El primer destilador
León Tolstói
En
cierta ocasión un mísero mujik salió al campo a trabajar sin haber comido
nada. Sus provisiones se reducían a un pedazo de pan que, antes de iniciar su
faena, lo dejó bajo las ramas de una zarza, cubriéndolo con un caftán.
Llevaba
ya mucho tiempo labrando, el caballo empezó a dar muestras de cansancio; hasta
que su amo le desunció para que pastara libremente, mientras él iba en busca
de su pan. Acercóse a la zarza, levantó el capote y no halló el pan. Muy
sorprendido, buscó y rebuscó entre la zarza y el caftán, pero sin
ningún resultado. El pan no aparecía.
El
campesino estaba intrigado por tan extraña desaparición.
-¡Qué
cosa más rara! -pensaba-. Nadie ha venido por aquí, pero el caso es que se han
llevado el pan.
El
autor del hurto no había sido otro que un travieso diablillo que quería probar
al mujik, ver si la falta de pan le inducía a maldecir. Y allí estaba el
diablillo, sentado detrás de la zarza, observando las reacciones del
campesino, el cual sin sentirse contento, ni muchísimo menos, empezó a
murmurar:
-¡Bah!
Porque me falte el pan no me voy a morir de hambre. Posiblemente el que me lo
ha quitado lo necesitaba más que yo. Que le haga buen provecho.
Diciendo
esto se dirigió al pozo, bebió agua, descansó unos instantes, tornó a uncir el
caballo y reanudó su trabajo.
El
diablillo se mostraba muy enfurecido por no haber logrado hacer pecar al
mujik, por lo que fue a pedir consejo a su jefe superior. Explicó cómo había
hurtado el pan del mujik y cómo éste, en vez de irritarse, había dicho: «¡Buen
provecho le haga!»
El
diablo en jefe se encolerizó y dijo:
-Si
ese mujik te ha vencido en esta cuestión, es porque no has cumplido con tu
deber y no has sabido cómo conducirte. Ten en cuenta que no podemos dejar a
los mujiks y a sus mujeres que nos desafíen de esta manera, pues llevaríamos
una vida de perros... La cosa no puede quedar así; vuelve pues, a casa de ese
campesino y gánate el pan que has robado, si quieres comértelo. En un plazo que
no puede alargarse más de tres años, has de vencer a ese mujik, de lo
contrario, te meteré en agua bendita.
El
diablillo sintió un escalofrío de espanto.
Regresó
corriendo al campo, y durante mucho tiempo reflexionó sobre cómo podía reparar
su falta. A fuerza de pensar dio al fin con lo que necesitaba.
Adquirió
la forma de un hombre y entró al servicio del mujik. Previniendo que el verano
sería muy seco, convenció a su amo de que sembrase trigo en las tierras
pantanosas. El mujik hizo caso a las observaciones de su criado y sembró trigo
en esas tierras.
El
sol excesivo quemó las mieses de los demás mujiks, mientras que las de nuestro
campesino crecieron altas y hermosas. Recogió una cosecha abundante que había
de durarle hasta el año próximo, y aún sobrarle.
En
el verano siguiente, el diablillo persuadió al mujik para que sembrara en las
tierras altas, y dio la circunstancia de que aquel año fue lluvioso.
Una
gran humedad pudrió el trigo de los demás campesinos y las espigas no
maduraron, pero el nuestro otra vez recogió una excelente cosecha. Tan abundante
y grueso era el grano, que rebosantes los graneros, no sabía qué hacer con el
que le sobraba.
Entonces
el criado enseñó al mujik a fabricar vodka, y el campesino se aficionó a esta
bebida de tal modo, que ya no sólo bebía él, sino que hacía beber a los demás.
Después
de esto el diablejo marchó en busca de su jefe superior, alabándose de haber
ganado el pedazo de pan; pero el jefe supremo de todos los diablos quiso convencerse
de ello, acudiendo al lugar de los hechos.
Se
presentó en casa del mujik y vio que éste había invitado a los notables de la
aldea y, en aquel momento, los obsequiaba con vodka. La dueña de la casa en
persona servía de beber, y sucedió que una de las veces, pasó junto a la mesa,
tropezó y derribó un vaso.
El
mujik, muy enfurecido, riñó a su esposa.
-¡Tonta
de todos los demonios! -gritó. ¿Es acaso esto agua de fregar para que la
derrames de esa forma?
El
diablejo dio con el codo a su jefe supremo.
-Date
cuenta -le dijo-; ahora no pasa como cuando el pan.
Tras
de reñir a su esposa, el campesino quiso servir por sí mismo el vodka y todos
bebieron muy regocijados. En esto entró un mujik, al que no se esperaba, y
después de saludar se sentó. Viendo a los demás beber vodka, sintió deseos de
probarlo y reconfortarse, pero nadie le ofrecía, por lo que el pobre mujik
hubo de resignarse a tragar saliva.
El
dueño de la casa murmuraba por lo bajo:
-He
fabricado bastante vodka para ofrecérselo a todo el que se presente
Esto
fue muy del agrado del diablo en jefe, e hizo enorgullecerse al diablillo, que
exclamó:
-¡Aguarda,
que lo mejor viene ahora!
Los
ricos mujiks y el dueño de la casa siguieron bebiendo vodka, y cuan-
do
el licor comenzó a producir sus efectos, empezaron a dirigirse elogios mutuos,
y sus palabras eran melosas y cargadas de afecto.
El
diablo en jefe oía y felicitaba a su subordinado.
-Con
ese brebaje -decía- se hacen hipócritas y se engañan los unos a los otros, con
lo cual les tendremos a todos en nuestro poder.
-Espera
un poco más y verás lo que va a suceder -repuso el diablillo-. Esperemos a que
deban solamente un vaso más. En este momento se parecen a los zorros, que al
verse juntos, mueven la cola y tratan de engañarse mutuamente, pero pronto los
verás furiosos como si fueran lobos.
Los
mujiks bebieron otro vaso, y pronto comenzaron a gritar y a hablar de un modo
grosero. Las palabras melosa fueron substituidas por las injurias, se apoderó
de todos un furor extraordinario, y terminaron golpeándose y estropeándose las
narices. El propio dueño de la casa, que quiso intervenir en la pelea,
tampoco salió bien librado.
El
espectáculo divertía grandemente al diablo en jefe.
-Esto
va bien -repetía, frotándose las manos.
Y
el diablillo agregaba:
-Espera
un poquito más. Deja que beban otro vaso y verás entonces. Ahora están como
lobos rabiosos; pero pronto se pondrán como cerdos.
Efectivamente,
los mujiks bebieron el tercer vaso y quedaron como aturdidos. Murmuraban,
gritaban, gruñían sin saber ellos mismos lo que querían y sin prestarse
atención los unos a los otros. Cada cual se fue por su lado: unos solos, otros
en grupos de tres o parejas de dos, pero todos cayeron en tierra antes de
llegar a sus isbas respectivas.
El
dueño de la casa, que salió para despedir
a sus invitados, cayóse en un charco, se puso perdido de lodo y
fango y allí quedó roncando como un cerdo. Todo esto colmó de satisfacción
al diablo en jefe.
-¿Sabes
-dijo al diablillo- que has inventado
una famosa bebida? Bien has ganado el pedazo de pan. Ahora mismo me vas
a explicar cómo has fabricado esa bebida. Juraría que has puesto en composición
estos ingredientes:
primero sangre de zorro con lo cual los mujiks se tornaban falsos e hipócritas;
luego sangre de lobo, que los volvía malos y feroces, y por último, sangre de
puerco, que los ha transformado en los más asquerosos cerdos.
-No
-respondió el diablejo-; no es así como he fabricado el vodka. Me he limitado
a conseguir que ese mujik tuviera trigo de sobra. Era en él, en su espíritu,
donde se hallaba la sangre de todos esos animales, pero esa sangre no podía obrar mientras el
trigo diera sólo para mal comer. Entonces era cuando no se lamentaba por haber
perdido su último pedazo de pan. En cambio, cuando se vio dueño de mucho trigo,
hasta rebosar los graneros, se puso a pensar en el modo mejor de utilizarlo, y
aproveché la ocasión para enseñarle a beber vodka. Al destilar para su regalo
el don divino, convirtiéndole en vodka, se manifestaron la sangre de zorro, de
lobo y de cerdo. Ahora no le queda otra cosa sino continuar bebiéndola para
convertirse en semejante de esos animales.
El
jefe supremo de los diablos felicitó calurosamente a su subordinado, le entregó
el pedazo de pan prometido y le ascendió al grado inmediato.
ACTIVIDADES
DE COMPRENSIÓN LECTORA
1. Haz un resumen sobre lo leído, dividiendo el cuento en incio, nudo y desenlace.
2. ¿Cuál es el problema que
aborda el cuento? ¿Por qué lo crees así? Justifica tu respuesta.
3. ¿Cuál es la finalidad
del diablillo?
4. ¿Quién es el mujik?
5. Qué infieres de este
fragmento: “Juraría que has puesto en composición estos ingredientes: primero
sangre de zorro con lo cual los mujiks se tornaban falsos e hipócritas; luego
sangre de lobo, que los volvía malos y feroces, y por último, sangre de
puerco, que los ha transformado en los más asquerosos cerdos”. Explica tu respuesta.
6. ¿Cómo se presenta la
idea de inteligencia en este cuento? Explica.
7. ¿Qué opinas de este
cuento? Fundamenta tu respuesta.
ACTIVIDAD
CREATIVA
1. Crea un cuento en
donde exista un elemento sobrenatural (en el cuento que leíste es la aparición
de un diablillo). No olvides ser original y creativo.