mirada.

Nunca mira a los muertos que llegan, ella adorna el salón, prende los cirios, y camina despacio con la mirada uniformada, pensando en estudiar algo para enorgullecer a su padre y a su madre. Sale del velatorio casi de noche y espera a Andrés, caminan tomados de la mano y Azucena deja de ser nombre de flor para velorios.

 

Bien, luego de leer esta crónica periodística, analicemos:

El tipo de crónica que hemos leído es social, ya que se centra en la narración de una historia con carácter humano (la historia de Azucena, la vendedora de flores para velorio).

Podemos notar que la crónica mezcla narración con datos que nos permiten tener contexto. Además, se centra en la persona, su modo de vida, pero también la cronista pone mucha atención en los detalles del trabajo que ejerce Azucena. La periodista incide en el carácter insólito del trabajo relativo a la muerte. La muerte, que es dolorosa y que nadie la desea, es para Azucena, paradójicamente el sustento de ella y su familia.

La crónica despliega diversos recursos estilísticos que logran captar la atención del lector. Cuando la cronista utiliza estos recursos como descripciones o metáforas, lo hace con el fin de que podamos observar detalles de la vida de Azucena, es decir, no solo relata su historia, sino que la humaniza con el lenguaje.

 

Como vemos, una crónica periodística es un texto que nos relata historias de hechos o personas que van más allá del simple describir. Existen diversos tipos de crónicas, pero todas comparten lo narrativo como un rasgo esencial. En suma, la crónica periodística nos permite ampliar nuestra visión de un acontecimiento, hecho histórico o conocer las historias de personas interesantes dentro de nuestra sociedad.

 

INFOGRAFÍA SOBRE EL TEMA:


Paolo Astorga

Profesor de Lengua y Literatura

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