Como una hoja drogada por el viento
Como una hoja drogada por el viento
Michael
Alberto Jiménez Melchor
Ángeles del
papel, 2014
Como una hoja
drogada por el viento (Ángeles del Papel Editores,
2014) del poeta peruano Michael Alberto Jiménez
Melchor (Lima, 1981), nos presenta como tema central al amor como una
vitalidad contemplativa. El símbolo amoroso en el poemario es muy parecido a un
susurro o caricia. Poemas breves y sentenciosos buscan un efecto de toque breve
pero intenso. Sin embargo, la fuerza de este brevísimo libro está en la
utilización de sus simbologías. El volar es una de ellas. Volar es una especie
de liberación, es un desprendimiento del peso angustiante de nuestra soledad,
de nuestra propia vida. La creación es volar, volar es un medio para ir hacia donde se desea. Es la
posibilidad de tocar lo deseado.
Veamos:
he
visto unos dibujos y empecé a volar
envidié los trazos que bailaron sobre el papel
quise ser un trazo de aquella hoja
dejarme llevar por el momento
reír con la tinta
envidié los trazos que bailaron sobre el papel
quise ser un trazo de aquella hoja
dejarme llevar por el momento
reír con la tinta
Como observamos el
poeta busca un desdoblamiento, un nuevo poder. El deseo es la libertad y la
palabra misma que crea esa libertad. Los poemas de Michael son simples como el
viento. Simples como un suspiro que nos deja en el corazón el sabor profundo de
lo breve.
Otro de los
símbolos que puebla este poemario es el de los gatos. Los gatos son lo
enigmático, una metáfora que combina lo cotidiano con lo sensual en una mística
del movimiento silencioso. El gato es el amante, pero a la vez, el silencioso
misterio del placer. La búsqueda en el sigilo es la sorpresa de la unión.
hoy
quiero trepar por la luna
llegar hasta tu casa
arrastrarte de la sombra
morder tu aliento
lamer tus suspiros
casarme con tu instante
llenarte el corazón de gatos.
llegar hasta tu casa
arrastrarte de la sombra
morder tu aliento
lamer tus suspiros
casarme con tu instante
llenarte el corazón de gatos.
Como vemos el poeta
intenta emprender un viaje hacia la comunión breve pero intensa. El amor lleva
siempre el signo de “completitud” en tanto intenta escapar de su soledad, de su
angustia ante lo no poseído. Esto que nos presenta es tan antiguo como el mito
de la media naranja. Observemos:
me
treparé a la cola de un cometa
cabalgaré así hasta tu universo
dibujaré figuras estelares en el espacio
hasta convertirte en constelación.
cabalgaré así hasta tu universo
dibujaré figuras estelares en el espacio
hasta convertirte en constelación.
Como podemos ver,
el poeta siempre intenta un acercamiento para lograr una trasformación. La trasformación
de lo amado es interacción. La interacción crea una única identidad: La unión y
de allí, la satisfacción del deseo que lo mueve. Y es el movimiento un escape
contra la ausencia, el movimiento emotivo hacia lo sensible se fundamentan en
ese volar. Pero además, el poeta busca, recuerda, actúa, vive. La libertad es
siempre azar, pero a la vez, una necesidad de encuentro. Este libro está
construido bajo este influjo: el encuentro. Pero no un encuentro que se agota
en lo corporal, sino es un encuentro cercano a una especie de comunión
redentora.
me
abrazo a las esquinas
repiten tu nombre los postes de luz
un perro me saluda desde algún techo
nuestro paradero está desaparecido
una banca de parque desdibuja tu sombra
ahora me llamas ausencia
repiten tu nombre los postes de luz
un perro me saluda desde algún techo
nuestro paradero está desaparecido
una banca de parque desdibuja tu sombra
ahora me llamas ausencia
La ausencia se vuelve
repetitiva en las últimas partes del libro. La ausencia siempre es un estado
desolado, vacío donde comunicar la frustración del placer perdido. Nuevamente
un deseo de completitud nuevamente, ante la soledad, el dolor de la pérdida, el
olvido.
desapareció
como quién no quiere respirar otra vez
como quién no quiere respirar otra vez
Se fue
lejos
como una hoja de árbol
drogada por el viento
como una hoja de árbol
drogada por el viento
Sin duda, Como una
hoja drogada por el viento, es el testimonio vital de un ser que vive el amor
como un ciclo, como un eterno retorno.
La sencillez es el mejor estilo de Michael, lograr la condensación en la
diáfana profundidad de sus versos que surcan el espacio como hojas drogadas en
busca del cuerpo amado, de la unión absoluta.
Paolo Astorga
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