PRÁCTICA
DE COMPRENSIÓN LECTORA: LEEMOS UN TEXTO ARGUMENTATIVO SOBRE EL AMOR
LECTURA:
El
amor no es un deber
Dicho esto, el problema que se
plantea aquí reside en que el amor, que a veces es una virtud, no puede ser un
deber. ¿Por qué? Porque, como explica el filósofo Immanuel Kant, muy cercano
esta vez de la experiencia más común, «el amor es cosa del sentimiento, no de
la voluntad». Pero un sentimiento no se puede decidir... Kant también afirma:
«Yo no puedo amar porque quiera, pero todavía menos porque deba; de ahí que un
deber de amar sea un absurdo». Imagínese, por poner un ejemplo
trivial, que le da espinacas a alguno de sus hijos, un niño o una niña de siete
u ocho años. El niño le dirá: «¡No me gustan las espinacas!». Comprender que no
existe el deber de amar, comprender que el amor no se ordena, es comprender que
no tiene ningún sentido decirle: «¡Te ordeno que te gusten las espinacas!» «¡Es
tu deber!». Pueden decir estas dos frases, pero no pensarlas de verdad: son
básicamente absurdas, porque que a uno le gusten o no las espinacas no es una
cuestión de voluntad; es un sentimiento, un gusto en este caso, y un
sentimiento o un gusto no se pueden obligar. Como mucho podrá decirle a su
hijo: «¡Te ordeno que te comas las espinacas!». No digo que haya que hacerlo,
pues eso lo tiene que decidir cada uno por su cuenta, pero en todo caso esa
frase no es intrínsecamente absurda: comer o no comer espinacas es un acto; y
un acto se puede ordenar. Pero que te gusten o no te gusten las espinacas no es
un acto, es un sentimiento, un gusto, que no puede obedecer orden alguna. Segundo ejemplo, más grave.
Comprender que no existe el deber de amar es comprender que el día que su
cónyuge — puede ocurrir perfectamente— le diga «Ya no te amo», no tendrá ningún
sentido decirle: «Debes amarme, ¡es tu deber!». Porque
su cónyuge puede que le diga: «Mira, relee a Kant: "Ningún ser humano es
capaz de amar a alguien siguiendo simplemente una orden"; yo no puedo amar
porque así lo quiera, y menos aún porque deba; así que un deber
de amar es algo absurdo...». El amor
es una virtud, no un deber. Esta doble constatación conduce a una observación y
a un problema. La
observación es que si el amor es una virtud sin ser un deber, esto confirma,
incluso para Kant, que tanto virtud como deber son dos cosas
diferentes, incluso independientes la una de la otra. Digamos que el deber está
del lado de la obligación, del mandamiento, del «imperativo», como dice Kant (o
sea, para el individuo, del lado de la restricción o de la obediencia),
mientras que la virtud se sitúa más bien del lado de la potencia, de la
excelencia, de la afirmación. Para decirlo de forma exagerada: el deber es una
coacción; la virtud, una libertad. No hay que deducir apresuradamente de esta
afirmación que el deber es algo superado. Solo lo está cuando la virtud
triunfa. Por tanto, es necesario mientras falta la virtud (es decir, casi
siempre, en la mayoría de los casos).
André
Comte-Sponville
Responde
correctamente las preguntas: 1.¿Cuál es la diferencia
sustancial entre virtud y deber? A.Que la virtud nace de
la voluntad y el deber es una obligación. B.Que la virtud es un
don con el que se nace y que el deber es una ley. C.Que la virtud busca la
perfección y el deber solo la tristeza. D.No existe una
diferencia sustancial. 2.Se infiere de la
frase: «el amor es cosa del sentimiento, no de la voluntad» que: A.El amor es imprevisto
y no se puede obligar. B.El amor es tan
importante como la voluntad. C.El amor surge de una
necesidad vital. D.El amor no puede
convertirse en libertad. 3.¿Por qué el amor como
deber es absurdo? A.Porque el amor es simplemente
imposible. B.Porque hay un acto
implícito de orden. C.Porque el amor parte
del gusto. D.Porque no se puede
pensar el amor sin los sentimientos del otro. 4.¿Qué diferencia hay
entre un acto y un gusto? A.Que el acto es hacer y
el gusto es gustar. B.Que no se puede hacer
sin gustar. C.Que el acto se puede
ordenar y el gusto nace del sujeto. D.Que un acto es una
acción importante que puede ser gusto pero que se queda en la acción. 5.Si la virtud es
libertad entonces es cierto que: A.El amor podría ser un
deber si se trata de un familiar. B.Amar debe ser una
elección libre. C.El amor es necesario
en algunas ocasiones. D.Podemos amar, pero no
podemos ser obligados a dejar de amar. 6.La palabra coacción
en el texto tiene como significado contextual: A.Sabiduría. B.Deseo. C.Importancia. D.Obligación. 7.Inferimos en el texto
de manera global que: A.El amor es un
sentimiento que debemos ejercer. B.El amor puede
obligarse si se trata de comida. C.La virtud supera al
deber. D.El amor es válido solo
cuando está relacionado con el deber. 8.¿Cuál de las cuatro
alternativas es más próxima a la idea de amor como virtud? A.Libertad. B.Paz. C.Pasión. D.Deber. 9.Es falso, según el
texto, que: A.El amor está cercano a
la virtud. B.El deber está relacionado
con el actuar. C.El gusto está
relacionado con el sentimiento. D.Kant plantea que se
puede obligar a amar. 10. Luis,
dice que su enamorada Manuela tiene el deber de amarlo porque él hace de todo
para que ella se sienta feliz, según el texto, ¿Luis actúa de forma absurda o
lógica? Fundamenta tu respuesta
SOLUCIONARIO 1A 2A 3C 4C 5B 6D 7C 8A 9D 10.-ABSURDA, porque el
texto dice que, si el amor es obligado, es decir un deber, este pierde su
naturaleza y se convierte en un absurdo. 11.-Se debe argumentar
si se está a favor o en contra de lo planteado por el autor sobre el amor.
MIRA ESTE VIDEO PARA APRENDER MÁS SOBRE EL TEXTO ARGUMENTATIVO:
Leemos
un texto argumentativo sobre EL PENSAMIENTO CRÍTICO
LECTURA:
¿Dónde está el pensamiento crítico?
Escrito por
Emilio Garví
La facilidad con la que actualmente se difunden los
mensajes de todo tipo y la docilidad con la que se asumen por la inmensa
mayoría de la población sin una mínima reflexión, nos llevan a hacer algunas
consideraciones sobre el pensamiento crítico entendido como la facultad de una
persona para pensar con claridad y raciocinio e implicarse en un pensamiento
independiente, en lugar de actuar como un mero receptor de información. Hace ya más de seis siglos Francis Bacon hizo una
magnífica definición del pensamiento crítico, al considerarlo como “la
paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición
para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de
impostura”. Las personas que hacen uso del pensamiento crítico se cuestionan
las ideas en lugar de asumirlas y aceptarlas tal y como les llegan; también
buscan determinar si sus ideas, argumentos y hallazgos representan el panorama
general; y están abiertos a encontrar información que los contradiga. Desgraciadamente no es esto lo que predomina en el
panorama actual, plagado de fake news y en el que se practica la impostura a
diestro y siniestro. Así, si nos asomamos a la política, veremos lo fácil que
tienen los dirigentes el colocar sus mensajes y conseguir que sus destinatarios
los asuman con un seguidismo pastueño. Hoy, más que nunca, en la totalidad de
los partidos está instalado el cesarismo e ignorada la opinión de la base
social que los sustenta. ¿Dónde está el pensamiento crítico de la inmensa
mayoría de los afiliados, simpatizantes y votantes? ¿Es que todo lo que dicen y
hacen los líderes a los que votan está bien? Esta circunstancia es perfectamente extrapolable a
cualquier otro ámbito de la vida cotidiana. Si nos fijamos en los elevados
índices de audiencia de determinados programas televisivos, comprobaremos con
qué facilidad se embauca a una considerable parte de la población, que opta por
consumir lo más vulgar de la realidad. Los que controlan las grandes cadenas de
televisión no buscan aquello que pueda contribuir a generar una sociedad más
justa, más sana, más humana y más cimentada en valores; no lo consideran
rentable. Por el contrario, los protagonistas de esa televisión basura suelen
ser aquellos que exhiben como mérito acostarse con un famoso, separarse con
polémica de su pareja, desnudarse en tal o cual revista o contar sus
intimidades personales; y todo ello fomentando la agresividad y las peores
formas en el lenguaje con el claro objetivo de encontrar el mayor número de
televidentes. Algunos expertos consideran que se puede adquirir
el pensamiento crítico, sobre todo si esa formación comienza en la etapa
escolar. En la edad adulta se vuelve más complicado, pero hay algunas actitudes
que pueden ayudar: analizar la información en pequeñas dosis —la importancia de
los detalles y la búsqueda de los matices—, practicar la curiosidad y el
escepticismo —hacerse preguntas y contrastar a través de otras fuentes— y
cuestionar todo lo que nos dicen —sobre todo, si va en línea a nuestras propias
creencias—. También se ha señalado que la lectura constituye
una importante herramienta de formación del pensamiento crítico; pero seamos
realistas, como atinadamente dejó escrito Manuel Azaña: “en nuestro país, la
mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro”.
RESPONDE: 1. El texto critica, principalmente: a) La manera irreflexiva y poco cuestionadora con
la que abordamos la información que consumimos. b) La falta de pensamiento crítico de algunas
personas. c) La influencia de la televisión en los
espectadores que no pueden ver otra cosa que no sea el espectáculo o la vida de
los demás. d) La necesidad de encontrar el pensamiento crítico
en los lugares adecuados. 2. El sentido del término docilidad en el texto es: a) Compromiso. b) Reflexión. c) Diligencia. d) Pasividad. 3. Se entiende que el pensamiento crítico: a) Es un tipo de pensar pasivo, memorístico y
actual. b) Es un tipo de pensar activo, reflexivo e
independiente. c) Es una manera de contrarrestar el pensamiento de
la mayoría. d) Es una manera de asumir los mensajes que nos
llegan. 4. El autor cita a Francis Bacon básicamente para: a) Dar una crítica a la sociedad actual. b) Dar una definición sobre pensamiento crítico. c) Expresar su descontento con algunas personas que
no piensan críticamente. d) Dar una explicación coherente sobre el panorama
general del mundo actual. 5. ¿Qué significa que el que hace uso del pensamiento
crítico cuestiona las ideas en lugar de asumirlas? Explica tu respuesta.
6. El texto nos habla de “la impostura” como una
práctica que se da constantemente. ¿Cuál es su significado contextual? a) La crítica. b) La violencia. c) El engaño. d) La falta de postura. 7. Podemos inferir, según el texto, que donde menos
abunda el pensamiento crítico es: a) En la escuela. b) En la universidad. c) En la familia. d) En la política. 8. En última instancia, la televisión, según el
texto, busca de su audiencia: a) Que consuman. b) Que piensen. c) Que se diviertan. d) Que haya polémica. 9. Los expertos indican que la mejor etapa para
desarrollar pensamiento crítico es: a) Ya de adultos. b) En el momento en que más engañados estamos. c) En la escuela. d) En la adolescencia. 10. ¿Por qué la lectura es una de las herramientas
importantes en la formación del pensamiento crítico?
11. Qué infieres de la frase de Manuel Azaña: “en
nuestro país, la mejor manera de guardar un secreto es escribir un libro”.
Explica tu respuesta.
12. El texto critica a la sociedad que no cuestiona
la información que consume, es decir, no desarrolla pensamiento crítico. Según
tú, ¿cuál es el motivo de que pocas personas desarrollen pensamiento crítico?
Explica tu respuesta.
13. Digamos que estás ante esta situación: Ves una
noticia que dice que el 25 de abril las personas que son del signo Sagitario
tendrán mucha suerte y se les cumplirá el deseo que tanto han anhelado, pero
para que esto suceda tienen que darse un baño con ruda y encender una vela
blanca al despertarse. ¿Cómo aplicarías el pensamiento crítico en esta
situación? Justifica tu respuesta.
SOLUCIÓN: 1A 2D 3B 4B 5.-Posible respuesta: Cuestionar las ideas
en lugar de asumirlas significa que la persona no acepta una afirmación o
información de manera automática, sino que la analiza, evalúa y contrasta con
otras fuentes antes de aceptarla como verdadera. Esto implica un proceso de
reflexión y análisis crítico en lugar de una aceptación pasiva de la
información. 6C 7D 8A 9C 10.- Posible respuesta: La lectura es una
herramienta importante en la formación del pensamiento crítico porque a través
de ella se puede acceder a diferentes perspectivas y puntos de vista. Al leer
diferentes autores y textos, se pueden confrontar ideas y argumentos, lo que ayuda
a desarrollar la capacidad de análisis y evaluación crítica. 11.-Posible respuesta: Según el texto, se
puede interpretar esa frase como una manera sarcástica de decir que como casi
nadie lee libros es fácil ocultar un secreto, es decir, conocimiento valioso en
ellos. 12.-Posible respuesta: El motivo por el cual
pocas personas desarrollan pensamiento crítico puede deberse a varios factores,
como la falta de educación y formación en habilidades de pensamiento crítico,
la influencia de los medios de comunicación y la publicidad que a menudo
presentan información sesgada o manipulada, y la falta de motivación o interés
por cuestionar las ideas preconcebidas y las creencias personales. 13.- Posible respuesta: Para aplicar el
pensamiento crítico en esta situación, se podría evaluar la fuente de la
información y determinar si es confiable o no. Luego, se podría investigar si
existe alguna evidencia científica o empírica que respalde la afirmación de la
noticia. Además, se podría analizar si la afirmación se basa en una creencia o
superstición sin fundamentos sólidos. En general, se trata de evaluar la
información de manera crítica y racional antes de aceptarla como verdadera o
actuar en consecuencia.
APRENDE MÁS SOBRE PENSAMIENTO CRÍTICO CON ESTE VIDEO:
Leemos
un texto argumentativo sobre LA NUEVA EDUCACIÓN
LECTURA:
Los nuevos pilares
Leslie Loble
Tres pilares –leer, escribir y contar– forman los
cimientos de todo aprendizaje. Pero, los alumnos de hoy necesitan otras
competencias de base, así como importantes competencias no cognitivas: el
sentimiento de eficacia personal, una mejor comprensión de conceptos y buenas
capacidades de resiliencia, de adaptación y de flexibilidad. Las competencias específicamente humanas serán más
importantes que nunca en este nuevo mundo que se forma ante nuestros ojos: el
pensamiento crítico será una de las primeras competencias que tendrán que
transmitir los sistemas educativos. De momento, estas competencias esenciales pueden
adquirirse en actividades extraescolares donde se aprenden, por ejemplo, lo que
son la cooperación, el establecimiento de objetivos y la planificación.
Desarrollamos la disciplina y el espíritu de equipo haciendo deporte; la
creatividad, haciendo teatro; el pensamiento crítico, organizando debates; y la
empatía, haciendo voluntariado en alguna asociación. El desafío consiste en estructurar este gran
abanico de competencias que los jóvenes deben adquirir. Hay que legitimarlos
en el seno del sistema educativo e integrarlos en los programas escolares y
definir la manera de evaluar los resultados de los alumnos en estos dominios,
no considerados hasta ahora como parte de la educación escolar. Una cosa es innegable: el futuro exigirá, más que
nunca, que los niños establezcan relaciones mutuas y refuercen el sentido de
comunidad, de ciudadanía y de colaboración basado en la empatía, considerada
por algunos como una de las competencias claves para el siglo XXI. Las competencias interpersonales son cada vez más
reconocidas como un elemento crucial para
los sistemas educativos en el mundo. Organizaciones como la UNESCO y la OCDE
elaboran marcos, normas y evaluaciones en este ámbito y, especialmente, el
concepto de «competencias mundiales» destinado a favorecer la cooperación
intercultural. En Australia, una serie de competencias generales, como el
pensamiento crítico y creativo y la comprensión intercultural, se incluyeron en
la agenda de educación nacional en 2009, ejemplo seguido por numerosos estados
del país.
RESPONDE: 1. El texto que acabas de leer es: a) Narrativo. b) Argumentativo. c) Descriptivo. d) Literario. 2. Según el texto las competencias no cognitivas: a) Son de suma importancia hoy en día. b) Deben ser las únicas que se deben enseñar. c) Son ejemplo de los tres pilares de todo
aprendizaje. d) No deben ser considerados en el aprendizaje. 3. El pensamiento crítico, según el texto, se puede
desarrollar: a) Haciendo deportes. b) Practicando el canto y la música. c) Organizando debates. d) Haciendo voluntariado en alguna asociación. 4. ¿Cuál es el desafío de estructurar competencias
esenciales específicamente humanas? a) Exigir que en el futuro se desarrollen ese tipo
de competencias. b) Insertarlos en las evaluaciones escritas dentro
de la escuela. c) Considerar algunas competencias para que se
enseñen en la escuela. d) Estructurarlas, legitimarlas e integrarlas en el
sistema educativo. 5. ¿Qué se infiere por «competencias mundiales»? a) A aquellas que tendrán especial desarrollo en
ciertas regiones. b) A aquellas que están destinadas a crear niños
más competitivos. c) A aquellas que se deberán desarrollar en todos
los sistemas educativos del mundo. d) A una serie de reglas que principalmente
fomentarán más competencia y deseo de destacar. 6. Se infiere que “legitimarlos” tiene el siguiente
significado: a) Hacer que sea aceptado. b) Hacer que exista una manera de explicarlos. c) Realizar las gestiones necesarias para que algo
sea obligatorio. d) Explicar que algo posee un impacto sobre otra
cosa. 7. El término “crucial” en el texto significa: a) Encrucijada. b) Prescindible. c) Compensable. d) Fundamental. 8. El texto plantea que en el futuro se exigirá que
los niños establezcan relaciones mutuas y refuercen el sentido de comunidad, de
ciudadanía y de colaboración basado en la empatía. ¿Estás de acuerdo con esta
afirmación? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
9. ¿Estás de acuerdo con lo planteado en este
texto? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
10. Pedro, tras leer este texto dijo lo siguiente:
“Me parece poco realista lo que plantea la autora ya que hoy la educación no
desarrolla el pensamiento crítico y creativo, ni mucho menos la cooperación. Es
una pérdida de tiempo, pues lo que sí aumenta cada año es la corrupción e
indiferencia”. ¿Estás de acuerdo con lo planteado por Pedro? ¿Por qué?
Justifica tu respuesta.
SOLUCIÓN: 1B 2A 3C 4D 5C 6A 7D 8.-Posible respuesta: El estudiante debe
tomar una postura sobre la pregunta y justificar con argumentos dicha postura.
Un ejemplo de respuesta sería: Estoy de acuerdo con la afirmación del texto de
que en el futuro se exigirá que los niños establezcan relaciones mutuas y
refuercen el sentido de comunidad, de ciudadanía y de colaboración basado en la
empatía. En un mundo cada vez más interconectado, globalizado y diverso, es
importante que las personas tengan habilidades para trabajar en equipo,
cooperar, entender diferentes puntos de vista y culturas, y empatizar con los
demás. 9.-Posible respuesta: El estudiante debe
tomar una postura sobre la pregunta y justificar con argumentos dicha postura.
Una posible respuesta sería: Estoy de acuerdo con lo planteado en este texto.
Creo que las competencias no cognitivas y las competencias interpersonales son
fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes y para prepararlos
para el mundo laboral y ciudadano del siglo XXI. Las habilidades cognitivas
básicas como leer, escribir y contar siguen siendo importantes, pero no son
suficientes para enfrentar los retos actuales. La educación debe evolucionar
para incluir otras habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad, la
resiliencia, la adaptabilidad y la empatía. 10.- Posible respuesta: El estudiante debe
tomar una postura sobre lo que plantea Pedro y justificar con argumentos dicha
postura. Una posible respuesta sería: No estoy de acuerdo con lo planteado por
Pedro. Si bien es cierto que la educación no siempre logra desarrollar todas las
habilidades que los estudiantes necesitan, esto no significa que sea una
pérdida de tiempo. Hay muchos ejemplos de programas y prácticas educativas que
han logrado desarrollar habilidades cognitivas y no cognitivas en los
estudiantes. Además, la corrupción y la indiferencia no son problemas
exclusivos de la educación, sino de toda la sociedad. La educación puede ser
una herramienta para combatir estos problemas al fomentar valores como la
honestidad, la justicia y la responsabilidad ciudadana.
APRENDE SOBRE EL TEXTO ARGUMENTATIVO CON ESTE VIDEO:
Cuento
“El muchacho indefenso” de Bertolt Brecht con preguntas y respuestas de comprensión
lectora
LECTURA:
El muchacho indefenso
Bertolt
Brecht
Un transeúnte preguntó a un muchacho que lloraba
amargamente cuál era la causa de su congoja.
—Había reunido dos monedas para ir al cine —dijo el
interrogado—, pero se me ha acercado un chico y me quitó una —y señaló a un
chiquillo que estaba a cierta distancia.
—¿Y no pediste ayuda? —preguntó el hombre.
—Claro que sí —replicó el muchacho, sollozando con
más fuerza.
—¿Y nadie te oyó? —siguió preguntando el hombre, al
tiempo que lo acariciaba tiernamente.
—No —gimió el niño.
—¿Y no puedes gritar más fuerte? —preguntó el
hombre.
—No —replicó el chico, mirándolo con ojos
esperanzados, pues el hombre sonrió.
—Entonces, dame la que te queda —dijo el hombre, y
quitándole la última moneda de la mano, prosiguió despreocupadamente su camino.
PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA:
1. ¿Qué le pasaba al muchacho que lloraba
amargamente?
2. Infiere: Según el relato qué significa la frase
“el hombre sonrió”. Explica tu respuesta.
3. ¿Qué piensas sobre el final del relato? ¿Por
qué? Justifica tu respuesta.
4. Si pudieras resumir el cuento en una palabra,
¿cuál sería? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
5. Valora: ¿Con qué palabra caracterizarías al niño
llorando y al hombre que le habla? Explica tu respuesta.
6. ¿Qué mensaje crees que nos intenta dar el autor
con este relato? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
7. ¿Qué opinas sobre el relato? ¿Por qué? Justifica
tu respuesta.
POSIBLES RESPUESTAS: 1. El muchacho lloraba amargamente porque alguien
le había robado una de las dos monedas que había reunido para ir al cine. 2. La frase "el hombre sonrió" podría
interpretarse de varias maneras, pero en este contexto, podría entenderse como
una señal de que el hombre no tiene intención de ayudar al niño, sino más bien
de aprovecharse de su situación de vulnerabilidad. 3. El final del relato es irónico y sorprendente,
ya que el hombre que inicialmente parecía mostrar compasión por el niño termina
robándole la última moneda que le quedaba. Esta conclusión abrupta y
desconcertante podría interpretarse como una crítica social sobre la falta de
empatía y la hipocresía en la sociedad. 4. Si tuviera que resumir el cuento en una palabra,
elegiría "vulnerabilidad", ya que el relato muestra la indefensión de
un niño que es robado y no recibe ayuda de nadie. 5. Al niño llorando lo caracterizaría como
"indefenso", ya que no tiene la capacidad de defenderse o protegerse
a sí mismo. Al hombre que le habla lo caracterizaría como "cínico",
ya que parece mostrar compasión por el niño, pero luego aprovecha la situación
para robarle. 6. El mensaje que el autor intenta transmitir con
este relato podría interpretarse como una crítica social a la falta de empatía
y la hipocresía en la sociedad. La historia muestra cómo la vulnerabilidad de
los más débiles es explotada por aquellos que tienen más poder o recursos, en
lugar de ayudarlos y protegerlos. 7. En mi opinión, el relato es una crítica social
perspicaz y conmovedora sobre la vulnerabilidad y la explotación de los más
débiles en la sociedad. La historia es breve pero efectiva, y utiliza la ironía
para señalar las contradicciones y las hipocresías en la conducta humana. En
general, considero que es una obra muy valiosa y significativa.
UN
TEXTO NARRATIVO es
aquel en el que cuenta una historia en la cual se ven inmersos unos personajes
que realizan una serie de acciones que se desarrollan en un tiempo y lugar
determinado. Todo texto
narrativo posee una estructura más o menos fija: ✔️ INICIO: Permite plantear la situación inicial
del texto. ✔️ NUDO: Donde surge el tema principal del texto, el problema. ✔️ DESENLACE: Que es donde se resuelve el conflicto
del nudo. Ahora
bien, ¿cómo analizar un texto narrativo? En este artículo te enseñaré a redactar
un texto narrativo de manera eficiente, analizando los elementos que
constituyen dicho texto y realizando una serie de inferencias al mismo. Para
ejemplificar ello, leamos un cuento que luego analizaremos. Comencemos:
La rana que quería ser
una rana auténtica
Augusto Monterroso
Había
una vez una rana que quería ser una rana auténtica, y todos los días se
esforzaba en ello. Al
principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su
ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor
de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un
baúl. Por
fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de
la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le
quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era
una rana auténtica. Un
día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus
piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas
ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían. Y
así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr
que la consideraran una rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros
se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que
qué buena rana, que parecía pollo.
FIN
Bien, después de leer
atentamente el texto, elaboramos algunas inferencias sobre el cuentoLa rana que quería ser una rana auténtica deAugusto Monterroso. No olvides que
inferir, es decir poder sacar conclusiones a partir de la historia que se nos
narra. Inferir
es llegar a una
conclusión a partir de las relaciones que establecemos con la información. ✔️ Se puede inferir que este es un cuento con mucho sarcasmo,
pues la rana que quiere ser auténtica solo imitar a otros y no es realmente
auténtica. ✔️ Se infiere que el autor no quiere solo mostrar su
sarcasmo, sino hacernos ver que la verdadera autenticidad consiste en
aceptarnos como somos, sin buscar la aprobación de los demás. ✔️ Se infiere, además, que las palabras “auténtica” y
“aprobación” son muy importantes en el cuento ya que dan sentido a la historia,
por ende, estas dos son las palabras clave del texto. ✔️ Podríamos hacernos la pregunta: ¿por qué quería ser
auténtica la rana? Y allí llegaríamos a la conclusión de que la rana no quería
ser auténtica, sino ser aceptada, y más todavía, ser admirada. ✔️ Acerca de la frase final, se infiere que no solo no llegó
a ser auténtica, sino que terminaron confundiéndola con un pollo. Murió por ser
demasiado vanidosa. ✔️ Se infiere, por último, que la rana no quería ser
auténtica, sino ser bella y esto lo notamos en el último párrafo. Por último, usando todas estas inferencias, redactamos
nuestro análisis del cuento. Para ello se sugiere la siguiente estructura: A) TÍTULO: Debe ser interesante y conectar con el tema del cuento. Ejemplo:
La idea de autenticidad en “La rana que quería ser una rana auténtica” de
Augusto Monterroso B) INTRODUCCIÓN: Aquí debes empezar escribiendo un resumen del cuento
leído, puedes usar los marcadores textuales como: El siguiente trabajo trata
sobre… / El cuento (título del cuento) del escritor (nombre completo del
escritor) nos relata la historia de… (2 párrafos)
En primer lugar, resulta muy interesante el cuento, pues
desde el sarcasmo y la ironía, el autor nos muestra la idea que hoy muchos
tienen sobre lo que es ser auténtico: ser aceptados por los demás. Sin embargo,
ser auténtico es en primer lugar aceptarse tal como somos, entendiendo no solo
nuestras imperfecciones, sino también nuestras fortalezas, es decir aquello que
nos hace únicos. Además, yo creo que la rana no solo no era auténtica, sino que fue
demasiado vanidosa. Su obsesión se transformó en falta de autoestima y,
finalmente, en tragedia. Esto es un claro mensaje que deja el autor sobre la
obsesión por querer ser perfectos físicamente hablando, pero sin reflexionar
sobre nuestras propias emociones. Por último, creo que este es un cuento sencillo, pero muy profundo sobre la
relación que existe entre ser auténtico y ser aceptado. Yo pienso que más
importante que ser aceptado es reconocer que todos somos diferentes y únicos.
Si logramos reconocer esto, no solo habremos llegado a ser auténticos, sino
también libres. D) CONCLUSIÓN:Aquí debes hacer un pequeño
resumen de todo lo planteado y reafirmar tu punto de vista. No olvides que
puedes empezar con el marcador: En conclusión, en suma, finalmente. (1 párrafo) En conclusión, el cuento “La rana que quería ser una rana auténtica” de
Augusto Monterroso es hermoso cuento de fácil acceso sobre la importancia de
aceptarnos a nosotros mismos tal como somos. Como
vemos, analizar un texto narrativo exige que el lector vaya más allá de la
literalidad del texto y pueda establecer una serie de relaciones simbólicas,
metafóricas o inferenciales en el texto. Y es que un texto narrativo no debe
interpretarse de manera literal, sino literaria, es decir, estableciendo una
relación entre lo que se cuenta y su el significado connotativo de lo que se
cuenta de esta manera el texto se enriquece con múltiples lecturas y modos de
interpretación.
Cuento
“Nos han dado la tierra” de Juan Rulfo con preguntas y respuestas de
comprensión lectora
Nos han dado la tierra Juan Rulfo
Después
de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla
de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros. Uno
ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría
después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura
rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye
que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese
olor de la gente como si fuera una esperanza. Pero
el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca. Hemos
venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la
tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el
sol y dice: -Son
como las cuatro de la tarde. Ese
alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro.
Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie.
Entonces me digo: “Somos cuatro”. Hace rato, como a eso de las once, éramos
veintitantos, pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada
más que este nudo que somos nosotros. Faustino
dice: -Puede
que llueva. Todos
levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de
nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí”. No
decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de
hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte,
pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la
boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que
acaban con el resuello. Aquí así son las cosas. Por eso a nadie le da por
platicar. Cae
una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una
plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo
más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve. Ahora si
se mira el cielo se ve a la nube aguacera corriéndose muy lejos, a toda prisa.
El viento que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras
azules de los cerros. Y a la gota caída por equivocación se la come la tierra y
la desaparece en su sed. ¿Quién
diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh? Hemos
vuelto a caminar. Nos habíamos detenido para ver llover. No llovió. Ahora
volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que
llevamos andado. Se me ocurre eso. De haber llovido quizá se me ocurrieran
otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi llover nunca
sobre el llano, lo que se llama llover. No,
el llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. A no
ser unos cuantos huizaches trespeleques y una que otra manchita de zacate con
las hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada. Y
por aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y traíamos
terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina. Yo
siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien. Por acá
resulta peligroso andar armado. Lo matan a uno sin avisarle, viéndolo a toda
hora con “la 30” amarrada a las correas. Pero los caballos son otro asunto. De
venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río, y paseado nuestros
estómagos por las calles del pueblo para que se les bajara la comida. Ya lo
hubiéramos hecho de tener todos aquellos caballos que teníamos. Pero también
nos quitaron los caballos junto con la carabina. Vuelvo
hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le
resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas
lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que
sienten la tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra.
Pero nosotros, cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos
del sol, eh? Porque a nosotros nos dieron esta costra de tapetate para que la
sembráramos. Nos
dijeron: -Del
pueblo para acá es de ustedes. Nosotros
preguntamos: -¿El
Llano? –
Sí, el llano. Todo el Llano Grande. Nosotros
paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que queríamos lo que
estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles
llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de
vaca que se llama Llano. Pero
no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con
nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo: -No
se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos. -Es
que el llano, señor delegado… -Son
miles y miles de yuntas. -Pero
no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua. -¿Y
el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En
cuanto allí llueva, se levantará el maíz como si lo estiraran. –
Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado
se entierre en esa como cantera que es la tierra del Llano. Habría que hacer
agujeros con el azadón para sembrar la semilla y ni aun así es positivo que
nazca nada; ni maíz ni nada nacerá. –
Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen
que atacar, no al Gobierno que les da la tierra. –
Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos dicho nada contra el Centro.
Todo es contra el Llano… No se puede contra lo que no se puede. Eso es lo que
hemos dicho… Espérenos usted para explicarle. Mire, vamos a comenzar por donde
íbamos… Pero
él no nos quiso oír. Así
nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos
semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará
de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la
carrera; tratando de salir lo más pronto posible de este blanco terregal
endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina como reculando. Melitón
dice: -Esta
es la tierra que nos han dado. Faustino
dice: -¿Qué? Yo
no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el
calor el que lo hace hablar así. El calor, que le ha traspasado el sombrero y
le ha calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? ¿Cuál tierra nos
han dado, Melitón? Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para
jugar a los remolinos.” Melitón
vuelve a decir: -Servirá
de algo. Servirá aunque sea para correr yeguas. -¿Cuáles
yeguas? -le pregunta Esteban. Yo
no me había fijado bien a bien en Esteban. Ahora que habla, me fijo en él.
Lleva puesto un gabán que le llega al ombligo, y debajo del gabán saca la
cabeza algo así como una gallina. Sí,
es una gallina colorada la que lleva Esteban debajo del gabán. Se le ven los
ojos dormidos y el pico abierto como si bostezara. Yo le pregunto: -Oye,
Teban, ¿de dónde pepenaste esa gallina? -Es
la mía- dice él. -No
la traías antes. ¿Dónde la mercaste, eh? -No
la merqué, es la gallina de mi corral. -Entonces
te la trajiste de bastimento, ¿no? -No,
la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y sin nadie para que le diera de
comer; por eso me la traje. Siempre que salgo lejos cargo con ella. -Allí
escondida se te va a ahogar. Mejor sácala al aire. Él
se la acomoda debajo del brazo y le sopla el aire caliente de su boca. Luego
dice: -Estamos
llegando al derrumbadero. Yo
ya no oigo lo que sigue diciendo Esteban. Nos hemos puesto en fila para bajar
la barranca y él va mero adelante. Se ve que ha agarrado a la gallina por las
patas y la zangolotea a cada rato, para no golpearle la cabeza contra las
piedras. Conforme
bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como si fuera un
atajo de mulas lo que bajara por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo. Nos
gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del Llano, nos
sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe
a tierra. Por
encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de
chachalacas verdes. Eso también es lo que nos gusta. Ahora
los ladridos de los perros se oyen aquí, junto a nosotros, y es que el viento
que viene del pueblo retacha en la barranca y la llena de todos sus ruidos. Esteban
ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras casas. Le
desata las patas para desentumecerla, y luego él y su gallina desaparecen
detrás de unos tepemezquites. -¡Por
aquí arriendo yo! -nos dice Esteban. Nosotros
seguimos adelante, más adentro del pueblo. La
tierra que nos han dado está allá arriba.
PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN LECTORA: 1.
¿Qué significado simbólico tiene la tierra que reciben los hombres en el
cuento? Explica tu respuesta. 2.
¿Crees que en este cuento se da un acto de injusticia? ¿Por qué? Justifica tu
respuesta. 3.
Tomando como referencia lo narrado en el cuento, qué significa esta frase: “No
se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos”. Explica tu
respuesta. 4.
Si pudieras resumir el cuento con una palabra, ¿cuál sería? ¿Por qué? Justifica
tu respuesta. 5.
¿Consideras que el narrador protagonista está resignado ante la situación en la
que se encuentra cuando al final del cuento dice: “La tierra que nos han dado
está allá arriba”? Justifica tu respuesta. 6.
¿Crees que fue justo el reparto de tierras que se le dieron a aquellos hombres?
¿Por qué? Justifica tu respuesta. POSIBLES RESPUESTAS: 1.
La tierra simboliza pobreza, miseria y muerte, ya que, al ser llanura, es
decir, desierto no se podría cultivar nada y eso solo generaría más miseria. 2.
Sí, se puede argumentar que hay un acto de injusticia en el cuento. El hecho de
que los hombres hayan recibido una tierra tan árida y desolada para trabajar es
injusto, ya que les hace difícil sobrevivir y prosperar. Además, se sugiere que
la tierra fue dada a ellos por alguien más poderoso (el gobierno), lo que
implica una desigualdad en la distribución de los recursos. 3.
La frase tiene un tono sarcástico, ya que, aunque efectivamente se les ha dado
una gran extensión de tierra, esta es árida y nada se puede cultivar. 4.
Si tuviera que resumir el cuento con una palabra, sería "desigualdad".
El cuento muestra cómo los hombres pobres son oprimidos y tratados con
desigualdad por aquellos que tienen más poder (el gobierno), y cómo la
distribución desigual de la tierra perpetúa esta opresión. 5.
Sí, el narrador protagonista parece resignado ante la situación en la que se
encuentra al final del cuento. La frase "La tierra que nos han dado está
allá arriba" sugiere una sensación de impotencia y resignación frente a la
realidad de que la tierra que recibieron no es suficiente para vivir y
prosperar. Es una expresión de frustración y desesperanza ante la injusticia de
la situación. 6.
Considero que no fue justo la repartición de tierras, porque es evidente que la
distribución es desigual. Los hombres no van a poder cultivar nada en ese
terreno tan árido. Como los protagonistas son pobres, se los puede seguir
explotando.
MIRA ESTE VIDEO: RESUMEN Y ANÁLISIS DE "PEDRO PÁRAMO" DE JUAN RULFO:
Leemos
un texto crítico sobre LAS EMOCIONES Y LA ESCUELA
LECTURA:
¿Pero
por qué este auge de lo emocional? Nuestros abuelos, incluso nuestros padres,
no se preocupaban tanto por el tema emocional. Su mundo era más duro a nivel de
comodidades, sus opciones eran muy limitadas y su contacto con el exterior se
reducía a lo cercano, a lo próximo, en definitivas cuentas, a lo real. Tenían
por costumbre aceptar, en la medida de las posibilidades, la sociedad en la que
les había tocado vivir, y dentro de sus capacidades y de la realidad de su
estatus social, buscaban la felicidad. El trabajo era un medio para ganar
dinero, y la dicha solía atesorarse al margen de la economía, en la franja
personal de la vida, separada del materialismo. Por una parte, la aceptación de
esta realidad tenía un halo de tristeza porque cercenaba la capacidad de soñar
con cambiar radicalmente la situación, pero por otra parte, se partía de una
realidad y se vivía conforme a ella, buscando una felicidad sencilla, teniendo una vida emocional más transparente que
la actual. Este
imperio del cuidado emocional que aumenta, pone especial acento en el tema
educativo. La pedagogía actual está haciendo hincapié en «educar las
emociones», como si esto no se hubiese hecho nunca. Antes las emociones eran un
complemento más, algo que acompañaba a unos deberes, unos contenidos, un
aprendizaje de la disciplina, unas exigencias determinadas..., y ahora las
emociones (pero solo las positivas y agradables) son el eje central desde el
que pivotan todos los demás factores. Estamos
siendo testigos de un momento de explosión de nuevas metodologías pedagógicas,
como los trabajos por proyectos, en los que el niño, partiendo de los temas en
los que se siente a gusto, con los que se identifica, comience a trabajar.
Desde los nuevos púlpitos educativos, se pregona que la educación sin emoción
positiva no es buena, y no paran de inventarse estrategias educativas docentes
donde el infante siempre se encuentre cómodo con la situación que se le propone
a cada momento. Estamos
cayendo en lo que se denomina un «paidocentrismo», es decir, el niño es el
centro de todo, todo gira en torno a él y, lo que es peor, en torno a su
felicidad y satisfacción. Educamos, desde la más temprana edad, en insertar y
cuidar las emociones positivas las 24 horas del día. Hay
que estar contentos mientras estudiamos, mientras aprendemos, hay que estar
felices también en el trabajo, sentir que nos apasiona lo que hacemos en cada
instante, en cada momento. Pero si solo podemos o debemos aprender, o enseñar,
con el refuerzo y el amparo de emociones positivas, estamos manipulando la idea
de una vida real, donde, como hemos estado analizando, existen muchos factores
imponderables que nos provocarán desazón, desánimo, dolor, decepción, angustia,
ansiedades y alguna que otra depresión. Es decir, olvidamos educar también para
el sufrimiento.
Tomado
de: RUIZ, J.C. (2018). El arte de pensar. Cómo los grandes filósofos pueden
estimular nuestro pensamiento crítico. Editorial Berenice.
RESPONDE:
1. El autor plantea que lo
emocional en el pasado: a)
Exigía que las personas se comportaran duramente. b)
No era una gran preocupación. c)
No existía pues las condiciones de vida siempre eran duras. d)
Se solía relacionar con la idea de felicidad. 2. El término “una vida
emocional más transparente” en el texto hace referencia a: a)
Una vida más cristalina b)
Una vida más vertiginosa. c)
Una vida sin ningún deseo de superación. d)
Una vida más sencilla. 3. Sobre las emociones,
el autor critica que: a)
La sociedad de nuestros abuelos o nuestros padres vivían en una sociedad triste
que no ponía énfasis en las emociones positivas que desarrollaban mejor al ser
humano. b)
La idea de felicidad en la época de nuestros abuelos era un deseo más difícil
de conseguir que hoy en día donde se presta mucha atención a las emociones. c)
Una vida emocional transparente es negativa, pues actualmente la educación se
debe centrar en hacer que los niños aprendan con alegría. d)
Si solo se toman en cuenta las emociones positivas y agradables, estaremos
distorsionando la idea de una vida real. 4. ¿Cuál es la
alternativa incompatible con el texto? a)
En la época de nuestros abuelos lo emocional no era un tema preocupante. b)
El cuidado emocional que aumenta se centra especialmente en la educación. c)
El «paidocentrismo», según el autor, resulta una manera de enseñar muy positiva
y necesaria. d)
La pedagogía actual educa emociones positivas. 5. Infiere: ¿El autor
está a favor o en contra de la educación actual? ¿Por qué? Justifica tu
respuesta.
6. El autor asevera que
hemos olvidado “educar también educar para el sufrimiento”. ¿En qué consistiría
ello? Explica tu respuesta.
7. ¿Estás de acuerdo con
lo planteado por el autor? ¿Por qué? Justifica tu respuesta.
SOLUCIÓN: 1B 2D 3D 4C 5.- Posible respuesta: El autor parece
estar en contra de la educación actual, al menos en lo que se refiere al
enfoque excesivo en el cuidado emocional y el paidocentrismo. El autor cree que
la educación debe incluir la educación en la aceptación del sufrimiento y en la
realidad de la vida, no solo en emociones positivas. 6.- Posible respuesta: Educar para el
sufrimiento significa preparar a los niños para enfrentar y superar situaciones
difíciles, dolorosas y frustrantes, que son parte de la vida real. Esto implica
enseñar habilidades de resiliencia, como la capacidad de adaptación, la
fortaleza emocional y la capacidad de superar adversidades. También significa
reconocer y aceptar que la vida no siempre es fácil y que habrá momentos de
dolor y sufrimiento que debemos enfrentar y superar. 7.- Posible respuesta: Considero que el
autor plantea una reflexión interesante sobre el papel de la educación en la
sociedad actual. Es importante tener en cuenta que, aunque es positivo que se
preste atención al cuidado emocional y al bienestar de los niños, también es
importante educar en la aceptación de la realidad y la capacidad de enfrentar
situaciones difíciles. La educación debe ser equilibrada y abarcar todos los
aspectos de la vida, incluyendo tanto emociones positivas como negativas.
APRENDE MÁS SOBRE COMPRENSIÓN LECTORA CON ESTE VIDEO:
Cuento
“Me alquilo para soñar” de Gabriel García Márquez con actividades de
comprensión lectora
LECTURA: Me alquilo para soñar Gabriel García
Márquez
A las nueve
de la mañana, mientras desayunábamos en la terraza del Habana Riviera, un
tremendo golpe de mar a pleno sol levantó en vilo varios automóviles que
pasaban por la avenida del malecón, o que estaban estacionados en la acera, y
uno quedó incrustado en un flanco del hotel. Fue como una explosión de dinamita
que sembró el pánico en los veinte pisos del edificio y convirtió en polvo el
vitral del vestíbulo. Los numerosos turistas que se encontraban en la sala de
espera fueron lanzados por los aires junto con los muebles, y algunos quedaron
heridos por la granizada de vidrio. Tuvo que ser un maretazo colosal, pues
entre la muralla del malecón y el hotel hay una amplia avenida de ida y vuelta,
así que la ola saltó por encima de ella y todavía le quedó bastante fuerza para
desmigajar el vitral. Los alegres
voluntarios cubanos, con la ayuda de los bomberos, recogieron los destrozos en
menos de seis horas, clausuraron la puerta del mar y habilitaron otra, y todo
volvió a estar en orden. Por la mañana no se había ocupado nadie del automóvil
incrustado en el muro, pues se pensaba que era uno de los estacionados en la
acera. Pero cuando la grúa lo sacó de la tronera descubrieron el cadáver de una
mujer amarrada en el asiento del conductor con el cinturón de seguridad. El
golpe fue tan brutal que no le quedó un hueso entero. Tenía el rostro
desbaratado, los botines descosidos y la ropa en piltrafas, y un anillo de oro
en forma de serpiente con ojos de esmeraldas. La policía estableció que era el
ama de llaves de los nuevos embajadores de Portugal. En efecto, había llegado
con ellos a La Habana quince días antes, y había salido esa mañana para el
mercado manejando un automóvil nuevo. Su nombre no me dijo nada cuando leí la
noticia en los periódicos, pero en cambio quedé intrigado por el anillo en
forma de serpiente y ojos de esmeraldas. No pude averiguar, sin embargo, en qué
dedo lo usaba. Era un dato
decisivo, porque temí que fuera una mujer inolvidable cuyo nombre verdadero no
supe jamás, que usaba un anillo igual en el índice derecho, lo cual era más
insólito aún en aquel tiempo. La había conocido treinta y cuatro años antes en
Viena, comiendo salchichas con papas hervidas y bebiendo cerveza de barril en
una taberna de estudiantes latinos. Yo había llegado de Roma esa mañana, y aún
recuerdo mi impresión inmediata por su espléndida pechuga de soprano, sus
lánguidas colas de zorros en el cuello del abrigo y aquel anillo egipcio en
forma de serpiente. Me pareció que era la única austríaca en el largo mesón de
madera, por el castellano primario que hablaba sin respirar con un acento de
quincallería. Pero no, había nacido en Colombia y se había ido a Austria entre
las dos guerras, casi niña, a estudiar música y canto. En aquel momento andaba
por los treinta años mal llevados, pues nunca debió ser bella y había empezado
a envejecer antes de tiempo. Pero en cambio era un ser humano encantador. Y
también uno de los más temibles. Viena era
todavía una antigua ciudad imperial, cuya posición geográfica entre los dos
mundos irreconciliables que dejó la Segunda Guerra había acabado de convertirla
en un paraíso, del mercado negro y el espionaje mundial. No hubiera podido
imaginarme un ámbito más adecuado para aquella compatriota fugitiva que seguía
comiendo en la taberna estudiantil de la esquina solo por fidelidad a su
origen, pues tenía recursos de sobra para comprarla de contado con todos sus
comensales dentro. Nunca dijo su verdadero nombre, pues siempre la conocimos
con el trabalenguas germánico que le inventaron los estudiantes latinos de
Viena: Frau Frida. Apenas me la habían presentado cuando incurrí en la
impertinencia feliz de preguntarle cómo había hecho para implantarse de tal
modo en aquel mundo tan distante y distinto de sus riscos de vientos del Quindío,
y ella me contestó con un golpe: —Me alquilo
para soñar. En realidad,
era su único oficio. Había sido la tercera de los once hijos de un próspero
tendero del antiguo Caldas, y desde que aprendió a hablar instauró en la casa
la buena costumbre de contar los sueños en ayunas, que es la hora en que se
conservan más puras sus virtudes premonitorias. A los siete años soñó que uno
de sus hermanos era arrastrado por un torrente. La madre, por pura superstición
religiosa, le prohibió al niño lo que más le gustaba, que era bañarse en la
quebrada. Pero Frau Frida tenía ya un sistema propio de vaticinios. —Lo que ese
sueño significa —dijo— no es que se vaya a ahogar, sino que no debe comer
dulces. La sola
interpretación parecía una infamia, cuando era para un niño de cinco años que
no podía vivir sin sus golosinas dominicales. La madre, ya convencida de las
virtudes adivinatorias de la hija, hizo respetar la advertencia con mano dura.
Pero al primer descuido suyo el niño se atragantó con una canica de caramelo
que se estaba comiendo a escondidas, y no fue posible salvarlo. Frau Frida
no había pensado que aquella facultad pudiera ser un oficio, hasta que la vida
la agarró por el cuello en los crueles inviernos de Viena. Entonces tocó para
pedir empleo en la primera casa que le gustó para vivir, y cuando le
preguntaron qué sabía hacer, ella solo dijo la verdad: “Sueño”. Le bastó con
una breve explicación a la dueña de casa para ser aceptada, con un sueldo
apenas suficiente para los gastos menudos, pero con un buen cuarto y las tres
comidas. Sobre todo el desayuno, que era el momento en que la familia se
sentaba a conocer el destino inmediato de cada uno de sus miembros: el padre,
que era un rentista refinado; la madre, una mujer alegre y apasionada de la
música de cámara romántica, y dos niños de once y nueve años. Todos eran
religiosos, y por lo mismo propensos a las supersticiones arcaicas, y
recibieron encantados a Frau Frida con el único compromiso de descifrar el
destino diario de la familia a través de los sueños. Lo hizo bien
y por mucho tiempo, sobre todo en los años de la guerra, cuando la realidad fue
más siniestra que las pesadillas. Solo ella podía decidir a la hora del
desayuno lo que cada quien debía hacer aquel día, y cómo debía hacerlo, hasta
que sus pronósticos terminaron por ser la única autoridad en la casa. Su
dominio sobre la familia fue absoluto: aun el suspiro más tenue era por orden
suya. Por los días en que estuve en Viena acababa de morir el dueño de casa, y
había tenido la elegancia de legarle a ella una parte de sus rentas, con la
única condición de que siguiera soñando para la familia hasta el fin de sus
sueños. Estuve en
Viena más de un mes, compartiendo las estrecheces de los estudiantes, mientras
esperaba un dinero que nunca llegó. Las visitas imprevistas y generosas de Frau
Frida en la taberna eran entonces como fiestas en nuestro régimen de penurias.
Una de esas noches, en la euforia de la cerveza, me habló al oído con una
convicción que no permitía ninguna pérdida de tiempo. —He venido
solo para decirte que anoche tuve un sueño contigo —me dijo—. Debes irte
enseguida y no volver a Viena en los próximos cinco años. Su
convicción era tan real, que esa misma noche me embarcó en el último tren para
Roma. Yo, por mi parte, quedé tan sugestionado, que desde entonces me he
considerado sobreviviente de un desastre que nunca conocí. Todavía no he vuelto
a Viena. Antes del
desastre de La Habana había visto a Frau Frida en Barcelona, de una manera tan
inesperada y casual que me pareció misteriosa. Fue el día en que Pablo Neruda
pisó tierra española por primera vez desde la Guerra Civil, en la escala de un
lento viaje por mar hacia Valparaíso. Pasó con nosotros una mañana de caza
mayor en las librerías de viejo, y en Porter compró un libro
antiguo, descuadernado y marchito, por el cual pagó lo que hubiera sido su
sueldo de dos meses en el consulado de Rangún. Se movía por entre la gente como
un elefante inválido, con un interés infantil en el mecanismo interno de cada
cosa, pues el mundo le parecía un inmenso juguete de cuerda con el cual se
inventaba la vida. No he
conocido a nadie más parecido a la idea que uno tiene de un papa renacentista:
glotón y refinado. Aun contra su voluntad, siempre era él quien presidía la
mesa. Matilde, su esposa, le ponía un babero que parecía más de peluquería que
de comedor, pero era la única manera de impedir que se bañara en salsas. Aquel
día en Carballeira fue ejemplar. Se comió tres langostas
enteras descuartizándolas con una maestría de cirujano, y al mismo tiempo
devoraba con la vista los platos de todos, e iba picando un poco de cada uno,
con un deleite que contagiaba las ganas de comer: las almejas de Galicia, los
percebes del Cantábrico, las cigalas de Alicante, las espardenyas de
la Costa Brava. Mientras tanto, como los franceses, solo hablaba de otras
exquisiteces de cocina, y en especial de los mariscos prehistóricos de Chile
que llevaba en el corazón. De pronto dejó de comer, afinó sus antenas de
bogavante, y me dijo en voz muy baja: —Hay alguien
detrás de mí que no deja de mirarme. Miré por
encima de su hombro, y así era. A sus espaldas, tres mesas más allá, una mujer
impávida con un anticuado sombrero de fieltro y una bufanda morada masticaba
despacio con los ojos fijos en él. La reconocí en el acto. Estaba envejecida y
gorda, pero era ella, con el anillo de serpiente en el índice. Viajaba
desde Nápoles en el mismo barco que los Neruda, pero no se habían visto a
bordo. La invitamos a tomar el café en nuestra mesa, y la induje a hablar de
sus sueños para sorprender al poeta. Él no le hizo caso, pues planteó desde el
principio que no creía en adivinaciones de sueños. —Solo la
poesía es clarividente —dijo. Después del
almuerzo, en el inevitable paseo por las Ramblas, me retrasé a propósito con
Frau Frida para refrescar nuestros recuerdos sin oídos ajenos. Me contó que
había vendido sus propiedades de Austria y vivía retirada en Porto, Portugal,
en una casa que describió como un castillo falso sobre una colina desde donde
se veía todo el océano hasta las Américas. Aunque no lo dijera, en su
conversación quedaba claro que de sueño en sueño había terminado por apoderarse
de la fortuna de sus inefables patrones de Viena. No me impresionó, sin
embargo, porque siempre había pensado que sus sueños no eran más que una
artimaña para vivir. Y se lo dije. Ella soltó
su carcajada irresistible. “Sigues tan atrevido como siempre”, me dijo. Y no
dijo más, porque el resto del grupo se había detenido a esperar que Neruda
acabara de hablar en jerga chilena con los loros de la Rambla de los Pájaros.
Cuando reanudamos la charla, Frau Frida había cambiado de tema. —A propósito
—me dijo—: Ya puedes volver a Viena. Solo
entonces caí en la cuenta de que habían transcurrido trece años desde que nos
conocimos. —Aun si tus
sueños son falsos, jamás volveré —le dije. Por si acaso. A las tres
nos separamos de ella para acompañar a Neruda a su siesta sagrada. La hizo en
nuestra casa, después de unos preparativos solemnes que de algún modo
recordaban la ceremonia del té en el Japón. Había que abrir unas ventanas y
cerrar otras para que hubiera el grado de calor exacto y una cierta clase de
luz en cierta dirección, y un silencio absoluto. Neruda se durmió al instante,
y despertó diez minutos después, como los niños, cuando menos pensábamos.
Apareció en la sala restaurado y con el monograma de la almohada impreso en la
mejilla. —Soñé con
esa mujer que sueña —dijo. Matilde
quiso que le contara el sueño. —Soñé que
ella estaba soñando conmigo —dijo él. —Eso es de
Borges —le dije. Él me miró
desencantado. —¿Ya está
escrito? —Si no está
escrito se va a escribir alguna vez —le dije. Será uno de sus laberintos. Tan pronto
como subió a bordo, a las seis de la tarde, Neruda se despidió de nosotros, se
sentó en una mesa apartada, y empezó a escribir versos fluidos con la pluma de
tinta verde con que dibujaba flores y peces y pájaros en las dedicatorias de
sus libros. A la primera advertencia del buque buscamos a Frau Frida, y al fin
la encontramos en la cubierta de turistas cuando ya nos íbamos sin despedirnos.
También ella acababa de despertar de la siesta. —Soñé con el
poeta —nos dijo. Asombrado,
le pedí que me contara el sueño. —Soñé que él
estaba soñando conmigo —dijo, y mi cara de asombro la confundió—. ¿Qué quieres?
A veces, entre tantos sueños, se nos cuela uno que no tiene nada que ver con la
vida real. No volví a
verla ni a preguntarme por ella hasta que supe del anillo en forma de culebra
de la mujer que murió en el naufragio del Hotel Riviera. Así que no resistí la
tentación de hacerle preguntas al embajador portugués cuando coincidimos, meses
después, en una recepción diplomática. El embajador me habló de ella con un
gran entusiasmo y una enorme admiración. “No se imagina lo extraordinaria que
era”, me dijo. “Usted no habría resistido la tentación de escribir un cuento
sobre ella”. Y prosiguió en el mismo tono, con detalles sorprendentes, pero sin
una pista que me permitiera una conclusión final. —En concreto
—le precisé por fin—: ¿qué hacía? —Nada —me
dijo él, con un cierto desencanto—. Soñaba.
RESPONDE: 1. ¿Qué
sucede al inicio del cuento? 2. ¿Qué
encontraron en el auto incrustado en el muro? 3. ¿Quién es
Frau Frida? 4. ¿A qué se
dedicaba Frau Frida? ¿En qué consistía aquello? 5. ¿Qué
significado simbólico tiene la palabra “Sueño” en el cuento? 6. ¿Por qué
en los años de Guerra Frau Frida hacia mejor su trabajo? 7. Qué
significa esta frase: “que siguiera soñando para la familia hasta el fin de sus
sueños”. Explica tu respuesta. 8. ¿Qué le
dice Frau Frida al narrador en una taberna? ¿Por qué se lo dice? 9. Tomando como referencia el cuento, ¿qué podría
simbolizar el anillo de serpiente en el índice derecho? Justifica tu respuesta. 10. ¿Qué hecho misterioso sucedió entre Frau Frida
y el poeta Pablo Neruda? 11. Según el final del cuento, ¿qué paso al final
con Frau Frida? ¿Por qué? Justifica tu respuesta. 12. ¿Crees que existe un elemento fantástico en
este cuento? ¿Por qué? Explica tu respuesta. 13. Si pudieras resumir el cuento en una palabra,
¿cuál sería? ¿Por qué? Fundamenta tu respuesta. 14. Reflexiona: En el cuento el poeta Pablo Neruda
dice que no creía en las adivinaciones de los sueños. Él dice que “solo la
poesía es clarividente”. ¿Qué significaría ello? ¿Por qué? Explica tu
respuesta. 15. ¿Te pareció interesante este cuento? ¿Por qué?
Justifica tu respuesta.