Violetas de sangre
bajo la tierra
Violetas de sangre bajo la
tierra
Óscar Malvicio
(Editorial Poesía eres tú,
2011)
“El poeta sabe que su canto es denuncia, pero también es
testigo de la inercia de la época, de la indiferencia a la que se enfrenta contra
la angustia por querer construir un asidero, una convicción para la vida
moderna que nos colma de sueños con precio y fecha de caducidad.”
Escrito por: Paolo Astorga
Violetas
de sangre bajo la tierra
(Editorial Poesía eres tú, 2011) del poeta español Óscar Malvicio (Gerona, 1975) es un libro desenfadado y
desencantado donde el lirismo se centra en lo cotidiano como espacio reflexivo
y a la vez como símbolo de las tensiones humanas. El poeta reconoce su finitud,
su insignificancia en la medida en que reconoce una realidad absurda y obtusa
que aliena y desmorona. El mundo es superficial, insustancial, allí donde la
insatisfacción aflora, la inacción evita todo sueño de emancipación. El poeta
sabe que su canto es denuncia, pero también es testigo de la inercia de la
época, de la indiferencia a la que se enfrenta contra la angustia por querer
construir un asidero, una convicción para la vida moderna que nos colma de
sueños con precio y fecha de caducidad. Es este el discurso de Óscar, el
mostrarnos desde sus versos la disolución de los anhelos y propósitos por el
fetiche del confort:
Sueño
Sueño
con una manada de lobos
que
devoran pedazos
de
mi cuerpo envenenado
y
luego mueren retorciéndose
como
tripas entre aullidos mudos.
Sueño
con gusanos
que
vomitan pedazos de mi cuerpo
impregnados
de tinta indeleble,
o
imborrable, como se diga,
gusanos
azules empachados
que
aun así
se
retuercen en su dolor
intentando
encontrarme,
intentando
encontrar a mi pobre alma
en
la oscuridad fracasada
de
este universo portátil.
Sueño
con ídolos de barro muertos
que
piden a gritos mi letal estallido,
aún
es pronto, les digo,
mientras,
sueño
con helados de fresa
con
tacones de aguja negros
y
sueño con Venecias
y
Cristianías renacentistas.
Sueño
con el último eclipse
y
con mi triunfo arrasador
sobre
la perversa comedia de los hombres.
Sueño
con una noche azulada
en
la que mi dolor se evapora
mientras
sueño,
y
sale de mí
como
una niebla ascendente
hacia
el cielo
y
se disipa poco a poco,
y
al
final
desaparece
y
duermo por fin
a
pierna
suelta.
La
necesidad de expresar, de decir, son constantes en este libro. Con ironía y un
cierto humor el poeta desnuda la hipocresía de los mitos y acusa esa modernidad
que ha llegado al límite de lo irracional, de lo automático, de la necesidad de
convivir con el hábito que ha cambiado el deseo de ser libre, de permitir la
duda emancipadora, por el deber de ser uno más de la masa:
Principio y fin
Igual
que el rayo de luz incide
en
el vientre de la certeza
cual
sable vengador
y
arremete en lo más inhóspito
de
sus entrañas,
revolviéndolas,
tratando
de extirpar algo de corazón,
busco
yo el inicio menguante de esa luz,
el
principio desnudo vital,
la
chispa que parió al rayo,
el
porqué del error,
o
del acierto,
el
porqué del origen del principio
y
el origen del porqué
del
final.
Devoro
mi propia existencia
con
un cuchillo romo de carne
y
un tenedor borracho
y
la digestión eterna y enfermiza
que
me ofrece la muerte
con
su nudo en mi garganta.
He
creado 4 estómagos
y
ni siquiera ellos alcanzan a digerir
todas
las incógnitas
que
mi cerebro crea.
Y
encima,
tengo que ir a trabajar,
tengo que ir a trabajar,
tengo
que ir al banco,
regar
las plantas,
cocinar,
beber, follar
y
dar señales de vida
a
todos los que me rodean,
no
sé cómo coño he tenido tiempo
de
escribir este poema.
Como
vemos este libro nos muestra con un estilo confesional situaciones que aunque
parezcan intrascendentes son reflexiones válidas sobre un mundo que se
desmorona en sus instantes, en el éxtasis de lo presente. El poemario entero es
un certero disparo contra el hombre que ha encontrado la felicidad en la
inmovilidad, en la seguridad de sentirse pleno coleccionando objetos,
coleccionando emblemas aparentes que, al fin y al cabo, solo han acrecentado su
secreta náusea, su melancolía y el aplastamiento:
Dirección
Arrancaré hoy
lo que pueda
de las tripas
polvorientas de la noche,
de esta noche
de negro vinilo,
hasta que ya no
pueda más,
hasta que la conciencia
me diga de
nuevo
qué debo hacer,
o qué es lo que
no debo,
o ¡qué he
hecho!
¿o no?.
Creo que sí...
¿conciencia o
consciencia?...
no lo sé
ya.
En
definitiva, Violetas de sangre bajo la tierra, es un poemario sarcástico
donde cada verso desnuda las imposturas ególatras que hay detrás de la
hipocresía. Su sencillez y versatilidad radican en el manejo de las imágenes
cotidianas y el discurso denunciante contra todo ánimo de pensamiento
determinista y unívoco. Este es un canto a lo subjetivo, al deseo de saber que
existe el individuo más allá de los ceros y unos, de la rutina de los días, del
dolor de la misma existencia.
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